Michele Zagaria, de 53 años, recibió tres condenas perpetuas en ausencia, que ahora deberá cumplir. Es un líder del clan Casalesi, una de las principales “familias” de la Camorra, la mafia de los alrededores de Nápoles. Se lo acusa de asociación ilícita mafiosa, homicidio, extorsión y robo a mano armada, entre otros delitos.

Figuraba en la lista de los fugitivos más peligrosos de Italia y desde el año 2000 hay una orden de arresto internacional en su contra. Si bien Zagaria fue detenido en su casa del pueblo de Casapesenna, cerca de Nápoles, había tomado la precaución de construirse allí un bunker subterráneo. Los policías que lo detuvieron ayer debieron excavar primero durante casi cuatro horas, porque el hombre estaba protegido por cinco metros de cemento armado, en un refugio última generación, en el que se estima que vivió durante años. El fiscal antimafia Piero Grasso explicó a la agencia de noticias AP que esto se debe a que los jefes mafiosos “sólo pueden ejercer su poder si se encuentran en el entorno que los protege”.

“Ustedes ganan. El Estado ha ganado”, dijo Zagaria al ser arrestado, de acuerdo con la agencia AFP. La ministra de Interior, Anna Maria Cancelleri, coincidió con él al estimar que esa captura es “un enorme éxito del Estado”, y que también es un golpe “no sólo contra los Casalesi, sino contra la Camorra”. Zagaria era uno de los miembros más antiguos de la Camorra y del clan Casalesi que aún estaba en libertad. En noviembre de 2010 fue detenido Antonio Iovine, y antes lo fueron Nicola Schiavone, en 2010, y su padre, Francesco Sandokán Schiavone, en 1998.

Según estima la dirección italiana antimafia, esa organización ilegal napolitana tiene un volumen de negocios que gira en torno a los 40.000 millones de dólares por año. En el feudo de la Camorra, Casal di Principe, un operativo policial detuvo el martes a unas 50 personas vinculadas a dos familias del Clan Casalesi.