Según la organización civil israelí Paz Ahora, en los últimos 12 meses el gobierno de Benjamin Netanyahu aprobó la construcción de 4.000 nuevas viviendas en territorio ocupado palestino, el número más elevado desde 2006. De ellas, 2.000 fueron aprobadas desde octubre, cuando Palestina ingresó a la Unesco.
El último anuncio fue la construcción de mil viviendas en la zona este de Jerusalén, la zona árabe de la ciudad, en la que los palestinos aspiran a instalar la capital de su Estado. Ese plan de asentamientos fue presentado como parte de un plan para instalar 6.000 casas para “aliviar la escasez de vivienda destinadas a parejas jóvenes en Israel, con énfasis en su capital, Jerusalén”, según el ministro de Construcción y Vivienda israelí Ariel Atías. El plan llega además luego de que este año, en agosto, se realizaran las manifestaciones más multitudinarias de las últimas décadas en Israel en reclamo por el encarecimiento del costo de vida y la falta de vivienda.
El anuncio israelí motivó que la semana pasada el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) intentara condenar esta política de asentamientos, y de que Estados Unidos impidiera llegar a un acuerdo en ese sentido.
De todos modos, se emitieron varios pronunciamientos contra esa política. La Unión Europea calificó los asentamientos como “ilegales bajo el derecho internacional” y manifestó que representan un golpe a los esfuerzos para reiniciar las conversaciones de paz. El embajador ruso ante la ONU, Vitaly Churkin, lamentó, en refencia a Estados Unidos, que “una delegación” no quiera “oír nada de comunicados” y que crea “que estos asuntos se solucionarán milagrosamente por sí solos”.
Otros blancos
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, anunció que mantendrá reuniones con dirigentes religiosos para tratar agresiones de ultraortodoxos contra mujeres y niñas y para pedirles que condenen la segregación por género en espacios públicos, informaron el diario Haaretz y la agencia de noticias EFE. También conversará de este tema con los ultraortodoxos ashquenazíes del partido Judaísmo Unido de la Torá, que integra la coalición de gobierno.
El tema cobró relevancia por varios episodios de hostilidad hacia las mujeres en estas comunidades, por los cuales fueron arrestadas 21 personas. Uno de esos casos fue el arrresto, el sábado, de un hombre ultraortodoxo sospechoso de insultar y escupir a una niña de ocho años. Antes, una mujer ultraortodoxa, Yojeved Horowitz, se negó a sentarse en la parte de atrás de un ómnibus y esto motivó una discusión violenta con un hombre de esa comunidad. Según señaló EFE, los asientos del fondo son reservados a las mujeres en unas 40 líneas de ómnibus en las zonas ultraortodoxas.
"Israel es un Estado democrático, occidental y liberal. La esfera pública es abierta y segura para todos, hombres y mujeres por igual. No hay sitio para el acoso o la discriminación", dijo el primer ministro.
La portavoz estadounidense Victoria Nuland defendió la postura de su país y desde Washington aseguró que “proclamar a los cuatro vientos” condenas “no va a cambiar la situación sobre el terreno”.
Por su parte, la cancillería israelí sugirió al Consejo de Seguridad que “se centre en la agenda internacional”, como la situación en Siria o la carrera nuclear iraní, problemas que sí preocupan al gobierno de Israel. “Los europeos miembros del Consejo de Seguridad de la ONU deben adherirse al texto del plan del Cuarteto y abstenerse de hacer interpretaciones”, manifestó la cancillería en un comunicado.
En estos días para Israel el problema no son las colonias sino los colonos, en especial desde que a mediados de diciembre se cometieron al menos dos ataques contra las propias instalaciones israelíes. En uno de ellos un grupo de colonos ocupó una base militar cerrada en la frontera entre Israel y Jordania y varios templos en los alrededores; en otro, decenas de israelíes invadieron una base militar en territorio palestino ocupado y causaron destrozos.
Los ataques conmocionaron al gobierno, al punto que el ministro de Defensa llamó “terroristas” a los autores, y se anunciaron nuevas medidas. Se ordenó la detención de un grupo de extremistas, pero no se pudo concretar el arresto porque decenas de colonos apedrearon a la Policía.
El gobierno de Netanyahu autorizó que algunas de las medidas que se toman contra los palestinos, sean empleadas también para los radicales. Ahora el Ejército podrá detener también a extremistas israelíes, contra quienes se emitirán órdenes de detención administrativa -un procedimiento extrajudicial para arrestar sin cargos o juicio–, y podrán enfrentar procesos en tribunales militares, que permitan sentencias rápidas y castigos más severos, informó la agencia de noticias IPS.
En simultáneo, Netanyahu decidió aprobar la ampliación de los equipos que investigan los ataques de los colonos contra los palestinos después de que el diario israelí Haaretz denunciara que la Policía de Israel en Cisjordania da señales de impotencia, “negligencia” e “incompetencia” es esas investigaciones, y que por esos motivos, a menudo las investigaciones judiciales contra los colonos se archivan sin que haya un juicio.