-El primer ministro israelí Benjamin Netanyahu pidió que se celebren elecciones anticipadas en el partido que él y usted integran, el Likud. ¿A qué se debe esa decisión?

-En enero va a haber un congreso del partido Likud y Netanyahu quiere que en esa instancia se elija la próxima dirigencia, aunque no estaba programado así. Este gobierno funciona hace dos años y medio, el mandato de Netanyahu termina en 2013, y quizá por algún motivo u otro se adelanten las elecciones. Netanhayu quiere estar preparado.

-¿Esto tiene que ver con las elecciones en Estados Unidos y la postura que pueda adoptar ese país sobre el conflicto en Medio Oriente después de la campaña electoral, como especulan algunos analistas?

-No tiene nada que ver con las elecciones en Estados Unidos. Lo que pasa es que los gobiernos en Israel son gobiernos de coalición, entonces cualquiera de los miembros de la coalición puede desarmarla y hacer caer al gobierno. Entonces queremos asegurarnos de que estamos preparados para una eventual elección nacional anticipada.

-¿Tampoco es para asegurarse más estabilidad interna por si la situación con Irán se vuelve más difícil?

-No tiene relación con Irán, tiene que ver con la política interna del Estado de Israel.

-Israel es uno de los países del mundo con más desigualdad. Según la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, la relación entre los mayores y los menores ingresos es de uno a 14. ¿A qué se debe eso?

-La economía israelí es una economía fuerte, basada en la tecnología de punta, y las personas que trabajan en ese sector reciben remuneraciones muy altas. En los sectores que no tienen relación con el desarrollo tecnológico, los salarios son mucho más bajos. Como hay una capa social que gana muy bien, el costo de la vida aumenta: el de la vivienda, de los alimentos, de los combustibles.

-¿El gobierno hace algo para reducir esa brecha?

-El gobierno nombró una comisión hace unos meses, encabezada por [Manuel] Trachtenberg, que le entregó sus recomendaciones. Fueron aceptadas y el Parlamento ya ha dictado leyes acordes para bajar el costo de la vida, elevar los salarios de los más necesitados y hacer un cambio impositivo. También se implantó la educación obligatoria y gratuita para los niños a partir de los tres años. Ya se está sintiendo una mejora en los ingresos de los hogares israelíes y el costo de vida empezó a bajar.

-Eso se debe al movimiento de los "indignados" que surgió en Israel, ¿verdad?

-Ese movimiento puso el tema sobre la mesa. En el gobierno sabíamos de la situación, tratábamos de dar una respuesta. Pero la aparición del movimiento de indignados apuró la búsqueda de soluciones.

-El tono está subiendo entre Irán e Israel. Por estos días Irán acusa a su país de ser responsable de varios ciberataques que sufrió.

-El Estado de Israel nunca consideró a Irán como un enemigo, pero el gobierno actual iraní, que es un gobierno islámico radical, llama a borrar a Israel del mapa. Esto, a pesar de que no tiene fronteras ni problemas limítrofes con Israel. Esto surge de la ideología del gobierno iraní según la cual no hay espacio en Medio Oriente para un país no islámico. Irán es el que está atacando al Estado de Israel desde hace décadas a través de enviados.

-¿Quiénes son esos enviados?

-Uno de ellos es el movimiento Hezbollah, en Líbano. Es un brazo armado de Irán, que le da dinero, armas y entrenamiento militar. Lo mismo sucede con el grupo armado Hamas en la Franja de Gaza. Irán no sólo ve a Israel como el enemigo, denomina a Israel como "el pequeño Satanás". Estados Unidos es denominado "el gran Satanás". Eso abarca a todo el mundo occidental, a todo el mundo libre. Para el régimen iraní, todo el mundo tiene que ser musulmán, no hay lugar para otros credos. En Irak arma a milicianos, tanto chiítas como sunitas para provocar luchas intestinas. Lo mismo hace en Estados pro occidentales, como Bahrein, o Yemen. También en América Latina está armando una infraestructura terrorista. Ya hubo dos atentados importantes en Argentina, en 1992, a la embajada de Israel y, en 1994, a la Asociación Mutual Israelita Argentina. Tiene el objetivo de atacar, donde sea, intereses estadounidenses, israelíes y de países que no actúan de acuerdo a la política exterior iraní. Por eso, el gobierno de Israel -y no sólo el gobierno de Israel- sostiene que hay que prohibir que Irán obtenga armas nucleares.

-¿Cuáles son los posibles escenarios de salida de esta situación?

-La posición israelí es que todo el mundo occidental debe enrolarse para que Irán tenga que enfrentar un dilema y deba elegir entre tener un arma militar nuclear o seguir existiendo como Estado. En 2003, cuando el gobierno de [el ayatolá Alí] Jamenei se enfrentó a ese dilema y pensó que Estados Unidos lo iba a atacar, frenó el desarrollo de armamento nuclear.

-¿Su gobierno tiene alguna idea para evitar que Irán desarrolle un arma nuclear?

Hay que actuar a distintos niveles: aislar a Irán políticamente en el escenario mundial, imponer sanciones económicas fuertes, ayudar a la población civil para que sus derechos humanos sean respetados y en última instancia amenazar con un ataque.

-Pero Irán dice que está haciendo un programa nuclear civil y que no tiene nada que frenar.

-La Agencia Internacional de Energía Atómica publicó un informe que dice que sí se puede comprobar fehacientemente que este proyecto tiene ribetes militares. Pero Israel no necesitaba este informe. Personalmente, como jefe de Inteligencia en los años 90, ya sabía que pensaban en un arma nuclear. En esto no hay ningún tipo de discrepancia entre las distintas agencias de Inteligencia en el mundo. El proyecto iraní tiene tres etapas: la primera es el enriquecimiento de uranio, la segunda es un sistema de armas y la tercera es construir misiles con cabezas nucleares. No tiene nada que ver con un proyecto de energía nuclear pacífico. Hace poco hubo un ataque a un depósito de misiles. Estaban creando misiles con un alcance de 10.000 kilómetros, que pueden tener cabezas nucleares y llegar hasta Estados Unidos. El mundo occidental encabezado por Estados Unidos le tiene que dar a entender a Irán, de una forma muy severa, que si no van a apartarse de ese programa, los va a atacar el mundo occidental. Si bien la amenaza no es sólo contra el Estado de Israel, los israelíes tenemos que estar listos para defendernos.

-Cuando se creó Israel, en su resolución, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) habló de dos Estados. ¿Por qué no reconocer un Estado palestino, si los palestinos aceptan tener mucho menos territorio del que se les había adjudicado en un principio?

-Desde la aparición del sionismo, la dirigencia judía y después el Estado de Israel estuvieron dispuestos a solucionar el conflicto árabe-palestino por la repartición de tierras. Los que siempre se opusieron fueron los árabes. Cuando en 1947 se votó la partición en dos Estados, el pueblo judío lo aceptó y los árabes no. La respuesta árabe ante las soluciones de dos Estados siempre fue la de iniciar guerras contra Israel.

-Estamos hablando de la situación actual.

-Desde que asumió este gobierno llamó a Abu Mazen [nombre de guerra del presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas] a sentarse a la mesa de negociaciones y solucionar el problema en base a dos Estados para dos naciones. Como dijo Netanyahu, el problema no es la creación del Estado palestino, sino el hecho de que los líderes palestinos no están dispuestos a reconocer al Estado de Israel como Estado del pueblo judío. Abu Mazen eligió un camino unilateral y por eso llevó el tema ante la ONU.

-¿El gobierno de Israel se siente aislado en el ámbito internacional por el número creciente de países que está reconociendo un Estado palestino o apoyando su causa?

-Israel no se siente aislado, tiene excelentes relaciones con muchos países incluido Uruguay. Israel lamenta que muchos países en el mundo estén leyendo el mapa de situación de una forma errónea.