El candidato oficialista, Jude Célestin, quedó fuera de la carrera hacia la presidencia tras la crisis política que comenzó luego de la primera vuelta celebrada el 28 de noviembre y cuestionada por denuncias de fraudes. El balotaje quedó ahora fijado para el 20 de marzo y opondrá a una candidata liberal con un cantante de música popular, más conocido como Sweet Micky. Célestin, quien ocupaba el lugar de segundo en votos de acuerdo con los primeros resultados anunciados a principios de diciembre, quedó tercero en los números finales.

El partido del presidente saliente, René Préval, Inite, “acepta los resultados”, según dijo a la agencia de noticias AFP el coordinador del partido, el senador Joseph Lambert. Con estas declaraciones tranquilizó a quienes temían una respuesta violenta ante los resultados. Desde el miércoles, los cascos azules de la ONU y la Policía haitiana habían reforzado el dispositivo de seguridad en todo el país, pero los periodistas presentes informaban que ayer reinaba la calma.

Al anunciar este cambio de resultados, saludado ayer por Estados Unidos y Naciones Unidas, el CEP acata las recomendaciones de la Organización de Estados Americanos. Ante la polémica causada por el informe de esta organización, Inite había afirmado la semana pasada en un comunicado que retiraba a su candidato de la contienda electoral. Pero Célestin nunca confirmó que se retiraba y el CEP tampoco recibió información formal en ese sentido.

Pero el oficialismo no sufrió una derrota completa. Según los resultados definitivos de las elecciones legislativas, que se realizaron en paralelo a la elección presidencial, Inite tiene una amplia mayoría en las cámaras. Obtuvo tres senadores y 14 diputados cuyos cargos se definieron en primera vuelta. En la segunda, se definirá si obtienen su banca otros 48 diputados y siete senadores oficialistas. En Haití el Senado tiene 30 miembros y la Cámara de Diputados renovó 99 de sus integrantes.

La candidata Manigat, esposa de un ex presidente que gobernó el país unos meses en 1988 antes de ser depuesto por un golpe de Estado, llega al balotaje como la más votada y espera ser la primera mujer presidenta de Haití. Prometió luchar contra la corrupción y reformar el sistema educativo. En tanto, Martelly dijo ayer que sus “prioridades son cambiar Haití, la educación, la alimentación y el trabajo”. Además, agradeció a la “comunidad internacional” que “ayudó a no dejar que se pisotee el voto de la población”.

El lunes, el gobierno confirmó que está dispuesto a otorgar el pasaporte al ex presidente Jean Bertrand Aristide, exiliado en Sudáfrica desde 2004.