Dilma Rousseff se reunió ayer con su par argentina, Cristina Fernández, en su primer viaje oficial al exterior desde que inició su mandato, el 1º de enero. Las dos presidentas manifestaron su intención de profundizar los vínculos entre sus países y aumentar la cooperación.
Fernández anunció que se firmaron convenios de cooperación energética y desarrollo tecnológico, científico y social. En materia energética se destacó un acuerdo para crear un nuevo reactor nuclear de investigación, tema que es prioritario para el gobierno argentino. Las dos presidentas también negociaron de cara a la creación de un consejo empresarial de alto nivel, que deberá asentar relaciones en el sector privado. En ese sentido ambas destacaron la importancia de la “integración productiva”.
En el ámbito comercial, los convenios incluyen la puesta en marcha de una comisión para que los dos países puedan vender juntos sus productos al mundo. Por otro lado, se avanzó hacia acuerdos sobre biocombustibles y Rousseff manifestó que espera captar inversiones argentinas, en particular en la industria petrolera.
Brasil es el primer destino de las exportaciones argentinas y la situación es recíproca con las exportaciones brasileñas. La presidenta de Brasil estimó que la cooperación “fortalece” a las dos naciones y destacó la importancia de la cooperación cultural y educativa.
La defensa de los derechos humanos fue un tema presente en la visita. La mandataria brasileña se reunió unos minutos, a pedido suyo, con las organizaciones de Madres y Abuelas de Plaza de Mayo, con integrantes del Centro de Estudios Legales y Sociales y personalidades de la cultura. El encuentro tuvo el objetivo de transmitir a Rousseff las experiencias argentinas en materia de derechos humanos y la acción clave de Madres y Abuelas en la historia reciente.
Ante la prensa, Rousseff agradeció a las organizaciones por su “lucha generosa” y su contribución al “desarrollo social del pueblo argentino”. Fernández dijo que tiene en común con Rousseff su creencia en “el crecimiento, en la soberanía nacional” con la inclusión social como protagonista, y saben “que crecimiento económico solamente es bueno si puede llegar a todos los hombres a través de la educación, el trabajo y la vivienda”.
La mandataria brasileña hizo hincapié en que los dos países tienen presidentas y declaró su voluntad conjunta de trabajar por la participación y la integración de las mujeres. Consideró que el hecho de que Argentina y Brasil estén gobernados por mujeres que fueron electas por la gente es un síntoma de que son “sociedades desarrolladas”. Fernández, por su parte, agradeció varias veces a Rousseff por haber elegido Argentina como primer destino de sus viajes oficiales al exterior.
En los discursos de las dos mandatarias tuvieron un lugar central sus antecesores, los ex presidentes Luiz Inácio Lula da Silva y Néstor Kirchner. La presidenta argentina dijo que Lula y Kirchner fueron “dos hombres que revirtieron históricamente lo que era una permanente diferencia entre ambos países. Relanzaron el Mercosur y fundamentalmente reconstruyeron o constituyeron -por así decirlo- por primera vez una relación absolutamente diferente entre ambos países; relación que ha fructificado, que debe profundizarse”.
En paralelo, los siete ministros que acompañaron a Rousseff en su viaje a Argentina se reunieron con sus pares argentinos para establecer vínculos en los temas que incumben a cada cartera.
Rousseff dijo que estaba muy “emocionada” por la “acogida calurosa” que recibió en esta visita en la que tuvo lugar “el primero de muchos encuentros y muchas declaraciones”. La jornada terminó con un almuerzo que la presidenta argentina dio en honor a su invitada, antes de que en la tarde Rousseff regresara a su país.