Ecos árabes
• Argelia: Miles de argelinos continuaban manifestando ayer luego de desafiar el sábado la prohibición del gobierno para hacerlo. Ese día los opositores se enfrentaron con 30.000 efectivos de la Policía y otras fuerzas antidisturbios, que detuvieron a unas 400 personas. Están previstas nuevas protestas para el sábado que viene. • Yemen: Por segundo día consecutivo, unos 5.000 opositores reclamaron ayer pacíficamente la renuncia del presidente Ali Abdalá Saleh y reformas políticas. La plaza central de la capital estaba ocupada por manifestantes a favor del mandatario. Ayer no hubo enfrentamientos, pero sí el sábado, cuando los oficialistas arremetieron contra los opositores, pese a que la Policía intentó separarlos. Después de que el gobierno prometiera reformas políticas, la oposición emitió un comunicado ayer aceptando volver a la mesa de negociaciones, suspendidas a fines de 2010. • Túnez: El canciller desde hace dos semanas, Ahmed Unaies, renunció ayer debido a la polémica que desató su viaje a Francia, donde se reunió con su par, Michelle Alliot-Marie, que respaldó hasta el último momento al ex presidente Ben Alí. Mientras tanto, un éxodo de unas 5.500 personas del norte africano, principalmente tunecinos que huyen de la incertidumbre política, llegó en estos días a la isla italiana de Lampedusa.
El jueves Hosni Mubarak delegó parte de sus poderes en el vicepresidente Omar Suleiman, uno de sus allegados más cercanos, desatando la furia de los manifestantes y la sorpresa del mundo, ya que se esperaba su renuncia. Al día siguiente, varios comunicados de las Fuerzas Armadas ya habían mostrado divergencias entre el Poder Ejecutivo y los militares, mientras la plaza Tahrir, en el centro de El Cairo, seguía tomada por la población en el decimoctavo día de protestas para que Mubarak dejara el poder. Luego del discurso del jueves, parecía poco probable que se fuera a cumplir el deseo del pueblo. Pero el viernes, día del rezo, se vieron satisfechas las plegarias de los egipcios.
Ayer, cuando comenzaba la primera semana del calendario árabe sin Mubarak (va de domingo a jueves), el Comunicado Nº 5 de las Fuerzas Armadas terminó de sentar las bases de la transición y de cumplir dos reclamos de los manifestantes. En el Nº 1, emitido el jueves tras el discurso de Mubarak, habían anunciado que “estudiaban medidas” para salvaguardar los intereses del país. Según anunció el viernes el vicepresidente Omar Suleiman, Mubarak cedió el poder al Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas, y éste dispuso ayer la disolución del Parlamento. El Poder Legislativo estaba en manos del partido del renunciante y esta medida anuló de hecho las últimas elecciones, en las que se había denunciado fraude. Además se anunció la “suspensión de la Constitución” y la creación de una comisión que propondrá su reforma, para que sea sometida a plebiscito. Así se cumplirá el principal deseo de la oposición: eliminar las trabas que existían para postularse, en especial a la Presidencia.
El Consejo también apaciguó, por lo menos transitoriamente, los temores israelíes de que Egipto rompiera el tratado de paz bilateral firmado en 1979: anunció que durante el período de transición se respetarán todos los acuerdos internacionales a los que ha adherido el país.
Los militares confirmaron que gobernarán “durante seis meses o hasta que culminen las elecciones legislativas y para la Presidencia”, y establecieron que durante ese período el ministro de Defensa, Mohamed Hussein Tantawi, “representará [al Consejo] ante todas las partes dentro y fuera” del país.
Hussein es el jefe supremo de las Fuerzas Armadas desde 1995 y un allegado al ex presidente. Tiene 75 años y fue nombrado viceprimer ministro el 29 de enero, cuando Mubarak también creó el cargo de vicepresidente, en un primer intento de calmar el clamor popular. El 4 de febrero fue a la plaza Tahrir y pidió a los manifestantes que negociaran.
Desde el comienzo de la crisis egipcia, este militar clave habló por teléfono cinco veces con el secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, indicó la agencia de noticias Reuters, sin informar de qué hablaron. Según un cable divulgado por WikiLeaks, en 2008 oficiales del Pentágono describían a Hussein como un “hombre hostil al cambio”, con una posición poco clara ante la política antiterrorista de Washington.
En todo caso, el portavoz del departamento de Estado estadounidense, Philip J Crowley, publicó en su cuenta de Twitter que el canciller egipcio, Abul Gheit, le había prometido a su par Hillary Clinton una “hoja de ruta” para la transición.
“Zona de incertidumbre”
El sábado, la coalición de opositores y organizaciones juveniles que lideró las protestas anunció que liberaría la plaza Tahrir, pero llamó a manifestar allí todos los viernes después de la plegaria. “Es el momento de demostrar que confiamos en el Ejército”, dijo Nasser Abdel-Hamid, uno de los líderes de la revuelta.
Ayer de mañana, los militares desarmaron las carpas instaladas en el centro de la plaza por los manifestantes, que aún habitaban un centenar de personas. Los manifestantes no querían irse sin garantías de que se cumplieran todos sus reclamos y fueron desalojados a palos, dijeron testigos a la agencia de noticias AP. También acudieron vecinos para reclamar a los activistas que volvieran a sus casas.
Ayer los que manifestaron fueron los policías. Reclamaron ante el Ministerio del Interior mejores condiciones laborales y tuvieron algunos choques con los militares, pero luego de disparar al aire éstos se retiraron. Muchos de esos policías aseguraban que no eran responsables de la represión que cobró la vida de centenas de manifestantes el mes pasado. “Todas las órdenes venían de la jerarquía, no es culpa nuestra”, gritaba llorando un funcionario. Un transeúnte le contestó: “Son ustedes los que hicieron cosas inhumanas. Ya no les tenemos confianza”. La Policía, considerada el principal instrumento represivo del régimen de Mubarak, es acusada de brutalidad y corrupción.
El partido Los Hermanos Musulmanes demandó ayer, mediante un comunicado, el cumplimiento de la promesa militar de terminar con el estado de emergencia que rige desde 1981, la liberación de los manifestantes detenidos, la amnistía para los presos políticos, la formación de un gobierno con principios de “eficacia y honestidad” e integrado por figuras “aceptadas popularmente”, que se juzgue a los sospechosos de corrupción y que se investigue a quienes atacaron a los manifestantes.
El director de la ONG Iniciativa Egipcia, Hossam Bahgat, señaló por su parte que, “con la ausencia de Constitución, se entra en una ‘zona de incertidumbre’ legal”. “Por lo tanto estamos preocupados. Buscamos que el período de transición respete los derechos humanos”, agregó. Mientras tanto, ayer se informó que Mubarak seguía refugiado en el balneario egipcio Sharm el-Sheik, en el extremo sur de la península del Sinaí.