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Argelia: Los estudiantes manifestaron en masa ayer por reformas educativas, y está prevista una concentración por tercer sábado consecutivo en contra del gobierno, que volvió a prometer que derogará antes de fin de mes la ley de emergencia, vigente desde hace 19 años.

Bahréin: Hay revueltas desde el lunes y se reportaron seis muertos. Siete partidos opositores pidieron la renuncia del gobierno por la brutal represión, mientras las Fuerzas Armadas tomaron el control de las calles y prohibieron las protestas. El emirato petrolero es sede de la Quinta Flota de la Marina de Estados Unidos. Washington se declaró “preocupado” y reclamó profundas reformas en todos los países árabes.

Irak: En el Kurdistán iraquí una persona murió y más de 25 resultaron heridas ayer cuando la Policía dispersó una movilización a favor de cambios políticos y contra la corrupción, como en otras ciudades del país.

Irán: El domingo volverán las actividades como las del lunes y el miércoles en rechazo al régimen, que no parece dispuesto a ceder e incluso anunció una contra manifestación en repudio a dos líderes de la oposición.

Libia: Las protestas se iniciaron el miércoles contra el presidente Muamar Gadafi en varias ciudades y se estima que por lo menos 17 personas habían muerto hasta ayer, según la agencia de noticias AFP.

Marruecos: Hay una convocatoria a nivel nacional, vía internet, para el domingo expresarse en desacuerdo con la política gubernamental. Los jóvenes del Movimiento 20 de Febrero reclamarán una “constitución democrática” y la disolución del gobierno y del Parlamento en una jornada bautizada Día de la Dignidad, a la que adhieren grupos diversos, como un partido islámico prohibido y organizaciones de defensa de los derechos humanos. Los marroquíes están divididos sobre si es oportuno manifestar o no.

Yemen: Ayer, en el sexto día consecutivo de movilizaciones, hubo por lo menos un muerto y 14 heridos en una marcha contra el presidente, Ali Abdalá Saleh, en la capital, Saná, por cruces entre partidarios y opositores al régimen.

¿Cómo impulsar cambios políticos en los países aliados que tienen gobiernos autoritarios? Era una de las preguntas subyacentes en el pedido de informe que hizo Obama a sus asesores en agosto, cinco meses antes de que el presidente tunecino, Ben Alí, tuviera que abandonar su país el 14 de enero luego de 30 días de protestas, y seis meses antes de que el presidente egipcio, Hosni Mubarak, renunciara el 11 de febrero, luego de que fracasaran sus intentos durante 18 días de calmar los ánimos con distintos anuncios, como por ejemplo que no volvería a competir por la Presidencia, que ostentaba en forma ininterrumpida desde 1981.

Según fuentes de la Casa Blanca consultadas por el diario estadounidense The New York Times, el informe secreto -para evitar problemas con esos países “amigos”-establecía en 18 páginas que “sin cambios políticos de fondo, esos países están maduros para una revuelta popular”. La conjunción de varios factores permitía pronosticarlo: una población joven y frustrada en gran mayoría, sistemas educativos deshilachados, economía estancada y redes sociales en expansión.

El interés “evidente” de Obama a la hora de pedir el informe era Egipto, porque es “el ancla de la región” y por la “incertidumbre” que había en torno a la sucesión de Mubarak. Además se sabía que las elecciones legislativas de noviembre de 2010 iban a ser “una farsa”, según las fuentes anónimas consultadas por el diario neoyorquino. Los funcionarios estadounidenses dijeron que Obama apoyó las revueltas en El Cairo, aunque a veces las señales hayan sido confusas. El mandatario, según ellos, cree que si se frenaban los cambios habría más riesgo porque los líderes árabes necesitan reprimir cada vez más para permanecer en el poder.

El documento también apunta a otros posibles focos de cambio en la región que concentra la atención del mundo en estos días. Yemen sería uno. Las autoridades temían que se estuviera prestando demasiada atención a la lucha contra el terrorismo -el régimen yemení es un aliado de Washington a ese nivel ya que Al Qaeda tiene base en su territorio- y no suficiente a los jóvenes cansados del presidente, Ali Abdalá Saleh, que lleva 32 años de ejercicio del poder, y a la posible crisis política que esto podía engendrar.

Las fuentes del The New York Times no quisieron entrar en detalles sobre los demás países, pero el periodista Marc Landler concluyó que Jordania y Bahréin también figuran en el informe como posibles candidatos al estallido. Se estaban celebrando reuniones semanales sobre el tema en presencia de la CIA y lo seguían el principal asesor del presidente para Oriente Medio, Dennis Ross, una de las cabeceras del Consejo de Seguridad Nacional, Samantha Power, que además se ocupa de los temas vinculados a los derechos humanos, y uno de los directivos a cargo del desarrollo global, Gayle Smith.

Por otro lado, una nota interna pretendía que se realizara un trabajo en las reuniones periódicas con los países árabes para ir integrando el tema de las reformas políticas a los temas de conversación, pero según uno de los funcionarios consultados, los intereses estratégicos de Estados Unidos que estaban en juego hacían que eso fuera casi imposible de concretar.