Mala prensa

Periodistas de BBC y del diario brasileño O Estado de São Paulo fueron liberados ayer luego de estar detenidos por las fuerzas de Gadafi. Todos ellos fueron arrestados en puestos de control en los alrededores de Zauiya, ciudad emplazada a unos 50 kilómetros de Trípoli y en la que hay enfrentamientos desde hace días. Los tres periodistas de la cadena pública británica -el palestino Feras Killani, el turco Goktay Koraltan y el británico Chris Cobb-Smith- estuvieron detenidos durante 21 horas. Además, Killani fue golpeado en varias ocasiones por hombres armados que lo acusaban de espiar para los servicios secretos británicos. Acerca del momento en que los detuvieron, el periodista contó: “Estaba arrodillado y los oí apretar el gatillo. Pensé que me iban a disparar. Fue una ejecución falsa”. Luego los encapucharon y los apresaron. En la celda vieron a muchos detenidos con evidencias de haber sido torturados. El brasileño Andrei Netto y el iraquí Ghaith Abdul-Ahad -enviados de O Estado y de The Guardian, respectivamente- trabajaban juntos en Libia cuando fueron detenidos por no tener los documentos personales necesarios para estar en el país. Según relataron, no pudieron conseguir visas por la ausencia de personal diplomático en Libia. Netto estuvo detenido ocho días, durante los cuales estuvo aislado, pero no fue torturado. Para liberarlo lo obligaron a dejar el país. Abdul-Ahad continúa en prisión.

El presidente libio, Muamar Gadafi, terminará venciendo a los rebeldes en los enfrentamientos por controlar territorios de su país, dijo ayer James Clapper, el director de Inteligencia de Estados Unidos, en una audiencia en el Senado. Opinó que en una lucha que amenaza con extenderse en el tiempo, las fuerzas de Gadafi están mejor equipadas y entrenadas, por lo que prevalecerán, informó BBC.

Las versiones sobre quién tiene el control de las ciudades son contradictorias. Ni bien el régimen anunció que recuperó algún territorio, los rebeldes responden que todavía lo controlan ellos. Hasta ayer algunos opositores temían que su avance se viera frenado por los ataques, pero ayer muchos estaban preocupados también por la posibilidad de perder las ciudades que dominan.

“Con aviones, tanques, morteros y cohetes, podría capturar las ciudades”, dijo el combatiente rebelde Basim Khaled a la agencia de noticias Reuters. Las ciudades que están siendo más atacadas por las fuerzas de Gadafi son las que marcaron en las últimas semanas el avance rebelde desde el este -y en particular desde la improvisada capital del gobierno opositor, Bengasi- hacia Trípoli.

La ofensiva, que incluye bombardeos, continuó ayer sobre Ras Lanuf hasta obligar a los rebeldes a replegarse hasta Brega. Horas después, cayeron dos bombas sobre esta ciudad, que queda de camino entre Ras Lanuf y Bengasi.

Desde el Mediterráneo y unos kilómetros más al oeste, fuerzas navales de Gadafi atacaron la ciudad de Bin Yauad, forzando a los rebeldes a replegarse también allí. Más al oeste, en Misrata, se espera una nueva ofensiva: “Las fuerzas de Gadafi están rodeando las afueras de la ciudad. Sufrieron una gran derrota en Misrata, pero tienen armas pesadas”, dijo un insurgente a Reuters.

Una situación similar se presentaba en la ciudad petrolera de Zauiya, a 50 kilómetros de la capital, dominada por rebeldes. Allí los enfrentamientos han sido constantes en la última semana con tanques, aviones y helicópteros, indicó la agencia de noticias AFP.

El hijo de Gadafi, Saif al Islam, dijo ayer en entrevista con Reuters que el gobierno no se rendiría aunque intervinieran las potencias occidentales y avisó que “éste es el momento de la liberación. Es momento de actuar”. Al Islam agregó: “Estamos actuando ahora. El tiempo [para negociaciones] se ha acabado ya”.

Fuera del terreno

La OTAN está lista para actuar en Libia y sólo se espera la orden del Consejo de Seguridad de la ONU, dijo ayer el secretario general de la organización, Anders Fogh Rasmussen.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Robert Gates, opinó que debería sesionar el Consejo de Seguridad para quitar las “limitaciones” de la resolución del 26 de febrero que establecía el embargo de venta de armas a Libia pero no autorizaba a la OTAN a intervenir si no se cumplía. Estados Unidos suspendió ayer sus relaciones con Libia y pidió a los diplomáticos que se retiraran del país. Por su parte, Francia fue un poco más lejos: reconoció al gobierno rebelde como “único representante del pueblo libio” y anunció que enviaría un embajador a Bengasi. La respuesta no tardó en llegar: el gobierno libio aseguró que revelaría “un grave secreto” sobre la financiación de la campaña electoral de Sarkozy, informó la agencia oficial libia Jana.

A su vez, Reino Unido sugirió que podría adoptar pronto una decisión similar a la de Francia porque considera a los opositores los interlocutores válidos en Libia. De hecho, ambos países europeos emitieron ayer un comunicado común en el que aplaudieron al nuevo gobierno y declararon su apoyo a las “medidas necesarias para detener a Gadafi”.

La canciller española, Trinidad Jiménez, dijo ayer que la Unión Europea no veía “ninguna salida” que incluyera la permanencia de Gadafi, mientras el Parlamento Europeo respaldaba el establecimiento de una zona de exclusión aérea sobre Libia. Al respecto, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, expresó dudas: “Quiero recordar que tuvimos una zona de exclusión aérea sobre Irak. No impidió la matanza de Saddam Hussein y no lo sacó del poder. Tuvimos una zona de exclusión aérea y después 78 días de bombardeos en Serbia. No sacó a Milosevic del poder. No salió de Kosovo hasta que pusimos tropas sobre el terreno junto con nuestros aliados”.