La intervención militar coordinada por Estados Unidos en Libia no evitó que las fuerzas de Muamar Gadafi rodearan la ciudad de Misrata, el único bastión rebelde en el oeste de Libia. Este ataque dejó unos 50 muertos y 300 heridos, según fuentes médicas.

Un habitante de esa ciudad identificado como Saadun dijo a la agencia de noticias Reuters que la población de Misrata salió desarmada a las calles para “evitar el ingreso de las fuerzas” del gobierno, pero “cuando se juntaron en el centro, las fuerzas de Gadafi comenzaron a disparar con artillería y armas. Cometieron una masacre”, agregó. La prensa no pudo acceder al lugar, bombardeado ayer por cuarto día consecutivo por el gobierno libio. Expertos militares consultados por Reuters manifestaron el temor de que Gadafi usara “escudos humanos” y los insurgentes denunciaron que los hombres del gobernante se mezclan entre la población civil para protegerse de los bombardeos desde el exterior.

Los ataques de la coalición -que integran Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Noruega, Italia, España, Grecia, Canadá y Qatar- sí detuvieron el avance de las fuerzas de Gadafi en Bengasi y prepararon el terreno para que los aviones occidentales cumplan tareas de patrullaje del espacio aéreo.

En tanto, un misil alcanzó el complejo fortificado de Gadafi en Trípoli, que ya había sido bombardeado por Estados Unidos durante la presidencia de Ronald Reagan, en 1986. El general David Richards, jefe de las fuerzas británicas que realizaron ese ataque, volvió a negar que Gadafi fuera un objetivo militar y dijo a BBC que eso “no está autorizado por la resolución de la ONU”.

Entre los aliados surgieron problemas relativos a la coordinación. Noruega suspendió su participación mientras no se “clarificara el comando”, indicó el diario francés Le Monde. El secretario de Defensa estadounidense, Robert Gates, dijo que espera que “en los próximos días” esa tarea recaiga o “en Francia y Gran Bretaña” o “en la maquinaria de la OTAN”. Pero esta organización no logró un consenso ayer para participar en la intervención y los 28 países que la integran se volverán a reunir hoy. Alain Juppé, el canciller francés, advirtió que si ese organismo liderado por Estados Unidos coordina las operaciones, los países árabes podían descartar su participación. En cambio, el primer ministro británico, David Cameron, se había volcado a favor de un comando de la OTAN.

Por su parte, el primer ministro italiano, Silvio Berlusconi, reclamó un liderazgo de la OTAN, sin el cual su gobierno retomará el control de las bases militares que cedió para la operación, dijo. Añadió que los aviones italianos no dispararán porque el objetivo es sólo hacer cumplir con la zona de exclusión aérea.