Israel actuará “agresivamente, con responsabilidad y prudencia para mantener la paz y la seguridad que predominó aquí en los últimos dos años”, dijo ayer el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, luego del ataque que mató a una mujer en un barrio judío de Jerusalén. El atentado seejecutó con un aparato explosivo colocado en un bolso que fue depositado cerca de una parada de ómnibus. De acuerdo a fuentes médicas consultadas por la agencia de noticias Reuters, la explosión dejó, además, por lo menos dos heridos graves, entre los 30 que se reportaron.
Esto ocurrió mientras el Ejército israelí y las milicias palestinas se enfrentan hace días en una nueva escalada de violencia con ataques mutuos. Un día antes, el martes, ataques israelíes, en respuesta a cohetes lanzados desde la Franja de Gaza sobre Israel, mataron a nueve personas en territorios palestinos, entre ellas tres adolescentes que jugaban al fútbol.
Netanyahu pidió entonces disculpas por la muerte de civiles pero dijo que su país no podía ignorar los ataques contra su territorio.
El atentado de ayer fue el primero en utilizar una bomba desde 2004 y se cometió a dos días de la primera maratón de Jerusalén, un evento para el que se preparó un fuerte dispositivo policial.
Entre 2008 y 2009 hubo tres ataques palestinos en la zona judía de la ciudad, uno con armas automáticas en un seminario rabínico -que dejó ocho muertos- y otros dos con excavadoras, que dejaron cuatro muertos.
El 11 de marzo, cinco miembros de una familia israelí, entre ellos dos niños y un bebé, fueron asesinados en la colonia judía de Itamar, en Cisjordania, lo que desencadenó una fuerte represalia israelí.
“No hay duda de que la situación se está deteriorando. Yo espero que se corrija y si no tendremos que actuar”, dijo en el lugar del atentado el ministro israelí de Interior, Eli Yishai, refiriéndose a los últimos acontecimientos.
Ayer ninguna organización había reivindicado el ataque, pero desde la franja palestina de Gaza, la Yihad Islámica y los Comités Populares de Resistencia lo calificaron de “respuesta natural a los crímenes del enemigo”, informó la agencia de noticias EFE. “Es un claro y potente mensaje a Israel de que sus crímenes no van a poder romper la resistencia”, dijo Abu Ahmed, el vocero del movimiento islamista Hamas, que controla ese territorio.
El presidente de la Autoridad Nacional Palestina, el presidente Mahmud Abbas, condenó el atentado de Jerusalén y también recordó a las víctimas de los bombardeos israelíes en Gaza. El primer ministro Salam Fayad dijo que el atentado en Jerusalén fue un “ataque terrorista” y lo calificó de “lamentable”.
De acuerdo con un reporte de Reuters, unos 500 israelíes fallecieron en 140 ataques suicidas palestinos entre 2000 y 2007, y las fuerzas israelíes mataron a más de 4.500 palestinos en ese mismo período.