Apenas 46% de los franceses participó ayer en la segunda vuelta de las elecciones regionales. En esa votación, el Partido Socialista (PS) logró más del 35% de los votos, la Unión por un Movimiento Popular (UMP), el partido conservador de Sarkozy, recibió el 20%, y la extrema derecha del Frente Nacional (FN) obtuvo más del 11%.
Los socialistas acumularon 61 de los 102 departamentos. Conquistaron los de Jura, Pirineos Atlánticos y el de la isla de La Reunión, pero perdieron ante la derecha el del Val d’Oise, en la periferia de París. Éste era el feudo histórico del actual presidente del Fondo Monetario Internacional, el socialista Dominique Strauss- Kahn, posible candidato a la presidencia por el PS, y favorito según las encuestas.
El FN no logró el gran crecimiento que anunciaba la primera vuelta, en la que alcanzó el 15% de los votos, pero colocó a dos de sus candidatos en consejos departamentales, y ese resultado les permitió a sus militantes mantener el optimismo.
La líder del FN, Marine Le Pen, se alegró de los “progresos espectaculares” de sus candidatos “tanto frente a rivales de izquierda como de derecha”, lo que prueba que su partido tiene “vocación mayoritaria” de cara a las elecciones nacionales de 2012. Según un nuevo sondeo publicado anoche por la televisión estatal francesa, el FN alcanzaría un lugar en la segunda vuelta con el PS, mientras que la UMP quedaría fuera.
El primer ministro, François Fillon, integrante de la UMP, admitió ante los resultados que “la izquierda avanza”, pero destacó que a pesar de “un contexto que se volvió muy difícil debido a dos años de crisis, los candidatos de la derecha y del centro resistieron bien”.
Ségolène Royal, una posible candidata a las elecciones internas socialistas para convertirse en candidata del partido a la presidencia, dijo que había que “tener el valor de admitir que el primer partido de estas elecciones cantonales es la abstención”. En Francia, el voto no es obligatorio.
En tanto, la secretaria general del PS, Martine Aubry, estimó que el resultado de estas elecciones es una “sanción muy pesada” para Sarkozy. y que los franceses “abrieron el camino hacia el cambio”. Aubry agregó que 2012 está cerca y aseguró que ella está “poniendo toda su energía en reunir a la izquierda”, que continúa dividida.
Luego de la primera vuelta electoral, varios candidatos del FN quedaron enfrentados a socialistas en el balotaje. En ese tipo de casos, la tradición francesa es crear “frentes republicanos” contra la ultraderecha y que los partidos llamen a votar al que compite con ella. Un ejemplo de esos frentes fue el de 2002, cuando todos los partidos se aliaron para evitar que Jean-Marie Le Pen, el padre de Marine y fundador del FN, llegara a la presidencia. Entonces, esa alianza permitió que el derechista Jacques Chirac fuera reelecto con el 82% de los votos.
Pero esta vez Sarkozy no transmitió esa consigna a los electores de la UMP y se negó a apoyar a los socialistas o al FN. Esto causó divisiones en su partido y el propio Fillon llamó a votar en contra de la ultraderecha. Ayer el primer ministro volvió a decir que el FN debe “ser combatido” y que las razones de “su respaldo deben ser lúcidamente evaluadas y procesadas”.