En teoría, el PCC realiza congresos cada cinco años para elegir a los 134 miembros de su Comité Central y fijar las grandes líneas políticas a seguir. Pero el presidente cubano, Raúl Castro, postergó el que estaba previsto para 2009, con el argumento de prepararlo con más tiempo.

Los otros congresos

*Diciembre 1975. Lo marcó el inicio de la misión militar en Angola y el ingreso de Cuba en el bloque económico soviético. Se aprobó la Constitución Socialista (1976) y se estableció el Poder Popular como estructura de gobierno.

*Diciembre 1980. Puso énfasis en el desarrollo económico y la defensa, confirmando la línea prosoviética.

*Febrero 1986. Marcó el comienzo del distanciamiento con la Unión Soviética tras la Perestroika, y la revisión del modelo económico, iniciada por Fidel Castro un año antes, llamada "Proceso de rectificación de errores y tendencias negativas".

*Octubre 1991. Se realizó en medio del desconcierto por el final de la Unión Soviética. Se aprobó la apertura religiosa y se sentaron bases de reforma económica.

*Octubre 1997. Confirmó las reformas iniciadas en 1993 para afrontar la crisis económica: circulación del dólar, apertura a la inversión extranjera y a los pequeños negocios.

Está previsto que este VI Congreso elija al mandatario -que cumple 80 años en junio- como primer secretario del PCC. Sustituiría así oficialmente a su hermano Fidel, de 84 años, a quien reemplazó en la presidencia de Cuba en 2008.

Fidel Castro, que gobernó Cuba por casi 50 años, escribió hace algunas semanas que también había renunciado al liderazgo del partido cuando dejó sus cargos a causa de sus problemas de salud, en julio de 2006.

Lo que todos van a observar atentamente es la elección del Segundo Secretario del PCC y los integrantes del Comité Central del partido, porque entre ellos podría estar el futuro líder de la isla. El propio Raúl Castro dijo ante el Parlamento, en diciembre, que “el VI Congreso del Partido debe ser, por ley de la vida, el último de la mayoría de los que integramos la Generación Histórica; el tiempo que nos queda es corto”, recordó la agencia de noticias Reuters.

Por otro lado, también dijo que los líderes históricos tienen el “deber elemental de corregir los errores” del pasado. O sea que podrían seguir al mando, por lo menos hasta que el “rumbo” quede claro.

Los lineamientos para el Congreso apuntan a legalizar prácticas que no están autorizadas pero existen. Por ejemplo, que los cuentapropistas contraten a una persona y le deleguen parte de su trabajo; fijar los precios en función de la oferta y la demanda; o establecer remuneraciones en función de la productividad, señaló el mensuario francés Le Monde Diplomatique.

De acuerdo al economista Omar Everleny Pérez, uno de los dirigentes del Centro de Estudios de la Economía Cubana (CEEC), en el que se gestaron muchas de las reformas en curso, hay que “abrir la economía”. El economista viajó a Vietnam y concluyó: “Es un país que se parece mucho a Cuba y que tiene mucho para enseñarnos”. Las autoridades del gobierno insisten en que “Cuba es única” y que no se piensa copiar a nadie, pero sí se buscan fuentes de inspiración y para ello también sirve China.

De acuerdo al economista del CEEC, hay que empezar por “cambiar el estado de ánimo de los cubanos y aumentar la autonomía de las empresas”. Reconoció que se trata de un cambio “brutal” y admitió: “Sí, las desigualdades van a aumentar. Pero ya existen en la sociedad cubana”.

En todo caso, la idea no es abandonar el socialismo. La población quiere un cambio, pero no piensa renunciar a sus beneficios. La mortalidad infantil es cuatro veces inferior a la del resto de la región, y desde 1950 la esperanza de vida pasó de 58 a 77 años.

Como el Congreso del PCC coincide con el 50º aniversario de la invasión de Bahía de Cochinos -cuando fracasó el intento de exiliados cubanos de poner fin a la revolución, apoyados por Estados Unidos- antes de su apertura, habrá un gran desfile militar que se prepara desde hace semanas.

El propio presidente de la Asamblea Nacional, Ricardo Alarcón, ha dicho que el desafío del VI Congreso es “salvar al socialismo cubano”.