Los dirigentes rebeldes afirman regularmente que, si en Trípoli y otras ciudades controladas por el gobierno de Muamar Gadafi hubiera libertad de expresión y de manifestación, la población dejaría sin apoyo al gobierno y se uniría a ellos.

Por eso, los tímidos intentos de protestas y algunos enfrentamientos que se reportaron en la capital en los últimos días animan a los opositores. “Esperamos que esto sea el principio del fin”, dijo a la agencia de noticias EFE Yalal al Galal, el vocero del Consejo Nacional Transitorio (CNT), el órgano político provisorio de la oposición sublevada contra Gadafi. “Esto demuestra el descontento de la población en Trípoli, que también quiere deshacerse del régimen de Gadafi y vivir libre como nosotros”, agregó el vocero del CNT, que instaló su capital en la ciudad de Bengasi, que está bajo control insurgente desde finales de febrero.

Los sublevados esperan que las malas condiciones de vida en Trípoli, donde se sufre la falta de suministros y una inflación fuertísima, sumadas a los bombardeos de la OTAN, puedan alimentar el descontento y generar una revuelta.

La OTAN intensificó sus ataques contra la capital en los últimos días, y la prensa presente en la capital libia reportó que desde el lunes hasta ayer hubo ocho incursiones aéreas contra distintos puntos de la capital. El gobierno de Gadafi mostró a los periodistas extranjeros acreditados los lugares afectados por las bombas, entre ellos un centro de cirugía reparadora para quemados.

“Todos los blancos de la OTAN son blancos militares, es decir que todos los que estamos atacando, como en la noche anterior [la del lunes] en Trípoli, son centros de mando y búnkeres” del régimen libio, dijo a la prensa en Bruselas uno de los responsables de Planificación Operativa de la misión en Libia, el general brigadier Claudio Gabellini, repitiendo argumentos ya conocidos. Cuando los periodistas le preguntaron si Gadafi sigue vivo, ya que no se lo vio desde que murió uno de sus hijos en un ataque occidental, el general respondió: “No tenemos ninguna prueba”.

Las posiciones de Gadafi están siendo bombardeadas desde el 19 de marzo. Pero al este de Trípoli la situación parece estancada y la ciudad de Misrata concentra las inquietudes de las organizaciones humanitarias. Ayer un portavoz de los rebeldes en esa ciudad, Sadum al Misrati, dijo a la agencia de noticias EFE que sus “hombres hicieron retroceder a las tropas de Gadafi y se posicionaron más allá del centro habitado, por primera vez” desde que las tropas del régimen tuvieron que retirarse del centro de la ciudad, hace dos semanas. Pero esas afirmaciones son difíciles de confirmar, debido a la dificultad que tiene la prensa para acceder a esos lugares.

Según el canal qatarí Al Jazeera, los rebeldes libios también tomaron ayer el control de una base militar aérea en el oeste de Trípoli. En tanto, la secretaria general adjunta de las Naciones Unidas para los Asuntos Humanitarios, Valerie Amos, advirtió que debido al conflicto, “la escasez generalizada paraliza el país de manera que en los meses próximos tendrá un impacto grave sobre la población, esencialmente sobre los más pobres y vulnerables”.