El domingo será la segunda vuelta de las elecciones presidenciales en Perú, pero no sólo los candidatos ocupan los titulares de los diarios. En la última semana varios de los temas de portada son los relacionados con el gobierno de Alberto Fujimori (1990-2000), padre de la candidata por la alianza Fuerza Perú, Keiko Fujimori, y condenado a 25 años de prisión por violaciones a los derechos humanos cometidas durante su administración.

El Tribunal Constitucional peruano tenía a su consideración ayer un recurso presentado por el ex mandatario en el cual solicitó revisar su pedido de recusar a los jueces que ratificaron su condena. Según los abogados defensores de Fujimori, el tribunal no fue imparcial cuando confirmó la pena. Pero ayer el pronunciamiento judicial fue postergado.

Debido a las elecciones, se había informado que, si bien la resolución se tomaría ayer, el fallo se daría a conocer la próxima semana, después de los comicios. Ayer mismo, la candidata presidencial pidió públicamente a los magistrados que postergaran el debate, para no alterar la votación. No se sabe si fue a causa de ese pedido o del argumento de la fiscalía de que era un caso “muy difíci”, pero ayer el Tribunal Constitucional decidió postergar hasta una nueva fecha -aún no definida- el debate y la resolución.

En las afueras de la sede judicial, llegó ayer un grupo de decenas de personas que rechazaban la candidatura de la hija del ex mandatario, argumentando que hará “lo mismo que su padre”.

Algo similar argumentó el contendiente de Keiko, Ollanta Humala, en el debate que protagonizaron los candidatos el lunes. “Nos encontramos en la disyuntiva de defender la democracia, mejorarla y sostenerla, o aceptar la reimplantación de una dictadura [...] Ese régimen pretende reinstaurarse porque son las mismas personas que estuvieron en el régimen de Fujimori-Montesinos las que hoy acompañan a la congresista Fujimori”, dijo Humala. Vladimiro Montesinos fue mano derecha de Fujimori y jefe del Servicio de Inteligencia Nacional durante el régimen.

Para respaldar su afirmación, Humala se refirió a la trayectoria de dos de los asesores de Keiko. Habló de Milagres Maraví, “que coordinaba con Montesinos cómo limpiar el rostro a las atrocidades que hacía el régimen fujimorista”, y de Alejandro Aguinaga, quien fue viceministro de Salud de Fujimori y durante cuya gestión “se esterilizó a miles de mujeres sin que lo consintieran”.

La mención del tema en boca de Humala trajo de vuelta al primer plano las denuncias de esterilizaciones forzosas durante el régimen de Fujimori, entre los años 1996 y 2000, como parte del Programa Nacional de Salud Reproductiva y Planificación Familiar destinado a personas de bajos recursos.

Una investigación del gobierno de Alejandro Toledo, cuyos resultados se conocieron en 2002, reveló que se realizaron 315.000 esterilizaciones en esos años. Se estudiaron 506 de esos casos para el primer informe, y sólo 50 de esas mujeres dijeron que fueron esterilizadas con su consentimiento; las demás reconocieron que no entendían bien de qué se trataba lo que les habían hecho.

El ex viceministro Aguinaga, congresista electo en la primera vuelta por el fujimorismo, aseguró a Radio Programas del Perú que los casos de procedimientos forzados fueron “aislados”. Dijo que “esos casos individuales se judicializaron y allí ha habido sentencias y reparaciones”. Pidió disculpas a Cleofi Neyra, una mujer que fue esterilizada contra su voluntad en la década de 1990, pero agregó que su situación “obedeció a la conducta de un médico”.

Sin embargo, el vocero del fujimorismo, Rafael Rey, reconoció que como el régimen dio incentivos a los médicos que consiguieran convencer a las mujeres, se fomentó que forzaran las esterilizaciones, “una barbaridad”. Sostuvo que conversó el tema con Keiko y que ella le aseguró que no va a permitir que se repitan; además, advirtió que si esto sucede, será “el primero en protestar” y “hasta pondría en duda” la integración de su Partido Renovación Nacional en la alianza fujimorista.