La compañía Google anunció que frenó el ataque de hackers desconocidos que intentaron entrar en las cuentas de cientos de usuarios de Gmail, entre ellos, altos funcionarios de los gobiernos de Estados Unidos y de países asiáticos -especialmente Corea del Sur-, disidentes chinos y periodistas.
Según un comunicado de Google, emitido el miércoles, el ataque fue frenado a tiempo y consistió en el robo de contraseñas, con el aparente objetivo de “controlar los contenidos de los correos de estos usuarios”. Apenas se neutralizó el ataque, Google publicó una serie de consejos y advertencias para que sus usuarios incrementaran la seguridad de sus cuentas. En marzo la compañía acusó al gobierno chino de interferir en su servicio de correo electrónico y en enero de 2010 comenzó un largo enfrentamiento que la llevó a transferir el servicio chino a Hong Kong, luego de denunciar que había recibido ciberataques chinos que buscaban acceder a los correos de los disidentes.
Ayer el asesor del gobierno australiano Andrew Davis alertó a los gobiernos que necesitan prestar más atención a los “ciberataques” y que no están tomando en serio la verdadera magnitud de la amenaza que significan.
El que quiso demostrar que se lo toma en serio es Estados Unidos. El Pentágono está elaborando un plan para categorizar los ataques informáticos como actos de guerra, allanando el camino para una potencial repuesta militar, informó el diario Wall Street Journal. Este plan nació a instancias de una iniciativa que la Casa Blanca transmitió a mediados de mayo en un comunicado, en el que se advertía: “Estados Unidos responderá a actos hostiles en el ciberespacio como lo haría ante cualquier otra amenaza contra el país”.
“Nuestra nación está en riesgo”, agregaba el gobierno, antes de señalar que el sistema de ciberseguridad es muy vulnerable, y presentar una serie de medidas legislativas para enfrentar “uno de los mayores desafíos” de seguridad. Entre las propuestas figura una solicitud de mayor colaboración entre el Departamento de Seguridad Nacional y las empresas privadas de tecnología, la creación de un cuerpo de expertos “anti hackers” y centros de coordinación de seguridad. También se proponen mejoras en los sistemas de alerta y de comunicación interna, y penas para quienes participen en este tipo de agresiones. La nueva legislación obligaría a las empresas privadas a informar al público cuando son atacadas y crearía una serie de requisitos mínimos para los sectores que manejan redes informáticas, además de proteger la privacidad e impedir el monitoreo ilimitado de ciudadanos por parte del gobierno, informó BBC.
Según las estimaciones del Pentágono, las redes del gobierno estadounidense están constantemente bajo el ataque de unos 100 organismos de inteligencia extranjeros. El proyecto de la Casa Blanca se sumó en el Congreso a otras 50 iniciativas legislativas sobre seguridad cibernética. Se considera que como esta iniciativa es respaldada por el presidente Barack Obama, un activo usuario de internet y de las redes sociales, tendrá mejor suerte que las demás, que continúan guardadas, algunas con media sanción en el Congreso.
Estas propuestas generaron el rechazo de organizaciones defensoras de los llamados “derechos digitales”, porque aumentaría el control del gobierno sobre internet, incluyendo la posibilidad de interrumpir las comunicaciones ante amenazas graves.
Pero la lucha contra los ataques cibernéticos iniciada por Obama no se limita a estos proyectos. A fines de mayo el mandatario llamó al principal ejecutivo de Twitter para que forme parte de un comité que lo asesorará en materia de seguridad en las telecomunicaciones. En el comité también estará el presidente de la firma de antivirus McAfee, David DeWalt.
Obama busca mantener una buena relación con los líderes del mundo de las comunicaciones digitales como parte de su política de seguridad cibernética, y por eso suele celebrar cenas anuales a las que asisten, por ejemplo, Mark Zuckerberg, de Facebook; Carol Bartz, de Yahoo!; o Steve Jobs, de Apple.