El segundo intento de mediación encabezado por el presidente sudafricano, Jacob Zuma, en nombre de la Unión Africana (UA), entre el gobierno de Muamar Gadafi y la oposición armada siria, fracasó el lunes. El líder libio, que recibió a Zuma en Trípoli, volvió a dar su acuerdo a la hoja de ruta propuesta por el bloque regional, pero los rebeldes no cambiaron de postura desde abril, cuando dijeron ante esta misma propuesta, que no habrá negociación mientras Gadafi continuara en el poder. Por su parte, el líder libio entiende que, si debe haber cese al fuego, este debe ser simultáneo e incluir a las fuerzas de la OTAN, que continúan bombardeando sus posiciones. La bombas volvieron a caer sobre Trípoli horas después de que se fuera Zuma. Esta situación hace que las señales de agotamiento empiecen a notarse en los dos bandos. En el caso de Gadafi, que apareció el lunes en la televisión estatal libia por primera vez desde el 11 de mayo, se pudo apreciar que el dirigente no perdió su aprecio por las puestas en escena. Zuma fue recibido por el primer ministro libio, Baghdadi Mamudi en el aeropuerto, con una alfombra roja en la pista y un coro de niños que repetían "queremos a Gadafi", mientras ondeaban banderas verdes del régimen y fotografías del gobernante. Pero estos gestos simbólicos no convencen y los países que intervienen en Libia bajo comando de la OTAN esperan que los ataques aéreos, las deserciones en su entorno y la escasez, lo obliguen a salir del poder, indicó la agencia de noticias Reuters.
El tiempo pasa
P>El coordinador humanitario de Naciones Unidas para Libia, Panos Moumtzis, dijo a esa agencia que las reservas de algunos alimentos en las áreas controladas por Gadafi no durarán más que semanas. "No creo que haya hambre o malnutrición. Pero cuanto más dure el conflicto más se reducirán los inventarios de alimentos y es sólo cuestión de semanas para que el país llegue a una situación crítica", dijo el diplomático. Añadió que "los alimentos y suministros médicos son un poco como una bomba de relojería. Por el momento están bajo control y todo está bien. Pero si la situación se dilata, puede transformarse en un problema importante". A estos problemas de abastecimiento se agregan los desertores del bando de Gadafi cuyo número crece. El último grupo llegó a Italia ayer, integrado por ocho oficiales, según informaron las autoridades de ese país, entre los cuales habría cinco generales del ejército libio. De acuerdo con lo que señalaron esos militares en una conferencia de prensa que dieron en Roma el lunes, en total 120 oficiales habrían abandonado las fuerzas armadas de Gadafi. Llamaron a seguir ese ejemplo. Además, según dijo un general desertor, Salah Giuma Yahmed, "las fuerzas internacionales [de la OTAN] paralizan las tropas de Gadafi, que funcionan ahora con el 20% de sus capacidades". También los rebeldes, a pesar del apoyo que reciben de la OTAN, están llegando al límite de sus capacidades. El lunes Alí Tarhuni, el ministro de Petróleo y Finanzas del Consejo Nacional de Transición Libio, el gobierno de los insurgentes, declaró: "No tengo ningún recurso, ni un centavo". Pidió a los países aliados a su causa que les den ayuda económica. Si lo hacen, aseguró, "todo el dinero será usado para el combustible [para la electricidad], la alimentación y los medicamentos". Insistió: "Tenemos combatientes valientes pero es duro pelear con el estómago vacío". Parece que la solicitud llegó hasta Italia, ya que el canciller de ese país, Franco Frattini, visitó Bengasi y anunció ayer que firmó un memorando de entendimiento con los dirigentes rebeldes, que incluye un paquete de ayuda de "grandes cantidades de combustible y grandes cantidades de dinero por valor de cientos de millones de euros". Al mismo tiempo Frattini estimó que Gadafi está "acabado" y destacó que no tiene otra alternativa que abandonar el país, informó la cadena de televisión qatarí Al Jazeera. Otra postura adoptó Rusia que, al igual que China, es uno de los países con derecho de veto en la ONU que se opone a la intervención en asuntos internos de otros países. El ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, pidió a las potencias occidentales que no intervengan en las negociaciones de paz. "Lo importante es que fuerzas exteriores, actores externos, incluidos aquellos que intentaron salirse del marco del mandato de la ONU, no obstruyan a estas fuerzas", señaló.
Rusia y la rebeldía
P>Representantes de los rebeldes se reunieron la semana pasada en Moscú. El canciller ruso dijo luego que los insurgentes no piensan negociar con Gadafi ni con sus familiares y que sólo lo harán con figuras neutrales y tecnócratas sin afiliación política definida. “La oposición también está dispuesta a que en las negociaciones participen representantes de las Fuerzas Armadas y los órganos de seguridad que no tomaron parte en las hostilidades”, agregó. Lavrov consideró que esto es “razonable” y que la hoja de ruta de la Unión Africana puede servir de base para un acuerdo. La cancillería rusa informó que durante la cumbre del Grupo de los 8 que se celebró la semana pasada, el presidente de Rusia, Dmitri Medvedev, aceptó mediar entre las autoridades y los rebeldes en Libia. Antes de iniciar el trabajo en ese sentido, el mandatario ruso se reunirá el lunes con el presidente de la Unión Africana, el ecuatoguineano Teodoro Obiang, quien en setiembre cumplirá 32 años en el cargo. Medvedev dijo el viernes que Gadafi debe abandonar el poder y exiliarse porque “la comunidad internacional no lo ve en estos momentos en calidad de dirigente libio”. Pero como Gadafi no parece dispuesto a hacerlo, desde el comando de las operaciones de la OTAN, ya no se descarta mandar fuerzas al territorio libio, además de los asesores militares que ya están en el terreno. Además, un comunicado del secretario de Defensa británico, Liam Fox, informó de la intención de su país de comenzar a usar bombas que puedan destruir bunkers en sus ataques contra las fuerzas de Gadafi. Pero aclaró: “no intentamos atacar físicamente a personas del círculo interno de Gaddafi, en quienes confía, sino que enviaremos mensajes ciertamente cada vez más enérgicos”.