Centenares de agentes de Policía y de unidades especiales (agentes de fronteras, policía montada, unidades caninas) participaron en un gran ejercicio, que duró tres días y terminó ayer, para preparar la respuesta a los disturbios que, según las autoridades israelíes, ocurrirán si prospera una iniciativa palestina de obtener el reconocimiento en setiembre de miembro pleno de Naciones Unidas.

Ese simulacro fue una primera etapa hacia un ejercicio mayor, llamado Turning Point 5, en el que van a participar también el Ejército israelí, equipos de rescate y de emergencia con unidades de todo el país. Será el más importante que se realice desde agosto de 2005, cuando las fuerzas de seguridad evacuaron los asentamientos judíos en la Franja de Gaza.

La principal preocupación de las autoridades israelíes es que centenares o miles de palestinos marchen hacia los puestos de control militares y el muro de separación para entrar al territorio israelí, sobre todo en Cisjordania, indicó el diario israelí Haaretz.

"Los intentos de sortear las fronteras, los llamamientos en internet y la situación en Medio Oriente nos llevan a enfrentarnos a una nueva realidad para la que debemos estar preparados", dijo el jefe de la Policía israelí, Yohanan Danino, de acuerdo a la agencia de noticias EFE.

Estos operativos muestran la inquietud de Israel ante la perspectiva de un posible reconocimiento al Estado Palestino en las Naciones Unidas, que se sumaría a los numerosos reconocimientos unilaterales recientes que hubo en distintas partes del mundo y en América Latina en particular -Uruguay incluido.

En ese marco, Haaretz reveló información de documentos secretos a los que accedió, según la cual el Ministerio de Relaciones Exteriores de Israel dio instrucciones a sus diplomáticos para que tomen medidas con el objetivo de evitar que los países en los que están trabajando apoyen la iniciativa palestina ante Naciones Unidas.

El director general de ese ministerio, Rafael Barak, y otros de sus altos funcionarios piden a las distintas embajadas que presionen "al máximo nivel posible" para convencer a las autoridades locales de que apoyar la pretensión palestina es ir en contra de Israel y en contra del proceso de paz, según esa información.

De acuerdo con el diario, los representantes de Israel en todo el mundo tienen orden de buscar apoyo entre las comunidades judías y las ONG locales, de escribir en la prensa, entrevistarse con políticos de mayor nivel posible y organizar visitas oficiales para incidir en la opinión pública y en sus dirigentes.

Además, los embajadores y otros funcionarios afectados en el exterior deben cancelar eventuales vacaciones si están previstas para setiembre y presentar un plan de acción para su sede diplomática.

"No es ningún secreto que deseamos negociar de forma directa con los palestinos y que creemos que el mundo no puede aceptar estas medidas unilaterales que sirven como elemento de presión", dijo al respecto el portavoz de la cancillería, Ygal Palmor, al diario español El Mundo.

En el mismo sentido se pronunció el presidente del Parlamento Europeo, Jerzy Buzek, quien estaba ayer de visita en la ciudad de Ramala, Cisjordania. Durante una conferencia de prensa rechazó ayer cualquier acción unilateral adoptada, tanto por los israelíes como por los palestinos, que "pueda poner en peligro el futuro de las negociaciones".

Voces unidas

A fines de mayo una veintena de personalidades israelíes firmó una carta pública que va en sentido contrario al camino que adoptó su gobierno. En ella reclaman a los países europeos que apoyen el reconocimiento de un Estado Palestino porque “una declaración de la independencia palestina no es sólo un derecho, sino también un paso positivo y constructivo a favor de ambos pueblos”.

La carta fue firmada por el ex portavoz del Parlamento israelí (entre 1999 y 2003), el laborista Avraham Burg; el ex director general del Ministerio de Relaciones Exteriores Alon Liel y el ex embajador de Israel en Sudáfrica, Ilan Baruch, junto con otras personalidades como el Premio Nobel de Economía Daniel Kahneman, el ex presidente de la Academia de Ciencias de Israel Menajem Yaari y los premios Israel Yuval Yermiahu y Avichai Margalit, y escritores como Nir Baram, Lea Eini y Ronit Matalon.

Los firmantes también pidieron a los ciudadanos israelíes que apoyen la creación de un Estado Palestino, que deberá, a su entender, estar basado en las fronteras de 1967, y acuerdos de intercambio de tierras para algunos casos. Aclaran que la Franja de Gaza “también será reconocida como parte de Palestina siempre que reconozca la existencia de Israel”, haciendo referencia a que ese territorio palestino está gobernado por el movimiento Hamas, que no reconoce el Estado de Israel.

El lunes el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, volvió a reclamar durante una visita a Italia que las autoridades de Gaza y de Cisjordania reconozcan el Estado de Israel -algo que ya hizo la Autoridad Nacional Palestina, que gobierna en Cisjordania- pero también que acepten formalmente a ese país como Estado judío.

Además, el gobierno de Netanyahu se niega a tomar como base de un eventual acuerdo de paz las fronteras de 1967.

El ex portavoz del Parlamento Burg, quien además es miembro de la organización Sheikh Jarrah Solidarity Movement -que apoya a la población palestina de un barrio de Jerusalén Este ante la colonización-, declaró a la diaria que con esos planteos Israel está “burlándose del mundo, valiéndose de la ilusión de las negociaciones, como si las condiciones impuestas por Netanyahu dejaran margen para un acuerdo”. El político israelí estima además que “al apoyar la decisión diplomática palestina”, América Central y del Sur mostraron “su integridad moral y su sabiduría diplomática” porque “probablemente hayan contribuido más a la paz en Israel que cualquiera de los 'amigos' tradicionales de ese país”.

El laborista escribió a la diaria que “el ingreso de Palestina independiente a la familia de naciones de la ONU en setiembre” permitiría “destrabar el actual estancamiento”, lo que responde al “interés superior de Israel”. Añadió que además “no tiene mucho sentido intentar impedir un resultado que todos sabemos que sucederá de todos modos”, el establecimiento del Estado Palestino.