Boudou, de 47 años, creció en Mar del Plata. Fuera de la economía y del kirchnerismo, sus pasiones son las guitarras eléctricas, que colecciona, y su Harley Davidson, que lo lleva a todos lados. “Si se grita pidiendo verdad en lugar de auxilio, eso se llama rock and roll”, dijo quien dirige la economía argentina desde julio de 2009, citando al guitarrista del grupo británico The Who, Pete Townshend. Según él, “a eso se parece el kirchnerismo”.
Cuando estudiaba economía, fue dirigente de la organización política estudiantil Unión para la Apertura Universitaria, conocida por su orientación de derecha, su defensa de las privatizaciones, de la desregulación de la economía y de la inserción de Argentina en el mundo occidental y capitalista. Por eso, al anunciar su decisión, Fernández remarcó que “lo importante es saber cambiar cuando el mundo cambia, y saber interpretar y decodificar”.
Le dicen Aimé -amado en francés- al igual que a su padre, quien tenía el mismo nombre de pila. La agencia de noticias EFE lo presenta como amante de la “buena vida” y “soltero codiciado”, aunque está en pareja con la periodista Agustina Kämpfer del canal argentino CN23, cercano al kirchnerismo.
Antes de dedicarse de lleno a la política y la economía, el mundo de Boudou fue la noche. Puso música en boliches y organizó eventos, entre los cuales se destaca Rock in Bali, un festival que organizó en Mar del Plata a mediados de los 80 y que convocó a unas 15.000 personas durante cuatro años consecutivos. Luego entró a la actividad privada como asesor y posteriormente fue dirigente de la empresa platense de recolección de basura, Venturino Eshiur.
En 1998 ingresó a la Administración Nacional de Seguridad Social, a la que pasó a dirigir en 2006. Tres años antes había obtenido un Máster de economía en la Universidad del Centro de Estudios Macroeconómicos de Argentina, institución con orientación liberal, de la cual se alejó cuando propuso la nacionalización de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones, que se concretó en 2008. La mandataria estimó el sábado que esa medida fue la “más importante” que tomó su gobierno, porque permitió “recuperar los recursos de los trabajadores”. “Y la persona que vino a proponerme [esa idea] en ese momento de crisis, a decirme que el mundo había cambiado y nada volvería a ser como era, fue nuestro ministro de Economía, Amado Boudou, que es el hombre que me va a acompañar”. Con esa frase fue que Fernández lo puso en carrera.
Otro atributo que le reconoció la presidenta fue la “lealtad”, en oposición a la actitud de Cobos, que en su momento calificó de “traición, que desde 2008 es considerado un disidente. Por lo tanto, Fernández decidió no arriesgarse otra vez eligiendo a alguien de otro partido y prefirió a un liberal convertido al kirchnerismo. “Necesito a mi lado alguien que no le tenga miedo a las corporaciones, que no le tenga miedo a los preconceptos, a las cosas establecidas”, argumentó. Se hizo eco así de las palabras que pronunciara el propio Boudou al catalogar al gobierno de la presidenta de “muy rocker, porque no tiene miedo a romper el molde y pelear contra los poderosos”.
Boudou procuró ser el candidato del kirchnerismo para la jefatura de gobierno porteño el 10 de julio, pero Fernández optó por Daniel Filmus. En ese marco Boudou se destacó por su cercanía con la Madres de la Plaza de Mayo y por el apoyo que le brindó el poderoso titular de la CGT, Hugo Moyano. En cambio, desde la oposición se le cuestiona principalmente el aumento de la inflación durante su gestión en Economía.