Los análisis realizados al cuerpo exhumado del ex presidente chileno Salvador Allende, que murió el 11 de marzo de 1973, durante el golpe de Estado, cuando militares rodeaban el Palacio de La Moneda, confirmaron que se suicidó. Ésa era la versión oficial, compartida por la familia Allende. El ex presidente decidió morir “ante las circunstancias extremas que vivió” para evitar “ser humillado o vivir cualquier otra situación”, dijo su hija, la senadora socialista María Isabel Allende.

La dirigente y el director del Servicio Médico Legal de Santiago, Patricio Bustos, dieron la información a los medios. De acuerdo con Bustos, que trabajó con un plantel internacional de expertos, el informe final es concluyente en descartar de plano la intervención de terceros en la muerte de Allende.

Ese informe, brindado ayer al juez Mario Carroza, que investiga el caso, establece que la causa de la muerte fue un disparo en el mentón efectuado por él mismo con el fusil AK-47 -que le regaló Fidel Castro- colocado entre sus rodillas. David Prayer, experto británico en balística, indicó que el fusil estaba en modo automático, en el cual dispara una ráfaga de diez proyectiles por segundo.

La presencia de más de una bala en el lugar donde murió Allende era uno de los argumentos para que se considerara la posibilidad de que hubiera sido asesinado o lo hubieran asistido en el suicidio, luego de que el disparo inicial no terminara con su vida.

La senadora Allende aseguró que las conclusiones dan tranquilidad a su familia, que siempre confió en esta versión, que fue la que dieron quienes acompañaban al mandatario en esa tarde y los médicos de la dictadura después.

La confianza de la familia Allende en esa versión era tal, que recién este año accedió a que se realizara una investigación al respecto.

Conocido el informe, la hija de Allende también pidió a TVN, la televisión estatal de Chile, que publique la información para rectificarse, luego de emitir un reportaje en mayo que ponía en duda la causa de la muerte del mandatario.