Ahora que la capital está, según los rebeldes, bajo control de sus combatientes -televisión nacional incluida-, todos se preguntan dónde está Muamar Gadafi, de cuyo acceso al gobierno libio se cumplirán 42 años el 1º de setiembre.

Son muchas las especulaciones, ya que a pesar de que los sublevados contra Gadafi controlan varios barrios de Trípoli y rodean el complejo presidencial, no se sabe si el líder libio sigue en ese lugar, que la OTAN volvió a bombardear anoche. "No creemos que se esconda en su palacio de Bab El Aziziya", que resistió a meses de bombardeos de la OTAN, dijo ayer un jefe militar rebelde, según la agencia de noticias EFE.

Otras fuentes dicen que Gadafi está en un búnker cerca del barrio de Tadjoura, en el este de la ciudad, protegido por la brigada que comanda su hijo Jamis, una fuerza de elite del Ejército gadafista. Diplomáticos estadounidenses describieron a Jamis, uno de los siete hijos del gobernante libio que sigue con vida, como el mejor elemento de sus Fuerzas Armadas.

Otras versiones indican que Gadafi habría huido a su ciudad natal, Sirte, o a Chad, ya que ese país vecino es gobernado por su amigo Idriss Deby. Desde Washington, el Pentágono dijo que ignora el paradero de Gadafi pero aseguró que sigue en Libia.

Mustafá Abdel Jalil, presidente del Consejo Nacional Transitorio (CNT, organismo de conducción política del bando rebelde), dijo ayer en una conferencia de prensa realizada en Bengasi que espera que Gadafi "sea capturado vivo y se lo lleve ante la Justicia para que responda por sus crímenes". También afirmó que "la verdadera victoria no se celebrará hasta que sea arrestado".

Los rebeldes sí capturaron a la primera esposa de Gadafi, Fadhia, y a tres de los hijos más conocidos del líder, entre ellos Saif al Islam, cuyo nombre significa "espada del Islam". Es el segundo hijo de Gadafi y el mayor de los que tuvo con su segunda esposa. Parecía ir rumbo a la sucesión de su padre (cuyo primogénito, Mohamed, se interesa poco por la política) y ofició durante mucho tiempo como portavoz y representante del líder libio en Occidente, donde ganó fama de reformista debido a algunas críticas al régimen que integraba y a sus declaraciones de interés en el fortalecimiento de la sociedad civil, pero desde el comienzo de la insurrección, en febrero, adoptó una posición muy dura en defensa de su padre y el TPI emitió una orden de arresto contra él por crímenes de lesa humanidad. Pero Abdel Jalil dijo que el CNT no lo entregará a esa corte internacional, sino que se propone juzgarlo en Libia.

Saif fue detenido junto a su hermano Al-Saadi, el tercer hijo de Gadafi, que jugó al fútbol como profesional en la primera división italiana y fue presidente de la federación nacional de fútbol libio antes de convertirse en jefe de las Fuerzas Armadas libias.

El tercer capturado es Mohamed, hijo de Fadhia. Siempre mantuvo un perfil más bajo que sus hermanos y hacía pocas declaraciones, pero hace poco concedió una entrevista al canal qatarí Al Jazeera en la cual dijo: "Habría deseado que las cosas se arreglasen de manera pacífica, a través del diálogo", y lamentó "la ausencia de discernimiento y de razón que llevó a nuestro país a la actual situación". Su madre permanecía detenida ayer y no se sabía nada de los otros cuatro hijos de Gadafi.

Los puntos sobre las íes

Según una fuente de la OTAN consultada por EFE, esa organización continuará su actividad militar en Libia hasta que todas las fuerzas leales a Gadafi se rindan.

Luego de que el Consejo de Seguridad de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) dispuso establecer una zona de exclusión área sobre Libia, con el propósito declarado de impedir bombardeos a civiles de las fuerzas de Gadafi, Estados Unidos, Francia y Gran Bretaña empezaron a bombardear posiciones del gobierno libio en marzo, y unos diez días después la OTAN tomó la posta con la operación Protector Unificado. Desde el 31 de marzo, la alianza realizó 19.877 vuelos y 7.505 ataques, muchos de los cuales no cayeron sobre objetivos militares, debido a errores según la organización. El domingo, durante la toma de Trípoli por los rebeldes, hubo 126 vuelos y 46 bombardeos. El mandato de esa organización para intervenir en Libia fue prolongado una vez y vence, teóricamente el 1º de setiembre.

Varios gobernantes de países de la OTAN destacaron el papel de esa organización en el desenlace que creen próximo. Por ejemplo, el ministro belga de Defensa, Pieter de Crem, dijo a la radio pública flamenca VRT que esos ataques permitieron que el régimen se esté desmoronando. “Es lo que la OTAN había decidido”, afirmó.

Pero Abdel Jalil, ex ministro de Justicia de Gadafi que se sumó a la oposición en febrero, replicó que “la operación [en Trípoli] fue planificada y ejecutada de la 'a' a la 'z' por el CNT”, y que “la OTAN sólo bombardeó algunos objetivos puntuales en acuerdo con el Consejo”. El presidente del CNT llamó a la calma y pidió a los insurgentes que eviten acciones de venganza. Las fuerzas armadas del CNT están constituidas por milicias que no siempre coordinan sus acciones y entre las cuales hay rivalidades.

Por otro lado, insistió en que desea una transición democrática, y prometió que las futuras autoridades respetarán los derechos humanos y las normas internacionales. También aseguró, como ya lo había hecho anteriormente, que los intereses de los países occidentales que ayudaron a los rebeldes serán protegidos.

Pero desde la capital egipcia, El Cairo, Abdel Monein al Honi, integrante del CNT, advirtió que su país no permitirá el establecimiento de bases militares de la OTAN cuando caiga el régimen.

Desde su formación en marzo, el CNT tiene un plan para la era pos Gadafi. El 17 de este mes puso al día ese documento, titulado “Declaración constitucional”, que tiene 37 artículos y prevé que se le entregue el poder a una asamblea constituyente electa en un plazo máximo de ocho meses después de la caída de Gadafi, e indica que el Consejo Transitorio pasará a instalarse en Trípoli en cuanto se concrete la “declaración de liberación”. Según el especialista en el norte de África Luis Martínez, director del Centro de Estudios Internacionales francés, ese texto expresa una gran “ambición” en términos de “democracia, estado de derecho [y] respeto por los derechos humanos”, pero el desafío del CNT será que todos los que lucharon contra Gadafi reconozcan su autoridad.

Ayer se multiplicaban los anuncios de encuentros y cumbres destinados a apoyar a los rebeldes para que concreten la transición democrática. Varios países reconocieron al CNT ayer como gobierno legítimo de Libia, sumándose a una larga lista de los que lo habían hecho antes de la toma de Trípoli. Los gobiernos de Ecuador y Venezuela fueron los únicos en mantener su condena a la intervención militar extranjera que apoya la insurgencia.