El gobierno colombiano está haciendo “shows publicitarios que parecen más escándalos periodísticos que labores de la administración” cuando denuncia casos de corrupción en su administración, dijo el ex presidente Álvaro Uribe. “Ojalá esos hallazgos no se le conviertan en falsos positivos de la corrupción”, agregó el ex mandatario, en referencia a otro escándalo de su gobierno, el de los “falsos positivos”: civiles asesinados por militares que los hacían pasar por guerrilleros muertos en combate.
Cuando se cometieron esos crímenes, Juan Manuel Santos, quien llegó a la presidencia aupado por el entonces mandatario, era el ministro de Defensa. Una de las políticas oficiales de entonces era la de entregar premios a los soldados que protagonizaran la lucha contra la guerrilla.
En entrevista con Terra TV, Uribe subrayó que durante su gobierno introdujo “medidas contra la corrupción y el clientelismo” y que sale públicamente a defender a sus ex compañeros involucrados con escándalos de esta índole porque tiene que defender su legado.
Tres asesores cercanos al gobierno de Uribe están bajo la lupa. Uno de ellos es el ex ministro de Agricultura -y quien era su favorito para sucederlo en la Presidencia- Andrés Felipe Arias, por una trama de corrupción que involucra a uno de los programas de agro que él propuso. Los otros son el ex secretario general de Presidencia Bernardo Moreno y la ex presidenta del servicio de inteligencia colombiano María del Pilar Hurtado. Los dos aparecen involucrados en el caso de las escuchas ilegales realizadas en el Departamento Administrativo de Seguridad (DAS).
Desde la semana pasada Arias está en prisión preventiva, y el sábado se dispuso que Moreno ingresara a prisión porque en libertad podría “obstruir” la Justicia. Contra Hurtado hay una orden de detención preventiva desde mayo, pero ella se encuentra asilada en Panamá. “Yo les dije: 'Si ustedes sienten que no tienen garantías en la Justicia colombiana, hay un camino, y es el asilo'”, aseveró ayer Uribe, para después agradecer al gobierno panameño por asilar a Hurtado.
Uribe criticó que la Justicia no se pregunte si él mismo, Moreno y Hurtado “son las personas para ordenar que se ponga una grabadora ilícitamente en la sala de la Corte”. En su visión de los hechos, la respuesta sería que no, que en realidad los teléfonos pinchados de dirigentes opositores, entre otros, fueron una “venganza criminal” de personas que “penetraron el DAS”.
Con estas nuevas órdenes de arresto contra altos cargos del anterior gobierno, Iván Cepeda, diputado y dirigente de izquierda que fue víctima de esas escuchas, aseguró que es “cada vez más evidente que Uribe está involucrado de manera directa en estos asuntos”.
Las declaraciones del ex presidente generaron respuestas en distintos sectores del gobierno, que está conformado por una gran alianza de casi todos los partidos con representantes parlamentarios. El primero en reaccionar fue Rafael Pardo, líder del Partido Liberal, que forma parte del oficialismo aunque fue opositor durante el gobierno Uribe. Pardo sostuvo que no hay una conspiración contra el ex mandatario y su gobierno, sino que hubo hechos de corrupción que la Justicia está investigando. Pardo criticó a Uribe por “descalificar” a la Justicia, tal como hizo cuando era gobernante.
Roy Barreras, senador del Partido de la U, que se creó en torno a la figura de Uribe, defendió al ex mandatario y explicó que es natural que reaccione porque “le están pateando los huevitos [...] los huevitos democráticos”. Lo dijo en referencia a una imagen que usó Uribe durante la campaña electoral, cuando dijo, para apoyar a Santos, que el candidato oficialista protegería a la gallina de los tres huevos de oro: seguridad democrática, confianza inversionista y cohesión social.
También desde el Partido de la U, el senador Juan Carlos Vélez dijo que Uribe está “muy solo”, que no se “lo está reconociendo” por sus logros, y que Santos debería “respaldarlo más”. Desde el Partido Conservador, al que perteneció Uribe, también se propuso que ambos se reúnan para solucionar las diferencias y que el nuevo gobierno apoye “con más vehemencia al de su antecesor”.