Desde que el grupo extremista palestino Comités de Resistencia Popular cometió un atentado en el balneario de Eilat, en el que mató a seis personas en el sur de Israel el 18 de agosto, la tensión volvió a aumentar entre palestinos e israelíes. Desde entonces hubo por lo menos 15 muertos y más de 50 heridos del lado palestino, mientras que del israelí hubo una víctima mortal y 20 heridos.

El lunes de noche otro ataque dejó siete heridos israelíes cuando un joven palestino se apoderó de un taxi para atropellar policías y peatones, antes de bajarse a apuñalar jóvenes que esperaban en la vereda para entrar a una discoteca en Tel Aviv, al grito de “Alá es grande”.

Desde el 19 de agosto, cuando murieron cinco policías egipcios en operaciones israelíes de represalia por el atentado del día anterior, Egipto volvió a quedar en el centro del conflicto y terminó oficiando de mediador, un papel que ha cumplido en varios casos. La población egipcia tiende a solidarizarse con los palestinos, pero a su vez Egipto es el único Estado árabe que tiene un acuerdo de paz con Israel desde 1979. Pero ahora este país se encuentra en plena transición, luego de que fuera derrocado su líder de los últimos 30 años, Hosni Mubarak.

Por eso su zona fronteriza con Israel, en la península del Sinaí, quedó desprotegida de fuerzas de seguridad, y para Israel, el atentado de Eilat demostró que ésa es una zona ideal para que fuerzas palestinas lleguen a Israel a cometer atentados.

Pero la muerte de los policías egipcios en ataques israelíes, además de la exigencia de parte de la sociedad civil egipcia de modificar los acuerdos de paz de 1979, puso presión a El Cairo. El diario egipcio Al Ahram, citado por varios medios internacionales, aseguró que el gobierno egipcio logró convencer a Israel de que cancelara sus planes de asesinar a Ismail Haniye, el primer ministro del movimiento islámico Hamas, que gobierna la franja de Gaza. Si esto ocurriera, para El Cairo sería más difícil argumentar a favor de mantener el tratado de paz con su vecino. Las mismas fuentes afirman que Egipto contactó a una de las mayores milicias palestinas, la Yihad Islámica, para que deje de lanzar cohetes contra Israel.

Antes de que se publicaran esos datos, una manifestación anunciada como masiva ante la embajada de Israel en El Cairo, tuvo una convocatoria menor a la esperada. El diario israelí Haaretz consultó a un periodista egipcio cercano al movimiento civil Seis de Abril, uno de los que llamaba a manifestar, y esa fuente le dijo que las autoridades convencieron a los convocantes, en conversaciones telefónicas informales, de que si la manifestación ante la embajada se realizaba, dificultaría las negociaciones.

El ministro de Defensa israelí, Ehud Barak, dijo al semanario británico The Economist que está dispuesto a permitir que se desplieguen otra vez soldados egicios en la zona desmilitarizada del Sinaí, con helicópteros y blindados -algo que el tratado de paz prohíbe- con tal de que ese acuerdo no peligre. Pero el primer ministro Benjamín Netanyahu dijo que para modificar el texto de ese documento se necesita la aprobación del gabinete.

En ese clima, ayer las fuerzas de inteligencia israelíes alertaron de posibles ataques desde el Sinaí, y el Ejército reforzó su presencia y el patrullaje en la frontera marítima con Egipto en el Mediterráneo.

Mientras tanto, Irán envió un submarino y un buque de guerra al Mar Rojo. El comandante de la armada iraní, el almirante Habibilá Sayari, dijo que fue para “patrullar en alta mar y mostrar las capacidades de la República Islámica de Irán”. Israel respondió desplegando dos lanchas lanzamisiles en las mismas aguas para “misiones de rutina”.

Esa tensión tiene mucho que ver con la iniciativa ante la ONU para el reconocimiento de un Estado palestino como miembro pleno de esa organización internacional. Para que sea aprobada por la Asamblea General, la moción palestina necesita los votos de 128 países. Según varios medios, ya tendría 122 garantizados, en su mayoría árabes, africanos, asiáticos, latinoamericanos y algunos europeos. Es probable que el Estado palestino obtenga incluso 150 votos a favor. Pero eso provocará probablemente un veto de Estados Unidos, si se intenta trasladar una declaración de la Asamblea General a una resolución del Consejo de Seguridad.

Si esto ocurre, existe el riesgo de reacciones violentas en los territorios palestinos, pero también en el resto del mundo árabe. Con esa perspectiva, según Haaretz, el Ejército israelí comenzó a armar y entrenar a colonos de Cisjordania. De acuerdo al periódico, los responsables de seguridad de los asentamientos judíos están recibiendo gases lacrimógenos y granadas de estruendo, mientras están fijando límites alrededor de cada colonia, que de no ser respetados, justificarían que se lancen los proyectiles a los pies de los eventuales manifestantes.