El ministro de Economía, Fernando Lorenzo, participó ayer en una mesa redonda sobre desarrollo, en la que estuvieron además Paula Quintana, ex ministra de Planificación durante el gobierno de Michelle Bachelet en Chile, el diputado brasileño Pedro Eugenio Cabral (Partido de los Trabajadores), el jefe de gobierno paraguayo, Miguel López Perito, y el docente de la Licenciatura en Desarrollo de la Universidad de la República, Luis Bértola.
Lorenzo consideró que el proceso de crecimiento económico que vive el país es “auspicioso” pero que es necesario determinar “cómo asegurar que tenga más arraigo”. El ministro reconoció que a veces la estructura productiva del país “la sentimos como una carga, una mochila pesada”, y consideró que pese a que “la hemos ido moldeando y remoldeando, hay rasgos muy importantes de esa estructura que nos condicionan en las políticas”. “En Uruguay negar el papel que tienen y que van a tener los recursos naturales en cualquier proceso de desarrollo del país es absurdo; quedarse circunscripto a que se trata de hacer sobre esa plataforma productiva el modelo de desarrollo del país me parece poco ambicioso, poco realista”, concluyó. Según Lorenzo: “No somos un país desarrollado”. Opinó que para poder avanzar en el desarrollo del país “nos falta avanzar en tres pilares”: asegurar la continuidad de la prosperidad económica, disminuir drásticamente los niveles de exclusión extrema -dijo que pese al avance “estamos en el furgón de cola de los países que tienen mayor nivel de vida”- y en el desarrollo institucional y de derechos.
Por su parte, Bértola reconoció que en estos dos gobiernos del Frente Amplio (FA) se obtuvo “logros” importantes como “la revalorización de la política, la política pública” y se demostró que “la izquierda puede gobernar”. Sin embargo, aseguró no estar satisfecho porque el país “no ha tenido grandes esfuerzos de planificación. “Hemos administrado bien las cuentas, el gasto, la inflación, hemos hecho un uso responsable de los fondos públicos, pero creo que tenemos que ir a más, y es cierto que tenemos que cambiar la matriz productiva, y no es por capricho”, sino porque la matriz “tiene patas cortas”. Aunque aseguró que “nadie dice que no debemos explotar los recursos naturales”, afirmó que el país no quiere “vivir de las rentas de privilegio, queremos vivir de las rentas de innovación, y tenemos mucho cambio institucional para hacer”.
“La estabilidad institucional es importante, no podemos ir a golpe de balde, no podemos estar cambiando... un día nos da un capricho y ponemos un impuesto, otro día lo sacamos... No, pero creo que hay cambios que hay que hacer”, dijo, presuntamente en referencia a la discusión de la semana sobre el impuesto a la concentración de tierras. “Hemos tratado de atraer capital para elevar la tasa de inversión, pero que tenemos que ser más selectivos en eso”, aseguró, tras lo que concluyó: “Más que cuestionado las rentas de privilegio las hemos garantido”.
Bértola aseguró que un proceso de desarrollo “supone cambiar la relación de fuerzas con los actores sociales, y los privilegiados se van a resistir, lo que condiciona a los gobiernos”. Sobre la generación de alianzas para el desarrollo, Lorenzo consideró que es “muy difícil” identificar a priori los actores necesarios para promover una agenda. “Hay que estar dispuesto a encontrar actores que propicien los cambios y a enfrentar a quienes resisten los cambios”, aseguró, especificando que “en cada tema esto implica saber girar tácticamente, porque hay actores que son tremendamente conservadores en sus valores y que son tremendamente útiles para impulsar agendas de progreso universales, y hay otros que son compañeros de ruta de los más queridos y a veces son el obstáculo más evidente para el progreso de cosas en las que necesitamos progresar”. No quiso dar nombres. Aclaró que los compañeros de ruta “son compañeros de ruta, y que en caso de que circunstancialmente haya una dificultad hay que entenderlo como eso, como un proceso que se tiene que laudar en el ámbito en el que corresponda, pero no poner en riesgo las alianzas políticas estratégicas más importantes”.