El primer ministro del CNT, Mahmoud Jibril, admitió ayer que la falsa información que circuló durante toda la jornada del lunes, según la cual estaba detenido el hijo más destacado de Gadafi, Saif Al Islam, facilitó la toma de Trípoli. Anoche, las tropas rebeldes anunciaron que controlaban casi toda la capital, incluido el cuartel general Bab El Aziziya de quien gobernó Libia durante casi 42 años. Las armas que estaban aún en el complejo fueron recuperadas por los milicianos opositores, el lugar fue saqueado y se quitaron de él símbolos del régimen, según informó la agencia de noticias Reuters. Pero tras la toma de ese emblemático lugar de la capital, donde algunos suponían que estaba Gadafi, una radio local difundió anoche un mensaje suyo, el primero desde que perdió el control de la televisión nacional en la noche del domingo. Aseguró que abandonar su complejo fue un “movimiento estratégico”, ya que estaba muy dañado por 64 ataques aéreos de la OTAN, y que la “agresión” contra Libia terminará con su victoria o su “martirio”. Tanto los rebeldes como Gadafi saben que entusiasmar a las tropas y convencer a la opinión pública es importante.
En una rueda de prensa celebrada en la capital de Qatar, Doha, y retransmitida por varios canales árabes, Jibril había dicho más temprano que la noticia falsa de la captura de Saif “produjo ganancias políticas y militares a los rebeldes”. La información fue desmentida por el hijo de Gadafi en persona, el lunes de noche en el hotel que aloja a la prensa internacional.
Los corresponsales de la agencia de noticias AFP y de la BBC estuvieron entre quienes se hicieron eco de la información falsa, y la presunta detención fue comentada por la Corte Penal Internacional (TPI), que reclama la extradición de Saif para juzgarlo. A nivel diplomático, Jibril destacó que entre la difusión de esa información falsa y su desmentido 11 países reconocieron al CNT como único representante de Libia. También dijo que un gran número de militares al servicio de Gadafi, incluyendo a oficiales de alto rango, se entregaron creyendo que Saif había sido capturado, y que eso “allanó el camino para la victoria”.
Pero Jibril aseguró que esa falsa información no se lanzó a propósito, sino que nació de un malentendido, cuando un miliciano le informó que un grupo había capturado al hijo de Gadafi. El líder rebelde dijo que le pidió a ese miliciano que fuera al lugar en donde estaba Saif y que lo llamara desde ahí, pero que eso nunca ocurrió, por lo cual él nunca dio la noticia como confirmada. Jibril comentó que lamentaba lo sucedido, y que el propio Saif aprovechó la situación, porque como todos creyeron que estaba en poder de los rebeldes, nadie lo buscó y pudo circular por Trípoli sin problemas.
Por otro lado, pidió que la “liberación” de Trípoli sirva de ejemplo en las zonas del país que siguen bajo control gadafista, y anunció que hoy se va a establecer en la capital un “Órgano Supremo de Seguridad”, con representantes de todo el país, a cargo de la seguridad de las regiones controladas por el CNT, en un claro intento de imponer unidad entre las numerosas facciones que lucharon contra el régimen. No todas responden al CNT y y existen temores de división por motivos tribales.
Según el canal qatarí Al Jazeera, la mayoría de los miembros del CNT estará en Trípoli hoy. Hasta ayer, la sede del CNT estaba instalada en Bengasi, ciudad en la que comenzaron las protestas contra el régimen el 17 de febrero. Ayer, en la plaza central de esa ciudad, había festejos, los autos tocaban bocina y los guardias en las afueras de la sede del CNT descargaban sus ametralladoras disparando al aire mientras gritaban: “Alá es grande”.
La OTAN dijo ayer que con la caída del complejo de Gadafi los rebeldes controlan Trípoli, pero alertó sobre combates en algunas zonas de la ciudad y en los alrededores. En ese marco, anoche varios periodistas de medios internacionales informaron que su hotel estaba en poder de tropas leales a Gadafi y que éstas los habían trasladado a un piso alto.
Los países que apoyaron la revuelta con ataques aéreos evitaron proclamar el triunfo, aunque muchos anunciaron el lunes el fin del régimen. Opinaron que un rápido regreso al orden es prioritario, porque la anarquía podría impedir que Libia vuelva a exportar petróleo, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters.
Los ministros de Defensa de Italia, Francia, Reino Unido y Canadá conversaron por teléfono y se pusieron de acuerdo en “no bajar la guardia” y “mantener la presión sobre el régimen” (lo cual implica que el régimen no ha terminado), según un comunicado del ministerio italiano citado por la agencia de noticias EFE. Los ministros también abordaron “el futuro papel de la OTAN” que según ellos, cuando terminen las operaciones militares, deberá ser “de asistencia y apoyo a las Naciones Unidas y otras organizaciones internacionales para la reconstrucción y estabilización del país”.
La OTAN no confirmó que hubiera bombardeado el complejo de Gadafi en apoyo a los rebeldes, pero el presidente rebelde, Mustafá Abdel Jalil, dijo que esos ataques permitieron que sus tropas ingresaran ayer a Bab El Aziziya.