"Han pasado cientos de resoluciones y recomendaciones [de la ONU] que no han servido para nada. Ahora vamos a demandar a la organización nuestro derecho legítimo a la membresía", sostuvo el presidente palestino, Mahmud Abbas, en un discurso que dio el viernes, en el cual explicó su estrategia para pedir el reconocimiento.

En su discurso, Abbas aseguró que con la iniciativa no pretende "aislar a Israel" sino a sus políticas, "acabar con la ocupación" y convertir el vínculo de esos países en "una relación entre dos estados: uno ocupado y el otro ocupante" para retomar las negociaciones. Además, se mostró harto de la falta de avances en el diálogo de paz con Israel y dijo estar convencido de que la política y la forma de encarar estas conversaciones de las autoridades israelíes "nunca llegarán al establecimiento de un Estado palestino en las fronteras de 1967".

El ministro israelí, Yosi Peled, que ha recorrido varios países para hablar con los gobernantes en contra del reconocimiento de un Estado palestino, dijo que su país no tiene medios para frenar esa iniciativa. Sin embargo, el primer ministro, Benjamín Netanyahu, auguró que no prosperará. "El Consejo de Seguridad es como el gobierno de la ONU y estoy convencido de que, como resultado de la acción de Estados Unidos, en estrecha colaboración con otros gobiernos, el intento fracasará”, dijo. También subrayó que la paz "no puede alcanzarse mediante medidas unilaterales de la ONU".

Para ser aprobada en el Consejo de Seguridad la iniciativa palestina tiene que contar con el apoyo de nueve de los diez miembros y no debe ser vetada por ninguno de los cinco con asiento permanente, entre los cuales se encuentra Estados Unidos, que ya anunció su intención de veto. Fuentes diplomáticas indicaron a la agencia de noticias EFE que también existe la posibilidad de que los palestinos no obtengan el respaldo de nueve votos.

Por otra parte, los países europeos están divididos frente a la iniciativa. El embajador francés ante la ONU, Gérard Araud, dijo que su país quiere "ver qué mensaje transmiten los palestinos a la ONU" antes de definir su postura. "Para Francia, todas las opciones están sobre la mesa", aseguró.

Entre los 121 jefes de Estado que confirmaron su presencia en la Asamblea está Netanyahu, que explicó que viajará para "aclarar" que la petición palestina es "un intento de evitar las negociaciones y que no tendrá éxito ni pasará el Consejo de Seguridad", y para "mostrar la verdad de que Israel quiere la paz y son los palestinos quienes están haciendo todo lo posible para torpedear las conversaciones directas". El primer ministro israelí también expresó: "Cuando se aclare el humo, espero que los palestinos recuperen el sentido común y regresen a las negociaciones".

Últimos intentos

Si bien Israel dice no tener medios para detener a los palestinos, en ámbitos diplomáticos hay una gran iniciativa desplegada para hacerlo. Esto incluye desde las palabras de Estados Unidos y la Unión Europea y el envío de diplomáticos, hasta una reunión que celebraron ayer en Nueva York los representantes del Cuarteto para Medio Oriente -integrado por la ONU, Estados Unidos, Rusia y la Unión Europea- en busca de que se retomen las conversaciones entre israelíes y palestinos.

En su discurso del viernes, Abbas advirtió a los palestinos que puede que no tengan éxito en la ONU: "No podemos maximizar las cosas. No vamos a volver con la independencia. Vamos a enfrentar al mundo con sus responsabilidades".

La alternativa que tienen los palestinos si no prospera su reclamo en el Consejo de Seguridad es tramitar ante la Asamblea General su admisión en la ONU como Estado observador o "no miembro", un estatus similar al que tiene el Vaticano, que no le permite acudir a las instancias jurídicas internacionales para denunciar su situación con Israel, señaló EFE.

En su discurso Abbas confirmó que enfrentará el veto estadounidense. "Iremos al Consejo de Seguridad", declaró. Su postura, en sus últimos meses de gobierno, parece un intento de desembarazarse de esa imagen que dejó en los palestinos de un líder cooperante con Israel.

La iniciativa se presentará el viernes, un día después de lo previsto. Tras su discurso ante la Asamblea General, y según sondeos internos, cuenta con el respaldo de entre 60% y 80% de los palestinos.

Oposición interna

La iniciativa de Abbas no cuenta con el respaldo del movimiento islamista Hamas, que gobierna la franja de Gaza. Desde allí, el primer ministro de Hamas, Ismail Haniye, manifestó que apoyará la declaración de un Estado palestino sólo si éste no reconoce a Israel ni cede "una sola pulgada" del territorio histórico palestino. Hamas nunca apoyó la iniciativa, y considera que Abbas debería haber coordinado con ellos antes de hacerla pública meses atrás.

A su vez, en Gaza, esta cuestión parece pasar casi desapercibida entre los residentes, preocupados por cuestiones más cotidianas, informó la agencia de noticias ANSA. Políticos, intelectuales y periodistas sí parecen estar más pendientes y varios de ellos, consultados por EFE, dijeron que tienen pocas expectativas sobre lo que suceda esta semana, además de considerar que la prioridad no debería ser el reconocimiento del Estado en la ONU, sino la unidad de los gobiernos de Cisjordania y la franja.

Otras preocupaciones

Los palestinos no son la única preocupación de Israel. El jueves, una manifestación ante la embajada de ese país en Ammán, la capital jordana, motivó el cierre temporal de esa sede diplomática y la repatriación de los funcionarios, incluido el embajador. Jordania es, además de Egipto, el único país que firmó la paz con Israel, y Ammán es una de las tres capitales árabes que cuenta con embajada israelí. Las otras son la de El Cairo, que también fue evacuada a causa de protestas, y la de Ankara, que está vacía a causa de las tensiones entre los gobiernos de Israel y Turquía.

La Cancillería israelí anunció que cuatro diplomáticos serán enviados a El Cairo esta semana, pero la rispidez entre ambos países no parece ceder. El viernes Israel convocó al embajador egipcio en Tel Aviv, Yaser Rida, para manifestar que el tratado de paz entre ambos países es fundamental, después de que el primer ministro egipcio, Essam Sharaf, dijera que no es “sagrado” y que puede ser cambiado, informó la agencia de noticias Reuters. Además, autoridades israelíes expresaron a Rida su “inquietud” por las protestas del 9 de setiembre que obligaron a evacuar a los diplomáticos de El Cairo, y por “las consecuencias que estos sucesos puedan tener en los lazos egipcio-israelíes”.