Los presidentes de los cuatro partidos chilenos que conforman la Concertación acordaron el fin de la coalición tal como está formulada y anunciaron que para el 5 de octubre habrá una refundación de la alianza opositora que gobernó Chile desde el fin de la dictadura, en 1990, hasta 2010.

El 71% de los chilenos rechaza a la Concertación, reflejó la última encuesta de Adimark, y mientras 40% de los ciudadanos se siente identificado con la oposición, sólo 17% lo hace con esa coalición. Los datos fueron percibidos como signo de falta de representatividad.

A su vez, la agrupación se vio sorprendida por reclamos ciudadanos que surgieron en los últimos meses y que no ha podido utilizar a su favor, ya sea mostrándose como alternativa viable o como vocera de esas demandas.

Estas fallas fueron señaladas en una carta enviada públicamente a la Concertación por Carolina Tohá, presidenta del Partido Por la Democracia y ex vocera del gobierno de Michelle Bachelet, que despertó polémica en la interna, pero derivó en la reunión entre los líderes partidarios.

“Constatamos que la Concertación tal cual está, es insuficiente”, fue la conclusión a la que llegaron el lunes los titulares de los partidos concertacionistas, informó el senador Ignacio Walker, designado portavoz.

Algo similar habían manifestado antes de las elecciones de 2009 Marco Enríquez-Ominami y Jorge Arrate, que se fueron de la Concertación para presentarse como candidatos a la presidencia, luego de que se descartara convocar a elecciones internas.

La reforma de la Concertación estará a cargo del nuevo coordinador del bloque, el presidente del Partido Socialista, Osvaldo Andrade, que se encargará de organizar e informar de las definiciones y posturas de cada partido para coordinar una conclusión conjunta y una propuesta que sea compartida por todos, informó el diario chileno El Mercurio. Esto parece una tarea difícil: ayer por la tarde los medios locales reflejaban que cada uno de los distintos presidentes partidarios tenían sus propias propuestas para el futuro de la formación.

Hasta que las conclusiones sean presentadas estarán suspendidas las actividades partidarias de la coalición, así como las reuniones semanales de los presidentes. La fecha de cierre para esta reestructuración, el 5 de octubre, es simbólica porque ese día se conmemora el triunfo del “no” en el plebiscito de 1988, el comienzo del final de la dictadura de Augusto Pinochet que terminó dos años después.