Desde 1993 fueron expulsados de las Fuerzas Armadas estadounidenses más de 14.500 militares sólo por declarar su homosexualidad. Ése fue uno de los efectos de la política conocida como “Don't ask, Don't tell” (algo así como “No te preguntan; no lo digas”) que mantuvo Estados Unidos respecto a los militares homosexuales, que ayer quedó abolida. Otras consecuencias de esa norma fueron la obligación de esconderse y el miedo a ser descubiertos de quienes optaron por “no decir”.

Según un estudio de la Universidad de California, Los Ángeles, citado por la agencia de noticias EFE, son unos 70.500 los militares estadounidenses en actividad o en retiro que son homosexuales.

“Hoy hemos dado otro gran paso para mantener a nuestras Fuerzas Armadas como las mejores del mundo y para cumplir con los ideales fundacionales de nuestro país”, dijo ayer Barack Obama, en un comunicado oficial emitido desde la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York, donde se encontraba. El presidente consideró que así su país se acerca más a la meta de “igualdad de oportunidades y dignidad para todos los estadounidenses”.

“Hoy, la ley discriminatoria conocida como “Don't Ask, Don't Tell” ha sido final y formalmente repelida'”, agregó Obama. “A partir de hoy, los estadounidenses patriotas de uniforme ya no tendrán que mentir sobre quiénes son para servir al país al que aman”, concluyó, de acuerdo con la agencia de noticias Reuters.

“Es un día histórico para el Pentágono y para la nación”, dijo el secretario de Defensa, Leon Panetta, y también integrantes del Congreso celebraron la caída de la norma, que fue impuesta durante el gobierno de Bill Clinton. En ese momento fue considerada un punto medio entre lo que proponían los sectores más conservadores y los más progresistas.

La ley fue revocada en el Congreso en diciembre, pero recién ayer quedó sin efecto porque se dio un plazo para que las Fuerzas Armadas se prepararan para el cambio. De acuerdo a Panetta, más de 97% de sus integrantes recibieron preparación para la caída de la norma.

Ayer, el Pentágono informó que los funcionarios a cargo del reclutamiento de militares ya comenzaron a aceptar solicitudes de personas que se declararan homosexuales.

La derogación de la ley permitió también que ayer el teniente de la Marina Gary Ross fuera el primer militar estadounidense en casarse con alguien de su mismo sexo. Un minuto después de que la norma quedara sin efecto, Ross se casó, de uniforme de gala, con el civil Dan Swezy, su pareja desde hace 11 años.