Además de presidente, es candidato a la reelección. Por eso Obama hizo un sinfín de discursos en los que habla de empleo y defiende su plan para impulsar la oferta laboral. Por eso también, argumenta que cambiar la política educativa y canalizar recursos millonarios para modernizar las escuelas y mantener a los maestros en sus empleos no sólo es bueno para los estudiantes, sino también para la economía del país. De esta manera, el mandatario vincula tres grandes temas de su campaña: la economía, la educación y el empleo. En este último tema, impulsa la aprobación de una ley para la creación de puestos de trabajo con una inversión de 447.000 millones de dólares.

El lunes Obama fue el protagonista de una asamblea popular organizada por la red social Linkedin, en la localidad de Mountain View, en el marco de una gira nacional por los Estados de Washington, California y Colorado para "vender" ese plan y captar fondos para su campaña electoral, que está batiendo récords de recaudación.

"Si hablamos con seriedad sobre la construcción de una economía que perdure -una economía en la que el trabajo duro se compensa con la oportunidad de puestos laborales sólidos para la clase media- más vale que hablemos con seriedad sobre la educación", dijo Obama el sábado en su discurso semanal por radio e internet. "Debemos prepararnos y elevar nuestros niveles de calidad", agregó.

Dos planes

Estados Unidos ocupa el lugar 16º en el mundo en cantidad de egresados universitarios, pese a que el 60% de los empleos en la próxima década "requerirá algo más que un diploma de secundaria", señaló Obama. El presidente insiste en la necesidad de que los legisladores aprueben "ya" la ley que contiene su plan para crear empleos, pero el proyecto debe esperar semanas, antes de que se comience siquiera a debatir, indicó la agencia de noticias AP.

Por otro lado, el viernes, el mandatario anunció la flexibilización de la reforma educativa de su antecesor, George W Bush, que implicaba un mayor control del Estado sobre el aprendizaje de los alumnos en los centros de enseñanza. El objetivo anunciado por Obama es que los gobiernos estatales tendrán más libertad para cumplir con los estándares educativos y para desarrollar "formas innovadoras para enseñar a los niños las destrezas que necesitan para competir por trabajos en el futuro".

Spanglish

El índice general de desempleo supera el 9% en Estados Unidos, pero entre los hispanos supera el 11%. La crisis inmobiliaria y la de la construcción, sumadas a la aplicación de leyes de inmigración más severas por parte de varios Estados, desembocaron en un aumento el desempleo entre los inmigrantes, tanto documentados como indocumentados. La comunidad latinoamericana representa 50 millones de personas y los demócratas la consideran clave debido a su fuerte crecimiento -su presencia aumentó un 43% en 10 años, según el censo 2010- y a que su voto es determinante en estados como Colorado, Florida, Nevada, California, y hasta en New Jersey y Pensilvania.

Los demócratas temen que a pesar de que esa comunidad tenga reparos en votar a la oposición republicana por sus posiciones en contra de la inmigración, prefiera la abstención para marcar su descontento. “Ahora el reto político para los latinos en el país es: ¿Se están registrando? ¿Están votando? No hemos visto los niveles de participación necesarios para que los números se traduzcan en poder político”, les dijo Obama el miércoles.

El mandatario también habló a los jóvenes en los últimos días. En el liceo Abraham Lincoln, de Denver -donde el 90% de los estudiantes es latino- Obama dijo que “algunos republicanos en Washington han dicho que este estímulo [el plan para el empleo] tendrá que esperar hasta después de las próximas elecciones”, pero él repitió que las ayudas a las personas desempleadas no puede esperar.

En ese marco, el mismo día, Obama respondió las preguntas enviadas por la población de origen latinoamericano en una mesa redonda virtual con medios hispanos digitales (ver recuadro), en la que dijo estar a favor de “una vía para la legalización” de los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados que habría en Estados Unidos. Pero advirtió que eso depende de la aprobación de una nueva ley migratoria para la que actualmente no existe consenso suficiente en el Congreso. El presidente ha recordado que no está en sus manos imponer esa ley y ha acusado a la oposición republicana de frenarla. Obama explicó a sus posibles votantes: “La ley tiene que pasar por la aprobación de la Cámara de Representantes, que controlan los republicanos, y obtener 60 votos en el Senado. Esa mayoría no existe en este momento y tampoco existe un liderazgo republicano que pueda conseguirlo”.