“Estoy preparada para encabezar un tiempo nuevo en el socialismo español”, dijo Carme Chacón, la ex ministra de Defensa española, el miércoles en Valencia, y una salva de aplausos interrumpió su discurso. La candidatura de la dirigente a liderar el PSOE será anunciada formalmente mañana.

La carrera por la Secretaría General del PSOE abre paso al debate que, para algunos, se debería haber dado antes de las elecciones del 20 de noviembre, en las que los socialistas sufrieron la mayor derrota desde la restauración democrática.

En el Congreso Federal se elegirá quién liderará al PSOE hasta las próximas elecciones. La postulación como secretario general de Alfredo Pérez Rubalcaba, ex candidato a presidente del gobierno, ya fue oficializada en Madrid. La de Chacón se presentará formalmente en Andalucía. La dirigente catalana dijo que ésa es su otra tierra, en la que nació su padre, y que hoy es “prioridad del partido” para la necesaria cohesión nacional.

Quedaron atrás las críticas y defensas a la recién finalizada administración socialista, liderada por el actual secretario general del partido, José Luis Rodríguez Zapatero. Habían sido expresadas en los manifiestos “Mucho PSOE por hacer”, que cuestionó a Zapatero y entre cuyos firmantes figuraba Chacón, y el texto “Yo sí estuve allí”, firmado por 21 ex altos cargos del gobierno socialista, que lo defendían, entre ellos Rubalcaba.

Otros cinco documentos nacieron de la plataforma “Mucho PSOE por hacer” y uno de ellos despertó duras críticas. Sostenía que, desde el gobierno nacional y las administraciones locales, “el PSOE, como mínimo, ha tolerado el enriquecimiento y el sobreendeudamiento asociado a la burbuja inmobiliaria”, por la falta de controles, y que los gobernantes del partido renunciaron “al menos parcialmente a la fiscalidad como herramienta de distribución de la renta y la riqueza”.

Este texto recoge uno de los puntos de debate: el retorno a la izquierda, un camino que varios consideran que el partido abandonó cuando Zapatero cedió ante las presiones de la Unión Europea y comenzó a aplicar recortes en mayo de 2011.

Pero lo principal es definir qué se va a hacer con el partido y quién lo va a hacer. La agenda para el Congreso Federal de febrero, que ya está pronta, tiene como primer punto la democratización del PSOE. El texto reconoce que el debate interno “no ha sido suficiente en los últimos tiempos” y que hay que revisar la organización del partido. Indica que la formación se tiene que hacer “más atractiva” para la sociedad, en especial para los jóvenes y que debe “funcionar bajo los valores” democráticos que representa.

Finalmente, considera “necesario” mejorar el sistema de elección de los candidatos y establecer primarias para las presidenciales y señala que se establecerá “en qué circunstancias y condiciones se abre la participación”. El equipo de Chacón mostró iniciativa con algunas propuestas como las listas abiertas y las primarias abiertas a todos los simpatizantes, pero “38 propuestas y... +", el plan de Rubalcaba, postula medidas más precisas y direccionadas, como la reducción del número de las direcciones del partido, la creación de un “Defensor de militante” y el uso de las nuevas tecnologías para crear “bases virtuales”. Por otra parte, el equipo de Rubalcaba expone iniciativas similares a las de “Mucho PSOE por hacer”, pero sin aclarar que son las mismas. Así, sus planes incluyen primarias abiertas, listas abiertas, reforzar las bases locales, etcétera.

Francisco Caamaño, ex ministro de Justicia, recordó ayer a Rubalcaba que algunas de sus propuestas ya estaban en el manifiesto de “Mucho PSOE por hacer”, cuyos simpatizantes parecen tener una postura más de choque. No faltó quien, bajo condición de no ser idenficado, señalara al diario español Público que “ahora” Rubalcaba apoya la celebración de primarias, después de que ayudó a que no se celebraran para definir el candidato a las elecciones de noviembre.

Hace siete meses Chacón renunció a competir por la candidatura del PSOE a presidente del gobierno. Consideró que los principales dirigentes del partido estaban dispuestos a causar una lucha interna que los dividiría si había dos precandidatos. Así Rubalcaba se convirtió en el candidato único del partido, y ahora enfrentará unas elecciones que quedaron pendientes.