"Es muy difícil ser alianza, y más encima, llamarse Coalición por el Cambio, cuando al interior de ese grupo hay gente que lo único que hace es resistirse a los cambios”, dijo la senadora Lily Pérez, del partido de Piñera, Renovación Nacional (RN). Así se refirió el jueves a los recientes cruces que hay entre su fuerza política y la Unión Demócrata Independiente (UDI).

La senadora continuó, según reportó el diario chileno La Tercera: “Y es difícil llamarse Coalición por el Cambio e invitar a que la gente se sume a nuestra coalición cuando, por empujar algo en lo que el propio presidente ha manifestado su intención de avanzar, como son reformas tributarias y políticas, hay un grupo que sale inmediatamente a dispararle al presidente y a quienes estamos apoyando esa idea".

Por su parte, Piñera hizo un fuerte cuestionamiento a todos los partidos políticos por la falta de acuerdos en temas clave, entre los que mencionó la urgencia de reformar el actual sistema electoral binominal. Sus críticas iban dirigidas -y así se entendió en la interna de la alianza- sobre todo hacia la UDI y algunos sectores de RN que se oponen a esos cambios y a una reforma tributaria que implique aumentos de impuestos a las empresas.

Acuerdos de principio

Todo comenzó con una serie de reuniones de Piñera con los ex presidentes que tuvo Chile desde el retorno a la democracia, en 1990. Los convocó para consultarlos sobre eventuales reformas futuras. Así se reunió con Patricio Aylwin, Eduardo Frei Ruiz-Tagle, Ricardo Lagos y Michelle Bachelet.

"Don Patricio, bienvenido a esta casa", le dijo Piñera a Aylwin, que gobernó de 1990 a 1994, y que se reunió con el presidente en La Moneda el 26 de diciembre. El encuentro fue más que cordial y Aylwin le dijo a Piñera: "Usted sabe que cuenta con un admirador de mi parte".

Durante la reunión ambos intercambiaron opiniones sobre el sistema político, la crisis internacional y política exterior, y luego comentaron anécdotas personales y familiares relativas al ejercicio de la presidencia.

El ex gobernante demócrata cristiano -y único antecesor de Piñera que no es de la Concertación- fue muy amigo del padre del presidente. Cuando la familia Piñera estuvo en Nueva York, a fines de los 60, Aylwin vivió casi tres meses en su casa.

Durante el encuentro, que duró una hora y media, Aylwin entregó al mandatario una serie de nueve propuestas de cambios al sistema político. Entre ellas figura la de "sustituir el actual sistema binominal por una representación proporcional", redactada en agosto por senadores demócrata cristianos.

Ese mismo día Piñera almorzó con el primero de sus antecesores de la Concertación, Ricardo Lagos. En la cita, definida como "franca" por el ex gobernante socialista, y que duró dos horas, también hablaron de reformas políticas y tributarias.

Al despedirse, Piñera agradeció la disposición y "sabiduría" de Lagos. Este último dijo a la prensa chilena que, al igual que Aylwin, le había pedido a Piñera que terminara con el sistema electoral binominal, que según él es un "cáncer". El ex mandatario se dijo dispuesto a "discutir cómo se reemplaza el sistema", no a reformarlo. Lagos criticó a los aliados de Piñera porque "cuando era presidente, durante seis meses se negoció intensamente con la UDI y después la respuesta fue no" a esa reforma.

El 3 de enero le tocó a la ex presidenta (2006-2010) y actual directora de ONU Mujeres, Michelle Bachelet, reunirse con su sucesor. Le planteó la necesidad de cambios en el sistema político y también en el educativo, y de una reforma tributaria "de verdad" para financiar una mayor gratuidad de la enseñanza. Al final del encuentro, Bachelet coincidió con sus antecesores en que se debe eliminar el sistema binominal.

Bachelet también afrontó, en 2006, una fuerte movilización estudiantil, y aseguró que ahora "están dadas" las condiciones para avanzar hacia la gratuidad de la enseñanza pero que para eso es necesaria una reforma tributaria que aumente los recursos del Estado.

La ex presidenta recibe una aprobación récord en Chile, del 82%, y dudó antes de aceptar la invitación de Piñera, debido a las constantes críticas del gobierno actual a su gestión. Tras el encuentro, Piñera dijo: "Agradezco la voluntad y actitud de la ex presidenta Bachelet de estar siempre dispuesta a colaborar en los temas que son de interés de los chilenos”. Agregó que "sus consejos han sido útiles y relevantes", y Bachelet dijo que mantuvieron "una conversación muy franca, muy abierta y muy cordial". También ella se manifestó a favor de cambiar el sistema electoral.

Dos días después Piñera recibió a quien ocupó el cargo de presidente entre 1994 y 2000, Eduardo Frei, que fue el último en acudir a la ronda de consultas. Éste advirtió después del encuentro que si Chile no adopta cambios políticos y económicos, "estará en peligro la gobernabilidad y la paz social en los próximos años".

Frei entregó a Piñera una serie de documentos relacionados con las reformas políticas "y con la necesaria reforma tributaria". El actual senador demócrata cristiano insistió: "Es de suma importancia que, terminadas estas rondas de consultas, las propuestas se transformen en proyectos de ley".

Subrayó que su visión con respecto a los cambios políticos que se necesitan es más amplia y no sólo se limita a la reforma al sistema binominal. En tanto, el presidente Piñera dijo a la salida de la reunión que vio "una actitud de buena voluntad, colaboración" y visión "republicana” en el ex mandatario.

Teoría y práctica

Después de esa serie de consultas, el lunes 9 Piñera se reunió con los integrantes de su alianza para fijar las metas de cara al final de su mandato, en marzo de 2014. En ese encuentro, Piñera decidió dar prioridad a los cambios en educación, salud y otras áreas sociales, que podrían financiarse gracias a una reforma tributaria que aún falta definir. Por lo tanto, la reforma del sistema electoral -debido a la oposición de la UDI- quedó postergada y eso alimentó la polémica.

“Ninguna de las dos grandes coaliciones tiene por sí misma la fuerza para hacer los cambios. Por tanto, o se ponen de acuerdo o no hay cambios”, dijo finalmente Piñera el miércoles. “No es casualidad que la Concertación nunca en 20 años logró hacer un avance para modificar el sistema electoral”, estimó. “He visto los debates de los últimos días en que prácticamente las partes piensan que, o se hace todo exactamente como ellos quieren o simplemente no se hace nada”, argumentó. Por eso, llamó a lograr un “clima de acuerdos y entendimiento”, si se quiere impulsar una reforma política. De este modo, dio a entender que aunque no se haya definido la modificación del sistema electoral como prioritaria, sí se encuentra en su agenda.

El jueves le respondieron desde la UDI. El senador y secretario general del partido, Víctor Pérez, dijo al diario chileno La Tercera que el presidente y los integrantes de la UDI que siguen hablando de la necesidad de la reforma electoral están contradiciendo lo que acordó la alianza en la reunión que fijó el rumbo hasta el final del mandato de Piñera, en la que esa reforma no se estableció como prioritaria. “A nuestro juicio una reunión de cuatro horas en que se detalla el plan del gobierno no hay razón para modificarla, además teniendo claro que en el tema del [sistema] binominal se constata que hay una amplia mayoría que critica el binominal pero nadie plantea una alternativa”, dijo. “Creo que no debiese haber un cambio en la carta de navegación del gobierno”, opinó.

Desde el opositor Partido Radical, que integra la Concertación, el senador José Antonio Gómez dijo: “Si el presidente presenta un proyecto razonable y bien elaborado [...], debiera tener un apoyo mayoritario”.

“Tenemos un camino posible, y si realmente tenemos la convicción de que se puede hacer, este año podríamos perfectamente modificar el sistema binominal por uno diferente”, aseguró. En el mismo sentido, el jueves, el ministro vocero de La Moneda, Andrés Chadwick, ratificó que, si bien no está definida como prioritario, “el gobierno busca acuerdos con la coalición de gobierno y una vez conseguidos se buscará coalición con la Concertación y el resto de las figuras políticas”, para impulsar la reforma electoral.