El Congreso Nacional Africano (CNA) comenzó a celebrar durante el fin de semana el centenario de su fundación, el 8 de enero de 1912. El sábado por la noche los dirigentes del partido que gobierna Sudáfrica -y al que pertenece Nelson Mandela- encendieron una antorcha en la iglesia de Wesley, el lugar en el que jefes tribales, líderes religiosos y personalidades fundaron el movimiento de liberación bajo el nombre inicial de Congreso Nacional Indígena Sudafricano.
A lo largo de sus cien años el partido encabezó la lucha contra la dominación blanca en Sudáfrica, donde gobernaba un régimen racista impuesto desde 1948 por esa minoría. Durante décadas el CNA fue clandestino y contó con un brazo armado, por lo que fue declarado “terrorista”. La mayoría de las personas que hoy conforman el gobierno fueron perseguidas o encarceladas en el marco de una ley antiterrorista, la Terrorism Act, que prohibía las actividades dirigidas a derrocar al régimen del apartheid.
Mandela, quien era vicepresidente del CNA desde 1952, llevó al partido al gobierno en 1994, en las primeras elecciones democráticas luego de que ese régimen fuera derrocado. El dirigente no asistiría a las celebraciones del centenario debido a su delicado estado de salud.
La antorcha encendida en la iglesia fue trasladada luego al Estadio Free State, donde hubo actividades, desde el viernes hasta ayer, que congregaron a unas 100.000 personas. Muchas de ellas quedaron fuera del recinto y celebraron allí, luciendo los colores verde y amarillo del partido.
Uno de los eventos que formaron parte de los festejos fue un torneo de golf, lo que recibió críticas fuera y dentro del partido porque este deporte es considerado elitista. “Puede ser que fuera elitista antes, durante el apartheid, cuando sólo los blancos podían jugar”, argumentó la presidenta del partido, Baleka Mbete, pero subrayó que “el CNA es una organización de base y siempre lo será”.
El partido atraviesa una serie de cuestionamientos internos por las denuncias de corrupción, la existencia de una elite que se considera demasiado poderosa, y el enriquecimieno exhibido por las nuevas clases altas negras, en parte gracias a la política de Estado que da a los negros prioridad a la hora de conseguir trabajo. Algunos de los dirigentes del CNA han sido criticados por sus expresiones contra los blancos, los inmigrantes indios y los mestizos, como el presidente de la delegación del partido en la Liga Árabe, Julius Malema, o el portavoz gubernamental Jimmy Manyi. Aunque ha perdido a militantes de estas comunidades, el CNA fue fundado como un partido interracial y se sigue definiendo como tal.
Desde ese 1994 el partido de Mandela gobierna Sudáfrica con un respaldo de más del 60% de los votos y 264 de los 400 diputados del Parlamento.