El Partido Comunista de Cuba (PCC) finalizó ayer su primera Conferencia Nacional desde que fue creado, en 1965, con la decisión de limitar a diez años el ejercicio de cargos públicos -presidencia cubana incluida-, para promover la renovación de su dirigencia.

Raúl Castro, el presidente cubano y primer secretario del PCC, dijo que era posible aplicar en forma paulatina esta decisión sin esperar una reforma constitucional que es necesaria para legalizar esa limitación. Calificó de “vergüenza” que no exista una generación preparada para el relevo. De los 15 miembros del Buró Político escogidos en el VI Congreso del PCC en abril sólo tres eran menores de 65 años.

Por otro lado, Castro descartó la posibilidad de renunciar al sistema de partido único porque eso “equivaldría sencillamente a legalizar al partido o los partidos del imperialismo en suelo patrio y sacrificar el arma estratégica de la unidad de los cubanos”. El gobernante dijo: “Si hemos escogido soberanamente, con la participación y respaldo del pueblo, la opción martiana del partido único, lo que nos corresponde es promover la mayor democracia en nuestra sociedad, empezando por dar el ejemplo dentro de las filas del Partido”.

Según informó el medio digital oficial Cubadebate, Castro agregó que es necesario “fomentar un clima de máxima confianza y la creación de las condiciones requeridas en todos los niveles para el más amplio y sincero intercambio de opiniones”. Abogó por que “las discrepancias sean asumidas con naturalidad y respeto, incluyendo a los medios de comunicación masiva”. Sin embargo, aclaró que la prensa debe debatir “con responsabilidad y la más estricta veracidad; no al estilo burgués, lleno de sensacionalismo y mentiras, sino con probada objetividad y sin el secretismo inútil”. Además, Castro prometió luchar contra la corrupción de manera “implacable”.

Los 811 delegados del PCC aprobaron durante el fin de semana un centenar de medidas para modernizar el partido y para impulsar reformas económicas.