El secretario del Consejo de Seguridad Nacional de Rusia y ex jefe de los servicios secretos que sucedieron a la KGB, Nikolai Patrushev, sostuvo que existe información que indica que "miembros de la OTAN y algunos estados árabes del Golfo Pérsico" trabajan para utilizar la situación en Siria, generada a raíz de una crisis por lo que él considera "cuestiones internas", para avalar una intervención militar en ese país. Patrushev dijo al diario ruso Kommersant que el ataque sería similar al que se dispuso sobre Libia y que las principales fuerzas serían de Turquía, que "compite con Irán [por la influencia en la región] y tiene grandes ambiciones".

El "castigo a Damasco" se debería más a su negativa a romper relaciones con Irán, que a la represión contra manifestantes y opositores que exigen la salida del presidente Bashar al Assad. Occidente "no le puede perdonar [a Siria] haber sido el único país que respaldó a Teherán durante la guerra entre Irán e Irak", sentenció Petrushev. También puntualizó que la escalada militar comenzaría con un espacio de exclusión aérea -tal como se hizo en Libia- y probablemente alcanzaría a Irán, con un "peligro real" de que Estados Unidos aproveche la situación para atacar también a este país.

Fuera del papel

Para respaldar esa información, Patrushev recordó que ya hay señales de escalada militar en las relaciones entre Irán, Estados Unidos e Israel. La semana pasada aumentaron las maniobras militares en el Golfo Pérsico y Estados Unidos envió a la zona un segundo portaaviones -además del que ya tenía- con unos 80 aviones y helicópteros a bordo. Un tercer portaaviones se quedaría en la zona del Océano Índico (en el cual desemboca el Golfo Pérsico). Las operaciones fueron definidas como "de rutina" desde el Pentágono, informó el diario español El País.

Además, unos 8.000 pilotos y técnicos aéreos estadounidenses llegaron a Israel para participar en lo que, se prevé, serán las mayores maniobras militares conjuntas entre ambos países, y un número indeterminado de pilotos israelíes viajó a una base estadounidense en Alemania.

Patrushev señaló que existe la posibilidad de un enfrentamiento armado y que "Israel está empujando a los estadounidenses a la guerra" aumentando la presión sobre Teherán. A su vez, Estados Unidos, con las nuevas sanciones económicas, también está endureciendo su postura -y próximamente Europa aprobará las mismas medidas-. Estas acciones, indicó Patrushev, generan que en Irán se extienda la opinión de que el gobierno es "blando" y no reacciona ante los ataques. En este sentido, el jueves hubo algunas protestas ante embajadas occidentales y muchos diarios exigieron al gobierno que tomara represalias tras el asesinato de un científico vinculado al programa de enriquecimiento de uranio.

Además de ese "empuje" de Israel, Estados Unidos tiene una motivación que es convertir a Irán "de enemigo a socio leal", y para conseguirlo "el plan es cambiar el actual gobierno", dijo Patrushev. Para eso "se utiliza tanto el bloqueo económico como la masiva ayuda a la oposición, para que pueda llevar a cabo una revolución de algún color", aunque Estados Unidos estaría dispuesto a utilizar "los medios necesarios", agregó.

Acelerado

La urgencia de un ataque a Irán sería cada vez mayor. Otro especialista en seguridad internacional ruso, Alexei Arbatov, señaló que la operación militar contra Libia permitió ver que ésta hubiera sido imposible si no se hubiera obligado a Gadafi a desistir de su programa nuclear. Irán se dio cuenta de eso y, por ese motivo, aceleró el suyo, aseguran quienes están a favor de la intervención.

Varios países están intentando la salida negociada, dijo Patrushev, pero “el resultado de estos esfuerzos no es demasiado halagüeño de momento, porque ni la parte estadounidense ni la iraní están interesadas en llegar a un consenso”. También subrayó: “Llevamos muchos años escuchando que los iraníes tendrán la bomba atómica prácticamente la semana que viene. El componente militar del programa iraní, sin embargo, no ha sido demostrado por nadie”.

Aun así, señaló, el presunto programa nuclear ha sido utilizado como una justificación para el despliegue de un escudo antimisiles de la OTAN en Europa, instalación que provoca a su vez un conflicto entre Estados Unidos y Rusia. La instalación de este escudo “tal vez no sea una amenaza grave a Rusia hoy, pero el objetivo a largo plazo es reducir nuestro potencial estratégico”, dijo el secretario del Consejo de Seguridad Nacional.

Patrushev es una figura clave en la política rusa y las relaciones internacionales de este país, pero no es el único que advirtió sobre los planes estadounidenses.

“Irán es nuestro vecino, y si está envuelto en cualquier acción militar es una amenaza a nuestra seguridad”, advirtió el ex embajador de Moscú ante la OTAN Dmitry Rogozin, que asumió como viceprimer ministro en diciembre y supervisa el sector de Defensa de Rusia. “Estamos interesados en la no proliferación de armas de destrucción masiva, pero, al mismo tiempo, creemos que cualquier país tiene derecho a tener lo que necesite para sentirse cómodo, incluyendo a Irán”, agregó.