Bo Xilai, quien meses atrás se consideraba uno de los líderes con más posibilidades de llegar a la máxima cúpula del Partido Comunista Chino (PCC), fue expulsado de esa institución y puesto en manos de la Justicia. Era el secretario del PCC en Chongqing y por tanto el gobernante de esa municipalidad, hasta que su número dos, Wang Lijun, se metió en un consulado estadounidense, donde se presume que delató a la esposa de Bo, Gu Kailai, quien días atrás fue declarada culpable por el asesinato del empresario británico y amigo de la familia Neil Heywood. Wang fue condenado a 15 años de prisión por varios cargos, entre ellos el de deserción, y Gu a pena de muerte, aunque se dispuso que el castigo quede en suspenso.

Desde la irrupción de Wang en el consulado, en enero, Bo fue destituido como secretario del partido, expulsado del Politburó y ahora del PCC, lo que era necesario para que se lo juzgue, algo que está previsto aunque no se ha fijado la fecha. Enfrentará cargos de corrupción y abuso de poder por prácticas ilegales durante su gobierno, y otros de obstrucción a la Justicia porque se presume que conocía la culpabilidad de su esposa en el asesinato de Heywood. En un informe del PCC al que accedió el diario South China Morning Post se indica que “la ruina” de Bo fue responsabilidad de la ambición de poder y dinero de su esposa.