Ayer se publicó en la Gaceta Oficial la reforma a la Ley Migratoria cubana de 1976, que elimina el permiso de salida o “carta blanca” y la carta de invitación como requisitos para que los cubanos viajen al exterior temporal o definitivamente. Esta reforma era una de las más reclamadas tanto por la disidencia como por quienes asistieron a las asambleas populares previas al último Congreso del Partido Comunista, en el que se aprobaron los lineamientos para la modernización del modelo cubano.

El permiso de salida hoy es otorgado por el gobierno en un trámite que tarda cerca de un mes y tiene un costo de unos 200 dólares, elevado para los cubanos. El gobierno les permite una estadía en el exterior que puede oscilar entre los 30 días y los 11 meses, dependiendo de las razones del viaje.

Por su parte, la carta de invitación también implica un gasto similar, porque debe presentarse ante los consulados cubanos en el país de destino del viaje antes de que éste sea efectuado. Con la reforma, que elimina estos trámites, aumenta en cambio el costo del pasaporte, que pasó de 55 a 100 dólares.

Pese a los cambios, se mantiene un límite de estadía en el exterior que es de 24 meses y prorrogable. Si un cubano permanece fuera del país durante ese plazo sin tramitar la prórroga, se considera que emigró. Otra de las modificaciones anunciadas ayer fue la derogación de una norma por la cual a quienes emigran el Estado les confisca sus “bienes, derechos y acciones”.

Por primera vez desde la Revolución Cubana de 1959, con esta reforma, que entrará en vigor el 14 de enero, los cubanos podrán salir de su país portando sólo el pasaporte. Justamente, el anuncio sobre los cambios y su publicación en la Gaceta Oficial estuvieron acompañados ayer por un instructivo, publicado en la portada de la página web de la cancillería, en el que se aportaba información sobre la tramitación del pasaporte.

Se puede negar el acceso a ese documento, según el texto de la reforma disponible en internet, por razones de Defensa y Seguridad Nacional, y también a quienes carezcan de “la autorización establecida, en virtud de las normas dirigidas a preservar la fuerza de trabajo calificada para el desarrollo económico, social y científico-técnico del país”.

En el diario Granma, portavoz del Partido Comunista de Cuba, se indicaba que la reforma tiene medidas -como ésta- destinadas a “preservar el capital humano creado por la Revolución, frente al robo de talentos que aplican los poderosos”.

También se puede negar el pasaporte en pos de mantener la “seguridad y protección de la información oficial”.

La Gaceta Oficial incluye un decreto que reglamenta la situación de estas personas, que son definidas como funcionarios y graduados que realizan “actividades vitales para el desarrollo económico, social y científico-técnico”, que son fundamentales para mantener los servicios de salud, y atletas de alto rendimiento, así como técnicos y entrenadores.

Estas personas pueden también viajar al extranjero, pero la autorización dependerá de sus superiores. Si éstos la otorgan, será analizada por el gobierno, que estudiará caso a caso las que se refieran a viajes por motivos personales.

Las solicitudes que se presenten para residir en el exterior serán autorizadas en un plazo de cinco años desde la fecha de solicitud, excepto en el caso de los técnicos de la salud, en el cual el plazo se acorta a tres años.

Antes de fin de año los distintos organismos estatales presentarán al gobierno las listas de los trabajadores que cumplen esas condiciones y cuyas solicitudes para salir del país serán analizadas. Según agregó Granma, el gobierno cubano estará obligado a tomar estas medidas “mientras persistan las políticas que favorecen el ‘robo de cerebros’” dirigidas a despojar a Cuba “de los recursos humanos imprescindibles para el desarrollo económico, social y científico del país”.

También se puede negar el pasaporte si no se “cumple con las leyes de responsabilidad civil” o por “razones de interés público”. Sin embargo, el texto de la reforma no plantea dificultades para que dejen el país opositores, que actualmente suelen recibir una negativa a sus solicitudes de permiso de salida.

El diario cubano también anunció que se seguirá tomando medidas para mejorar las relaciones con la comunidad cubana en el extranjero, lo que evidencia una mayor conciencia del gobierno de Raúl Castro de que muchas veces la emigración se debe a motivos económicos y no ideológicos.