El vicepresidente colombiano ingresó en una clínica a mediados de junio para una revisión de rutina y lo dejaron internado en forma preventiva. Días después, estaba en un coma inducido tras sufrir una isquemia cerebral (reducción del flujo sanguíneo al cerebro). Con el correr de las semanas mejoró y fue dado de alta, pero todavía está en tratamiento para recobrarse de las secuelas, que alteran su capacidad de movimiento y equilibrio, así como su habla. A tal punto, que uno de sus médicos, manteniendo su nombre en reserva, dijo a RCN La Radio que “en algunos casos no hay coincidencia entre sus ideas y los sentimientos”.

La recuperación de Garzón era lenta pero constante y su estado de salud había dejado de salir de los titulares de los periódicos, hasta que el lunes el presidente Juan Manuel Santos anunció que lo operarían para extirparle un tumor cancerígeno de la próstata.

Ese día se recordó que el vicepresidente había declarado la semana anterior: “Yo en este momento estoy mentalmente lúcido, y si mañana llegara a faltar [Santos], yo lo puedo reemplazar; no tengo la capacidad de moverme, soy consciente de que tengo una limitación de motricidad […]. No estoy discapacitado de por vida y me estoy recuperando mentalmente, soy una persona sana”.

También pareció anticiparse a los hechos Santos cuando aseguró, después de anunciar que él sería operado: “Estaré, por supuesto, con algunas limitaciones físicas, pero seguiré ejerciendo en todo momento mis funciones como presidente de la República”. Además, el médico tratante del presidente, el urólogo Felipe Gómez, indicó que a los dos o tres días del procedimiento su paciente volvería a su hogar, donde debería permanecer por unas tres semanas para una plena recuperación. El médico agregó que si la operación era exitosa -tal como lo fue- no haría falta un tratamiento posterior de quimioterapia o radioterapia.

Pero los paños fríos de Gómez, Santos y Garzón no le bastaron al presidente del Senado, Roy Barreras, quien sometió a votación una iniciativa para que se haga un examen médico al vicepresidente Garzón con el objetivo de saber si estaría “en condiciones” de sustituir a Santos si esto fuera necesario. La iniciativa fue aprobada el mismo día que se presentó, el martes, y Garzón accedió a hacerse los exámenes y pidió expresamente que “sus resultados sean de conocimiento público”.

La Constitución colombiana establece que el vicepresidente sólo podrá ser reemplazado en caso de muerte, renuncia aceptada o incapacidad física permanente. Lo que quiere averiguar el Congreso, a instancias de Barreras, es si Garzón -un ex sindicalista que ya no mantiene una buena relación con el mandatario- sufre una incapacidad física permanente. Si así lo indican los exámenes, que serán realizados hoy, el Congreso debe elegir un sustituto.

Apoyo por Twitter

Miles de colombianos manifestaron su apoyo a Santos en la red social Twitter, pero algunos de los saludos resultaron más llamativos que otros. El ex presidente colombiano Álvaro Uribe cedió en su agresividad verbal contra su sucesor y tuiteó: “Nuestros mejores deseos por el éxito de la cirugía del presidente Santos”. El mandatario le respondió minutos después: “acabo de llegar a Perú. Gracias ex presidente @AlvaroUribeVel y gracias a todos los colombianos que han enviado mensajes tan amables”.

Incluso un portavoz de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia, Andrés París, manifestó desde La Habana: “Desde lo personal, desde lo humano, deseamos la pronta recuperación del presidente”.

Por su parte, el presidente venezolano, Hugo Chávez, fue uno de los líderes regionales que manifestó su respaldo a su par colombiano: “El presidente Juan Manuel Santos le hace falta a Colombia y nos hace falta en América Latina, así que le deseo mucha salud, recuperación y mucha vida”.

El equipo médico informó ayer que la cirugía fue exitosa, que el tumor era “limitado” y que no se extendió desde la zona de la que fue extraído, y reiteró que en dos o tres días Santos será dado de alta.