Europa se prepara para vivir meses de protestas más o menos masivas, de gobiernos cuestionados y de números que seguirán sin cerrar, creando un combo ideal para la tensión política. Y a medida que la tensión crece, las protestas se convierten en masivas y reiteradas. El fin de semana los portugueses y los españoles volvieron a las calles en rechazo a las políticas de austeridad de sus gobiernos conservadores. Pero también en Alemania, Francia y Polonia comenzaron las manifestaciones.

Los gobiernos no cuentan con muchas alternativas. Prueba de ello es el presupuesto para 2013 que el viernes presentó el socialista François Hollande en Francia, tras una campaña electoral en la que se alzó contra los recortes y el pacto fiscal. Su presupuesto, que impulsó protestas masivas en París ayer, es el más austero desde la Segunda Guerra Mundial, según reconoció el propio Poder Ejecutivo. Incluye un aumento de la recaudación de 20.000 millones de euros en 2013 mediante incrementos de impuestos, y recortes de 10.000 millones de euros en gasto público.

Con esas medidas se espera cumplir la meta de mantener el techo del déficit establecido en el pacto fiscal, que es de 3% del Producto Interno Bruto.

El Frente de Izquierda de Jean-Luc Mélenchon, sindicatos y decenas de organizaciones civiles protestaron contra estos nuevos recortes y de la previsible ratificación, en las próximas semanas, del pacto fiscal europeo. No sólo los partidos opositores rechazaron el nuevo presupuesto, sino también una veintena de diputados socialistas y sus aliados de Europa Ecología-Los Verdes.

Los organizadores estimaron que participaron entre 50.000 y 80.000 personas en una protesta en la que se calificó a Hollande como el heredero de las políticas de austeridad de Nicolas Sarkozy. Para el martes 9 están convocadas nuevas manifestaciones y un paro general.

Menos asistencia tuvieron las distintas protestas que se organizaron en unas 40 ciudades alemanas para reclamar que se preserven las políticas sociales, se establezca un impuesto a los ricos y se persiga con más firmeza la evasión fiscal. En total se estima que se movilizaron unas 40.000 personas. Una cifra similar se reunió en Varsovia en rechazo a los recortes del gobierno polaco y a las medidas destinadas a reducir el gasto social, como el aumento de la edad de jubilación.

En Lisboa y Madrid las protestas se repitieron, aunque menos masivas. Por tercera vez miles de personas se reunieron en la plaza madrileña Neptuno como parte de la campaña “Rodea el Congreso”, mientras en la plaza de Comercio lusa, la Confederación General de Trabajadores de Portugal advirtió que no aceptará más recortes y convocará un paro general que sería el tercero contra el gobierno en 15 meses. El secretario general de la Confederación, Arménio Carlos, advirtió: “O el gobierno escucha al pueblo por las buenas o lo va a hacer por las malas. Estamos dispuestos a canalizar el caudal de la protesta. Hay que acabar con este gobierno antes de que este gobierno acabe con el país”.