Un centenar de periodistas esperó en La Habana al grupo de negociadores del gobierno colombiano, liderado por el abogado y ex vicepresidente Humberto de la Calle, y al de las FARC, encabezado por el número dos de la guerrilla, Luciano Marín Arango, alias Iván Márquez.

Fue este dirigente de las FARC el encargado de anunciar en La Habana que la guerrilla había declarado un alto al fuego unilateral. En un comunicado del secretariado de las FARC, publicado por la Agencia de Noticias Nueva Colombia (Anncol) y leído por Márquez en el Palacio de Convenciones de La Habana, la cúpula del grupo armado “ordena a las unidades guerrilleras en toda la geografía nacional el cese de toda clase de operaciones militares ofensivas contra la fuerza pública y los actos de sabotaje contra la infraestructura pública o privada” desde hoy hasta el 20 de enero.

“Esta decisión política”, agrega el comunicado, “es una contribución decidida a fortalecer el clima de entendimiento necesario, para que las partes que inician el diálogo alcancen el propósito deseado por todos los colombianos”. Al gobierno de Santos la guerrilla le reclama en el texto que “en tiempos de Navidad” termine con la “guerra social impuesta” con “sus reformas y leyes de miseria y hambre”.

Antes de hacer este anuncio, la guerrilla propuso un cese el fuego bilateral, al que se comprometiera también el gobierno colombiano, pero fue rechazado por Bogotá. Las FARC tampoco lograron que en estos encuentros estuviera presente uno de los negociadores que designó, Juvenal Ricardo Palmera, alias Simón Trinidad, que está preso en Estados Unidos. Para recordar esa ausencia, uno de los representantes de la guerrilla llevó ayer una silueta de cartón tamaño natural con su imagen al Palacio de Convenciones.

Allí, cinco representantes de cada una de las partes se sentaron frente a frente en torno a una mesa rectangular en una sala del Palacio de Convenciones, según informaron fuentes del equipo negociador del gobierno a la agencia de noticias Efe. A ellos se sumaban, desde escritorios situados en las esquinas de la habitación, delegados de países que actúan como garantes del diálogo -Cuba y Noruega- y de los que cumplen el papel de “acompañantes” de este proceso -Venezuela y Chile-, señaló la agencia.

Está previsto que durante unos diez días se extiendan estas conversaciones en las mañanas, y que en las tardes los equipos se reúnan por separado. La de ayer fue la primera de estas reuniones que fueron lanzadas formalmente en octubre en Oslo.

Acerca del primer punto de discusión, el problema de la tenencia y explotación de la tierra en Colombia, el canal Telesur informó que antes del encuentro los delegados de las FARC se refirieron al tema. Señalaron que el derecho a la tierra abarca más que la propiedad del suelo, y que es “un derecho a la reapropiación colectiva y social del territorio, como parte esencial del derecho a la vida, al disfrute de la naturaleza en armonía con ella y de la cultura en el marco de un desarrollo socioeconómico sustentable”. A su vez, el gobierno colombiano insistió en que estas conversaciones no ponen en discusión el modelo económico y político, sino que buscan terminar con el conflicto armado.