El 15 de diciembre los egipcios acudirán a las urnas para aprobar o rechazar un proyecto de Constitución. Pero el texto surgió de una Asamblea Constituyente cuestionada.
Primero, la Suprema Corte de Justicia impugnó las elecciones de la cámara baja, de la cual surgieron los integrantes de la constituyente, y por lo tanto, quienes redactaron el borrador quedaron en tela de juicio. Además, las elecciones habían puesto en manos de Hermanos Musulmanes y salafistas la mayoría de las bancas. Esas dos tendencias islamistas, que tienen una red de influencia tejida desde antes de la caída de Mubarak, que de algún modo las toleró, no fueron las impulsoras del cambio de gobierno en 2011. Ese cambio surgió de movimientos laicos, liberales e independientes y también de la sociedad civil. Muchos de ellos son los que manifiestan hoy contra Mursi.
Hermanos Musulmanes y salafistas se habían sumado a las protestas contra Mubarak ya sobre la marcha. Por eso, quienes se consideran “guardianes de la revolución” ven con malos ojos que la nueva Constitución haya quedado en manos de los islamistas. Los otros partidos se fueron retirando de la constituyente, porque estimaban que sus demandas no eran tenidas en cuenta.
Los opositores a Mursi están aún menos dispuestos a tolerar el decreto presidencial del 22 de noviembre, que pone a salvo sus decisiones y las de la Asamblea Constituyente de los fallos judiciales hasta que rija la nueva Constitución. Los “revolucionarios” califican la medida de antidemocrática, mientras que el oficialismo alega que es necesaria para que la transición avance, esquivando las trabas de un Poder Judicial acusado de ser afín a Mubarak y de querer demorar ese proceso. Aunque algunos jueces boicotearán el escrutinio, otros prometieron su apoyo.
“Último aviso”
Los Hermanos Musulmanes y sus aliados salafistas en el gobierno realizaron una manifestación masiva el sábado en El Cairo para demostrar su apoyo a Mursi; creen que tienen respaldo suficiente para el referéndum y que una vez dotado de una nueva Carta Magna el país podrá volver a la calma. El primer ministro, Hisham Kandil, admitió en una entrevista con el canal CNN que la nueva Constitución “no es perfecta”, pero agregó que hay un “consenso mayoritario” en torno a la consulta, anunciada el sábado para dentro de unos días.
Pero los opositores, organizados en torno al Frente de Salvación Nacional, creen que al insistir con ese texto, Mursi está privilegiando los intereses de su partido por sobre los del país, y reclaman una redacción “más neutral”. A ellos se sumaron ayer muchos medios: por lo menos 12 diarios y cinco canales de televisión no salieron ayer o no emitirán programas hoy para protestar contra las trabas a la libertad de prensa incluidas en el borrador constitucional.
El diario Egypt Independent tenía en su página web este texto, en inglés: “Egypt Independent se opone a las continuas restricciones a la libertad de los medios, sobre todo después que centenares de egipcios dieran la vida por la libertad y la dignidad”, en una clara referencia a las manifestaciones que desembocaron en la salida de Mubarak del poder. El lunes, varios diarios habían anunciado su protesta con un título común: “No a la dictadura”. Ayer, en una marcha multitudinaria hacia el palacio presidencial, en medio de un fuerte operativo antidisturbios, la oposición lanzó su “último aviso” al presidente en una marcha autodefinida como “pacífica”, a la que se sumaron otras en todo el país.