“Ante todo, debemos detener el programa nuclear iraní y el tiempo pasa. Es mi primera misión como primer ministro”, dijo Netanyahu al lanzar su campaña electoral para las elecciones legislativas del 22 de enero, a las que llega como favorito. Así, en un acto partidario en Jerusalén, el martes, marcó el tono de lo que serán los argumentos de campaña: “¿Cuál es el candidato que los electores consideran el más capaz para afrontar la amenaza iraní? ¿La amenaza relacionada con los misiles? ¿La amenaza del terrorismo?”.

El aliado político de Netanyahu, el ex ministro de Relaciones Exterio- res Avigdor Lieberman, que renunció luego de haber sido inculpado por fraude y abuso de confianza por la Fiscalía, estaba presente en el acto. Lieberman es sospechoso de haber aprovechado su cargo para obtener información sobre el proceso judicial en su contra y de haber favorecido la carrera de uno de sus ex asesores, que se la proporcionó. Si es declarado culpable y condenado a más de tres meses de prisión, la pena iría acompañada de una prohibición de ejercer la política, informó la agencia de noticias Efe.

La radio pública israelí publicó ayer que la ex ministra de Exteriores Tzipi Livni con su nuevo partido, Hatnuá, está negociando con Netanyahu la posibilidad de ser parte del próximo gobierno en el marco de una coalición, en un cargo que podría estar vinculado con un eventual reinicio de las negociaciones con los palestinos.

Los partidos de centroizquierda, según la última encuesta publicada por el diario israelí Haaretz, podrían sumar 53 diputados: 17 escaños para el Partido Laborista y diez para Hatnuá. La primera fuerza política, Likud, de Netanyahu, se mantendría estable y la segunda, Israel Beitenú, de Lieberman, ganaría un diputado. Kadima, de centroderecha, mayoritario en el actual Parlamento, podría perder 26 de sus 28 escaños.

La única mención al conflicto con Palestina que hizo el jefe de gobierno al lanzar su campaña fue: “Nuestra mano estará siempre extendida a nuestros vecinos para conseguir una paz verdadera y definitiva”. Pero acto seguido aclaró que es necesario “cuidar los intereses vitales del Estado de Israel a pesar de todas las presiones”.

El bloque que integran el Likud y la ultraderecha nacionalista de Israel Beitenu lidera la intención de voto y obtendría 35 diputados, según la encuesta publicada por Haaretz.

Sin embargo, un partido nacionalista favorable a la colonización de los territorios palestinos, Hogar Judío, liderado por un ex jefe de gabinete de Netanyahu, Naftali Bennett, podría cobrar fuerza. Las encuestas le pronostican que pasaría de tres bancas a 13 en Diputados. En total, el conjunto de la derecha sumaría 67 legisladores del total de 120. De 41 años, Bennett es un gran defensor de las políticas de colonización. Si su éxito electoral se confirma, Hogar Judío apuesta a obtener por lo menos tres carteras en el próximo gobierno y en particular la de Vivienda, que atendería asuntos vinculados a las colonias, indicó la agencia de noticias AFP.

El gobierno israelí aprobó ayer la construcción de 1.200 viviendas más en Jerusalén. Según Terrestrial Jerusalem, una organización que supervisa la colonización, en siete días se aprobaron 5.350 nuevas viviendas para colonos. Distintos analistas han estimado que estas decisiones de Netanyahu respecto de la colonización no sólo se deben a una represalia por el reconocimiento de Palestina como Estado observador por parte de la Organización de las Naciones Unidas, como afirma. También sería una reacción ante la convocatoria electoral que tiene Bennett.