El músico Víctor Jara murió asesinado en el Estadio Nacional de Santiago, Chile, el 16 de setiembre de 1973, días después del golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende liderado por Augusto Pinochet. El de Jara se convirtió en uno de los crímenes emblemáticos de los cometidos en la dictadura que comenzó con el derrocamiento de Allende y que duró hasta 1990. En homenaje al cantante, el centro deportivo en el que murió se llama hoy Estadio Víctor Jara.

Según estableció la Justicia, el artista fue detenido el 12 de setiembre junto a cientos de alumnos, trabajadores y profesores en la Universidad Técnica del Estado, la actual Universidad de Santiago, en la que daba clases, y todos permanecieron secuestrados en el estadio habilitado como centro de detención.

Jara fue reconocido por los militares y separado de los demás prisioneros para ser sometido a torturas. Sufrió quemaduras con cigarrillos, simulacros de fusilamiento y fracturas en las manos. Fue “agredido físicamente, de forma permanente, por varios oficiales”, dice el fallo.

Cuando el estadio fue vaciado, el 16 de setiembre, Jara y el ex director de la Empresa de Ferrocarriles del Estado de Allende, Litré Quiroga Carvajal, fueron trasladados a un espacio subterráneo del edificio y fusilados.

La autopsia reveló que Jara recibió 44 disparos de bala y sufrió numerosas facturas. Su cadáver apareció en un terreno baldío, atrás de un cementerio del sur de Santiago, donde también se encontraron los cuerpos de otras tres víctimas, varios días después de su muerte.

El juez a cargo del caso, Miguel Vásquez, procesó el viernes, como autores del asesinato, a Hugo Sánchez Marmonti y Pedro Barrientos Núñez. Se sabe que este último vive en Estados Unidos y el magistrado lanzó una orden internacional de captura en su contra. Según las investigaciones judiciales, él sería el oficial que los testigos de varias causas señalaron como El Príncipe, autor material del crimen. El canal privado Chilevisión había dado con él en Florida y Barrientos aseguró en una entrevista que “ni siquiera sabía quién era Víctor Jara”.

El Príncipe también fue citado en causas relativas a la desaparición de uruguayos, ya que según testimonios, mostró mucho interés por la presencia de personas de esa nacionalidad en el estadio.

Los otros seis procesados, en calidad de cómplices, son los ex oficiales Roberto Souper Onfray, Raúl Jofré González, Edwin Dimter Bianchi, Nelson Hasse Mazzei, Luis Bethke Wulf y Jorge Smith Gumucio. Todos cumplen prisión preventiva.

Hace años, se pensó que Edwin Dimter era El Príncipe, por lo que sufrió un escrache, recordó la agencia de noticias Efe.

El abogado querellante en la causa, Nelson Caucuto, dijo en una entrevista publicada el sábado en Radio Cooperativa que todos los avances del caso “han sido obra de los jueces” y destacó que el Ejército “no entregó un solo nombre” durante la investigación.

El día anterior, al anunciar los procesamientos a la prensa, el juez Vásquez también explicó que la demora de la Justicia se debió a la “falta de colaboración” por parte de los militares.