"Queremos evitar que se devaste cielo, agua y tierra. Queremos vivir tranquilos, con nuestras fuentes de agua. Una provincia minera como Catamarca sigue siendo de las más pobres del país, pero nosotros no queremos ni 1% ni 100% de los beneficios de la minería", aseguró una de las líderes de la protesta antiminera en la localidad de Famatina, Carina Díaz Moreno. Ese pueblo de la provincia de La Rioja se convirtió en emblema de la lucha contra la industria minera.

Famatina y otra localidad de la provincia, Chilecito, bloquean, desde el 2 de enero, el acceso a un yacimiento de oro que tiene previsto explorar la minera canadiense Osisko. Está previsto que la empresa deje a la provincia el 30% de sus beneficios. El gobierno de La Rioja, socio minoritario de Osisko en el proyecto, tuvo que prometer la semana pasada que la exploración no se realizará sin la "licencia social" de los vecinos. El gobernador kirchnerista Luis Beder Herrera anticipó que su Ejecutivo va a lanzar una "campaña de información" sobre los beneficios de la minería y aseguró que no se afectará el ambiente. La minera anunció el martes que seguirá el mismo camino y el emprendimiento quedó suspendido.

Beder no demoró en cumplir lo anunciado. Habitantes de Famatina y Chilecito recibieron "mensajes de texto que buscan persuadir a la ciudadanía para que acepte la megaminería a cielo abierto", con información sobre el proyecto que prevé la exploración y explotación del cerro Famatina, el más emblemático de la provincia. El intendente del pueblo del mismo nombre, Ismael Bordagaray, apoya al gobernante Frente para la Victoria de la presidenta Cristina Fernández, pero es militante ambientalista y se opone al proyecto minero.

De Famatina al mundo

Lo que ocurre en ese pueblo inspiró movilizaciones en otros lugares de Argentina, como en las provincias de Catamarca y Tucumán, donde activistas exigen el cierre de uno de los principales yacimientos de oro y cobre del mundo, Bajo de la Alumbrera, explotado por la empresa anglosuiza Xstrata junto con las canadienses Goldcorp y Yamana. Según un informe de la Red de Asistencia Jurídica contra la Megaminería en Argentina, en el país se explotan ya 14 yacimientos y hay por lo menos 121 proyectos en exploración. La Secretaría de Minería de la Nación estima que la industria minera creció 664% en ocho años. Pero a la par aumentaron las protestas, en las redes sociales de internet y en las calles.

Sin embargo, el gobierno de Fernández anunció el domingo su intención de impulsar la industria del litio con base en una asociación público privada, informó la agencia estatal de noticias Télam. Se prevé para 2014 la construcción de una planta de purificación de ese mineral en Salta, Jujuy o Catamarca, provincias donde están las principales reservas.

La minería es tema en toda América Latina porque aquí está radicada casi la mitad de las inversiones mundiales del sector.

En Perú, una “Gran marcha nacional del agua” salió de la región noreste de Cajamarca hace seis días hacia Lima, en el marco de la protesta de unas 1.000 personas de comunidades indígenas y organizaciones sociales. Denuncian el impacto de la minería sobre los recursos hídricos en ecosistemas “frágiles” de su país.

Más al norte, en Panamá, también hay conflicto. El gobierno inició un diálogo ayer con los líderes de la etnia Ngäbe Buglé, después de haber disuelto un corte de ruta contra una minera en sus tierras, que bloqueó durante seis días la carretera que comunica al país con el resto de Centroamérica. En el desalojo murió un manifestante, hubo 46 heridos (entre ellos, seis policías) y 44 detenidos, incluyendo a diez menores de 18 años.