"A la primera dama la encontraré en el camino", dijo el ahora candidato de la oposición venezolana, Henrique Capriles Radonsky, en una entrevista brindada semanas atrás al canal Venevisión. La soltería del atractivo abogado de 39 años no sólo se convirtió en un tema de campaña, sino que también despertó pasiones de mujeres que ocupaban las primeras filas en sus actos de campaña.
“Buscando una primera dama para nuestro pana Capriles Radonsky” es el nombre de uno de los grupos de Facebook que refleja cómo la soltería del candidato repercutió en sus seguidores. Allí se pueden ver comentarios de apoyo a Capriles -especialmente femeninos- y mensajes del tipo: “Aquí estoy yo, disponible... Después de besarlo en la procesión de la Divina Pastora, a pesar del sudor... Quedé flechada!!!”.
El panorama que dan las encuestas para las elecciones presidenciales del 7 de octubre es tan variopinto que impide sacar conclusiones sobre el respaldo que tiene el presidente Hugo Chávez o el que podría tener Capriles, pese a que éste se perfilaba como el candidato opositor que más votos obtendría ante Chávez según la mayoría de los sondeos.
Por ahora, todo se está dando de la forma más conveniente para la Mesa de la Unidad Democrática que aglutina a 30 formaciones opositoras: no parece surgir otro candidato de los partidos opositores menores, y los otros cuatro aspirantes que participaron en las internas del domingo ya expresaron claramente su respaldo a Capriles. El ahora candidato era resistido por los partidos más tradicionales de Venezuela, Acción Democrática y el socialcristiano Copei, integrantes de la Mesa que gobernaron el país durante la segunda mitad del siglo pasado y respaldaban a otro precandidato.
Una cara bonita y algo más
Capriles se define como un político de centroizquierda que admira al ex presidente brasileño Lula da Silva, de cuya gestión destaca que sacó a 30 millones de personas de la pobreza en ocho años. Así contrarresta la tendencia del chavismo, identificado como socialista, a señalar a sus opositores como representantes de “la derecha”.
El ahora candidato gobierna el estado norteño de Miranda, el segundo más rico y poblado del país, y es definido como un “gobernador de calle”, ya que suele recorrer las ciudades a bordo de su motocicleta. Como principales logros se le reconoce haber creado una red de asistencia médica y potenciado el sistema escolar, informó la agencia de noticias AFP.
Nacido en julio de 1972 en Caracas, es nieto por parte materna de polacos judíos que llegaron a Venezuela huyendo del holocausto y que, según indicó en distintas entrevistas, lo influenciaron mucho por haber sobrevivido a la Segunda Guerra Mundial. Sus padres provienen de dos familias con un emporio empresarial cada una: la cadena Capriles de medios y la cadena Cinex de entretenimiento, ambas con presencia en todo el país y que abarcan medios de comunicación, mercado inmobiliario, industrias y servicios.
Si bien sus dos padres son judíos, Capriles recibió su educación en institutos vinculados con el catolicismo y se declara creyente de esa religión, predominante en Venezuela.
Luego de trabajar algunos años como abogado en negocios familiares y empresas privadas, comenzó su carrera política a la par de Chávez, y con 25 años fue el diputado electo más joven en 1998. También fue el más joven -y el último- vicepresidente del extinto Congreso de la República y presidente de la Cámara de Diputados hasta la disolución ordenada por la Asamblea Nacional Constituyente en 1999.
Perdida su banca, Capriles, con 28 años, formó junto con otros jóvenes el Partido Justicia y con su respaldo ganó las elecciones para la alcaldía del municipio caraqueño de Baruta. Gobernó el municipio hasta 2008 luego de ser reelecto con un abrumador respaldo, superior a 75%.
De su gestión municipal, los perfiles más oficialistas del ahora candidato destacan la lucha contra el delito y el fortalecimiento de la infraestructura urbana. También es de ese período uno de los más recordados choques entre él y el gobierno nacional, en manos de Chávez. En 2007 la Justicia -bajo influencia chavista según la oposición- le hizo dar marcha atrás en su plan vial Pico y Pala, que restringía la circulación de vehículos a las horas pico en las áreas céntricas para evitar los embotellamientos.
Capriles también es recordado por su actuación durante el golpe de Estado de 2002, que sacó a Chávez brevemente del poder. Partidarios del golpe rodearon la embajada de Cuba en Caracas, debido al rumor de que en el interior se había refugiado Diosdado Cabello, un importante dirigente chavista. Capriles pidió entrar a la sede diplomática y revisarla, para comunicar a la multitud que allí no había nadie escondiéndose, lo que le fue negado por el embajador cubano de ese entonces, Germán Sánchez Otero.
La Fiscalía acusó a Capriles de haber violado principios internacionales con su solicitud de inspeccionar la embajada, e incluso estuvo detenido cuatro meses. En 2006 fue absuelto de todos los cargos, pero cuando en 2008 se presentó como candidato a gobernar Miranda, el juicio fue reabierto. En ese momento el gobernador del estado era justamente Cabello.
Finalmente, en 2008 Capriles arrebató al chavismo el gobierno de Miranda. Allí desarrolló varios planes sociales dirigidos a mejorar el acceso a la educación, la alimentación y la vivienda, similares al Hambre Cero impulsado por Lula, y según él inspirados en ese programa brasileño. De su gobierno estadual quedó la imagen del gobernador recorriendo las calles de Miranda con el agua hasta la cintura para ver las consecuencias de las inundaciones de fines de 2010.
Mientras Capriles prepara su candidatura, Chávez ya se declara recuperado del cáncer y retomó sus clásicos y extensos discursos, en unas ocasiones atacando a la oposición y en otras ignorándola, como hizo ayer por la tarde la portada de la Agencia Venezolana de Noticias, que no mencionaba a Capriles.