Un primer Plan de la Liga Árabe, aceptado por el presidente sirio, Bashar Al Assad, fracasó cuando el organismo regional retiró sus observadores en medio de la violencia entre opositores y fuerzas del gobierno. Varios intentos de aprobar resoluciones en el Consejo de Seguridad de la ONU tampoco prosperaron porque Rusia y China se oponen a que se condene sólo la violencia del gobierno -y no la de los opositores- y que se incluya la salida de Al Assad del poder. Esos dos países también propusieron planes de salida y negociaron con Siria, pero tampoco obtuvieron resultados.

Ahora el ex secretario general de la ONU Kofi Annan, nombrado enviado especial de la ONU y de la Liga Árabe para Siria, logró un acuerdo de seis puntos, negociado y aprobado también por China y Rusia. El texto fue aceptado por el presidente sirio, según informó Annan ayer.

Ese plan implica seis puntos: la apertura de un proceso político que incluya las aspiraciones y preocupaciones del pueblo sirio; el cese de todo tipo de violencia, de todas las partes; supervisión de la ONU; garantías al acceso al país de la ayuda humanitaria; liberación de los presos políticos; libertad para que trabajen los periodistas en todo el país; y respeto a los derechos de asociación y de manifestación pacífica.

La principal debilidad del acuerdo es que no establece plazos para su cumplimiento. Además, los opositores, que intentan unificar posturas, dijeron que estarían a favor del plan de Annan siempre que éste culmine con la salida de Al Assad, algo que el texto no menciona.

En tanto, la organización siria de Los Hermanos Musulmanes, que es sunita, como la mayoría de la población del país -y de la oposición en particular- propuso un pacto el domingo, bajo forma de nuevo contrato social.

La organización islamista nacida en Egipto, que suele desarrollar una amplia obra social en los numerosos países en los que está presente, reconoce que la autoridad política en Siria emana de los ciudadanos y no de Dios, que los asuntos terrenos deben estar regulados por la ley humana, no por la ley divina, y que todos los ciudadanos son iguales más allá de su religión, raza o sexo. Uno de los diez puntos del documento habla de “un estado civil moderno basado en una Constitución civil”, con separación de los tres poderes del Estado, y propone como sistema de gobierno una república parlamentaria “con elecciones libres, justas y transparentes”, informó el diario El País de Madrid.

Al margen de estas señales hacia una salida, desde ámbitos diplomáticos se multiplicaron los llamados a Siria para que comience a cumplir el nuevo plan cuanto antes. Las 
reuniones previas a la Cumbre de la Liga Árabe en Bagdad, que empieza mañana, dedicaron mucho tiempo a esta crisis, y el fin de semana se celebra la segunda cumbre de los “amigos de Siria”, en Estambul.

Todo esto no evita que continúe la violencia por parte del gobierno sirio, según denuncia la oposición. Ayer Al Assad visitó un barrio de la ciudad de Homs en el que la oposición fue derrotada, en lo que fue interpretado como una demostración de fuerza. A su vez, la ONU ya estima en más de 9.000 los muertos por la crisis, según “fuentes creíbles”, dijo ayer el coordinador especial de esa organización para Medio Oriente, Robert Serry, ante el Consejo de Seguridad.