El Partido Socialista Obrero Español de Andalucía (PSOE-A) e Izquierda Unida (IU) pueden unirse en esa comunidad autónoma para formar gobierno, pese a que el más votado en las elecciones regionales de ayer fue el Partido Popular (PP), que gobierna España.

Los sondeos auguraban una holgada victoria del PP, que incluso hacía prever que rozaría la mayoría absoluta. Pero no fue así. El PP se quedó con 50 de los 109 escaños en el Parlamento local y el PSOE-A con 47. Si este partido se alía con IU, que logró 12 bancas, podría gobernar con la buscada mayoría absoluta de 55. Esas 12 bancas convierten a IU en el ganador del día, porque duplicó los seis escaños que tenía hasta ahora.

En Asturias, la otra comunidad autónoma que eligió autoridades ayer, el PP, que mantuvo sus diez escaños, podría aliarse con el Foro Ciudadano (FAC), una escisión de los populares que dirige el actual presidente autonómico, Francisco Álvarez Cascos. El FAC perdió tres escaños y se quedó en 13, por lo que dejó de ser la bancada más grande del Parlamento asturiano. Ese lugar lo tiene ahora el PSOE, que cuenta con un diputado más que en la actual legislatura, al igual que IU; alcanzan los 16 y cinco escaños, respectivamente. Aunque estos dos partidos se sumen no llegan a la mayoría absoluta de 23, como sí lo lograrían el PP y el FAC.

Para el PP las encuestas preveían una votación más amplia. Pero los resultados lo dejan en una situación en la que necesita una alianza en Asturias y sin mayoría absoluta en Andalucía, lo que se atribuye en ambas regiones a los recortes presupuestarios. Sin embargo, creció en tres escaños en Andalucía, mientras que el PSOE-A perdió nueve y se mantuvo en Asturias.

Sin embargo, el PP recibió los resultados como una derrota, porque esperaba que estas elecciones le permitieran ampliar su dominio político en el conjunto del país. Fuentes del PP andaluz reconocieron en declaraciones a Público que dieron “por fácil algo que es difícil”, aunque también señalaron que “no es sencillo pasar de la oposición a la mayoría absoluta”, en referencia al actual gobierno del PSOE-A en Andalucía, dirigido por José Antonio Griñán.

Probablemente sea Griñán quien continúe al mando, tras haber derrotado nuevamente al candidato del PP, Javier Arenas, quien sufre su cuarto revés electoral.

Mientras los socialistas disfrutaban ayer del sabor a victoria que temían perder tras la debacle electoral de noviembre, permanecen las miradas hacia las divisiones internas que hubo durante la campaña. La mayoría de ellas derivan de la distancia entre quienes respaldaban a Alfredo Pérez Rubalcaba o a Carme Chacón en las elecciones para secretario general. Ganó el primero y la dirección andaluza había respaldado a la segunda.