Se dice que la última vez que los hermanos Rafael y Fabricio Correa se encontraron fue en 2009, durante un almuerzo con jugadores de su cuadro de fútbol favorito, Emelec, de Guayaquil, la ciudad donde nacieron en un hogar de clase media. Aquel año la relación entre los dos tuvo un quiebre que hasta hoy no está superado.

Esa ruptura se profundizó hace semanas, el 7 de marzo, cuando el mayor de los hermanos, Fabricio, inscribió un movimiento político con miras a competir por la presidencia de Ecuador y convertirse así en rival directo de Rafael. Si bien el presidente, que gobierna desde 2007, todavía no declaró si se presentará a la reelección en 2013, para el oficialismo es un hecho que el candidato será él.

“Lo cuidé desde chiquito y lo hice presidente, y no me voy a oponer [a él]. Lo que tengo es que corregirle las cosas como le he corregido desde pequeño”, bromeó alguna vez Fabricio, según citó la agencia AFP. Con frecuencia él se lleva un poco de crédito por los logros de su hermano menor y destaca su propia importancia en la vida de Rafael. Por ejemplo, en una entrevista que dio a CNN en 2010, contó que cuando Rafael tenía seis años, y pasaban unos días en la estancia de un tío abuelo, el actual presidente estuvo a punto de morir ahogado; pero él lo salvó, con ayuda de un amigo de la familia.

El hermano mayor nació el 12 de diciembre de 1959, y el menor, el 6 de abril de 1963. Luego Rafael se convertiría en economista, ministro de Economía del gobierno de Alfredo Palacio, en 2005, y presidente, en 2007.

Fabricio recorrió otros caminos. Según cuenta en su perfil de Facebook (su página oficial de campaña está todavía en construcción) se graduó como ingeniero mecánico, obtuvo un diploma en dirección de empresas, y se casó con Tatiana Zenk, con quien tiene cinco hijos. En su cuenta de Twitter detalló que recién viajó a Playa Bonita, Panamá, a celebrar con su esposa los 28 años de casados.

El mayor de los Correa se define como un “católico practicante” que procura “vivir la doctrina social de la Iglesia Católica” junto a su familia. En la lista de sus intereses declarados se cuentan: “La equidad del pueblo, el progreso del país y el orden en nuestras vidas, así como el rescate de los valores en nuestra familia”.

De acuerdo con su biografía oficial, en 1984 fundó su empresa Aplitec, de tecnología aplicada, creó varios diseños en proyectos hidráulicos y desde 2005 es presidente de la Cámara de Comercio Ecuatoriano-Brasileña en 
Guayaquil.

Intereses encontrados

El conflicto entre los dos hermanos, que ya habían tenido algunas peleas mientras trabajaban juntos para la campaña electoral de Rafael, detonó en 2009, con la publicación del libro El gran hermano, de los periodistas Juan Carlos Calderón y Cristian Zurita, que denunciaba supuestas irregularidades en contratos millonarios firmados por las empresas de Fabricio con el Estado.

Calderón y Zurita fueron acusados de injurias por el presidente por afirmar que él estaba al tanto de los contratos. El mandatario siempre negó saber nada al respecto y dijo que si no demandaba también a su hermano por afirmar que él lo sabía, lo hacía “por respeto a su madre”, recordó la BBC.

La Justicia condenó a Calderón y a Zurita a pagar una multa de más de dos millones de dólares, pero finalmente los dos autores recibieron un perdón presidencial que los liberó del pago.

En cuanto a los contratos, Rafael los dio por terminados en forma unilateral y la relación entre los hermanos tampoco sobrevivió indemne a este escándalo.

El presidente dijo por entonces a la Televisión Española que el vínculo entre los dos era distante, que no permitía a Fabricio visitarlo en el Palacio de Carondelet, la sede del gobierno, y que el libro de Calderón y Zurita debió llamarse El mal hermano.

En Ecuador existía una Ley de Contratación Pública, aprobada por el propio gobierno de Correa que prohíbe a los familiares del presidente, hasta el cuarto grado de consanguinidad y segundo de parentesco político celebrar contratos públicos, pero el hermano mayor ha dicho que no la violó, porque esa norma no dice nada sobre empresas, señaló en 2009 un informe del diario ecuatoriano El Universo. Según estimaba el periódico por entonces, Fabricio tenía unas 20 empresas, entre ellas constructoras e inmobiliarias, y sus contratos con el Estado comenzaron en 2000, durante el gobierno de Gustavo Noboa. También según ese informe, las empresas adjudicatarias de contratos estatales eran Megamaq, Cosurca, Helptec, Consorcio Rellenos y Plataformas y Consorcio Amazónico, algunas de las cuales figuraban a nombre de otras personas -la madre de los Correa, Norma Delgado; un sobrino político de Fabricio, Federico Zenk, o su socio, Máximo Villavicencio.

El periódico señaló que por entonces el mayor de los Correa reconocía haber acumulado algún “patrimonito” como empresario, pero decía llevar un estilo de vida austero y como ejemplo mostraba su reloj Seiko, comprado dos décadas atrás; pero esto no le impedía alojarse en hoteles caros o viajar en autos con chofer.

Estilo propio

Aunque Fabricio se inclina por una economía de libre mercado con algo de control estatal, y Rafael prefiere un Estado más fuerte y define su proyecto político como “el socialismo del siglo XXI”, los hermanos supieron ser aliados también en la política antes de la ruptura.

Fabricio colaboró con Correa, sobre todo en la búsqueda de fondos para la campaña electoral de Alianza País. Pero si le preguntan, diría que buena parte de su campaña es obra suya. Incluso se atribuye el nombre del Movimiento PAIS (Patria Altiva I Soberana) que luego se amplió en Alianza País y llevó a su hermano a la presidencia.

Como para marcar las mismas señas de estilo, Fabricio llamó a su nuevo partido, el que inscribió en marzo, “Equipo (Equidad Progreso y Orden)”.

Una vez que los Correa se distanciaron, Fabricio no ahorró críticas para su hermano. Pero sobre todo ha insistido en las acusaciones de que en Ecuador reina el narcotráfico y de que gobierna Venezuela. “Abrimos las fronteras a todo el mundo y nos llegaron narcotraficantes hasta de África. Hoy Ecuador es un país asolado por el narcotráfico”, dijo días atrás a AFP. Este fenómeno se debe, argumentó, a la “candidez del gobierno” al abrir las fronteras “a los narcoguerrilleros [de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia], so pretexto de los derechos humanos”.

“Fuimos engañados con la revolución ciudadana, me sumé, lo puse [a Rafael] de presidente. Recolecté fondos. Me ocultaron que era un proyecto ordenado y dirigido desde Venezuela. Todos los componentes del buró político, con mentalidad comunista, me consideraron hostil porque soy empresario”, dijo el mayor de los Correa en otra ocasión, en una entrevista que concedió en 2010 a CNN. En esas declaraciones, de paso, llamó públicamente a Rafael a pasar juntos el día de Navidad, con su madre, para dar un mensaje de “paz” a Ecuador.

En campaña

“¿Qué culpa tengo yo de tener un mal hermano?”, se preguntó Rafael Correa en 2009. Días atrás añadió que “en Ecuador nadie le hace caso” a Fabricio, que “ya demuestra graves indicios de desequilibrio”, y que hará el “ridículo” si se postula a las elecciones de 2013.

Pero el mayor de los Correa está decidido a competir y ya presentó las firmas para inscribir a su partido, Equipo, ante las autoridades electorales. Ya en aquella entrevista que dio a CNN en 2010 admitió: “Si se requiere mi candidatura no rehúyo la responsabilidad porque me siento corresponsable de esta desgracia en que está sumido Ecuador, porque yo puse a Rafael en la presidencia. Pero primero se requiere un movimiento político”. Ahora lo tiene.

El 7 de marzo presentó más de 250.000 firmas al Consejo Nacional Electoral para inscribirlo. No necesitaba tantas, pero dijo que prefería asegurarse de que sobraran para que no sabotearan su inscripción aquellos que en su opinión intentan impedir que su movimiento compita en 2013. Cuando las presentó, llegó a la sede de la autoridad electoral con su esposa, tres guardaespaldas, algunos partidarios y con su estilo para hacer declaraciones públicas: “Cuando me quieren encasillar en la oposición, yo digo que no; porque soy un ingeniero: la oposición es destructiva. Yo siempre estoy construyendo”.

Según citaron El Universo y Efe, Fabricio aseguró que sólo él puede enfrentar en elecciones a Rafael. “La gente está esperando que yo sea candidato”, dijo y añadió que la disputa electoral podría llamarse: “Correa del norte contra Correa del sur”.