“¡11 de Abril! Tremenda prueba aquella a la que fue sometido el Pueblo Venezolano! Bendito seas Pueblo mío! Viviremos y Venceremos!”, fue el tuit con el que Chávez conmemoró ayer el décimo aniversario del golpe de Estado que lo mantuvo durante 48 horas fuera de su cargo.
Ese día miles de personas, animadas por la oposición, se manifestaron frente al palacio presidencial de Miraflores contra el gobierno de Chávez mientras el país atravesaba momentos de huelga de sindicatos y de empresarios, luego de que los cargos gerenciales de la empresa estatal Petróleos de Venezuela (PDVSA) decretaran un paro. Los opositores se encontraron con una multitud de manifestantes chavistas, que defendían el palacio, y a esos primeros enfrentamientos se sumó la actuación de francotiradores y agentes de la Policía Metropolitana. La jornada terminó con 19 muertos y unos 100 heridos.
El presidente fue trasladado a la fuerza por militares a una base en la isla La Orchilla y al día siguiente se les dijo a los venezolanos que había renunciado a su cargo -lo que después fue desmentido-. Asumió entonces la presidencia, de facto, el titular de la Federación de las Cámaras de Comercio y de Industria, Pedro Carmona.
Sectores militares leales a Chávez con el apoyo de manifestaciones populares se pronunciaron en contra del gobierno impuesto el 13 de abril, y lograron retomar el poder y que Chávez retornara a la presidencia en la madrugada. Por eso los afiches del gobierno para conmemorar el aniversario incluyen la frase “Para todo 11 hay un 13”.
Lecturas
Los opositores que ejecutaron el golpe lo defendieron con el argumento de que querían cubrir un “vacío de poder” que se había generado, tanto por la supuesta renuncia de Chávez como por las declaraciones del 10 de abril de 2002 del general de brigada del Ejército, Néstor González: “Desconocemos la autoridad de Hugo Chávez”.
Los chavistas lo llamaron “golpe mediático”, por el papel fundamental que tuvieron algunos grandes medios privados -los estatales fueron enmudecidos- en la constante transmisión de las manifestaciones contra Chávez. El ministro de Energía Eléctrica, Héctor Navarro, señaló en las conmemoraciones de ayer: “montaron un show macabro tipo Hollywood”, con transmisiones y mensajes favorables a la oposición. También recordó que mientras en las calles se producían enfrentamientos entre opositores y chavistas algunos canales de televisión transmitían dibujitos animados y películas; según Navarro, eso generó que muchas personas opositoras fueran convencidas de una “verdad mediática” -de que el golpe se había efectuado de forma exitosa, casi sin oposición- y salieran a las calles “como ovejas al matadero”.
Analistas consultados por la agencia de noticias Efe tienen una tercera visión. Dividen los hechos en dos instancias bien diferenciadas: una movilización masiva que planteó un malestar concreto contra el gobierno y un golpe de Estado de una elite que se atribuyó legitimidad por las manifestaciones que en realidad no pedían el golpe.
Algunos oficialistas señalaron ayer que los eventos fueron útiles para “clarificar las aguas” y “limpiar el camino” hacia la revolución ya que se separó entre “quienes estaban con la patria y quienes no”. Así lo dijo el ministro de Cultura, el historiador Pedro Calzadilla. Agregó que el golpe provocó “la ruptura definitiva entre las elites económicas y la Revolución Bolivariana”.
Presente hoy
Son varios los políticos oficialistas que siguen acusando a la oposición actual de antidemocrática y aseguran que todavía tiene intenciones golpistas. Es el caso del diputado oficialista Freddy Bernal, quien sostuvo en la Asamblea Nacional que la derecha y el “imperialismo” siguen jugando a la doble carta, la electoral y la de la desestabilización, informó el diario Correo del Orinoco. O el del ministro de Economía y Finanzas, Jorge Giordani, quien dijo que “el sector empresarial y la clase dominante” están prontos para volver a dar un golpe en caso de que Chávez gane las elecciones de octubre.
El candidato opositor Henrique Capriles también se refirió al golpe de 2002 y al intento de golpe de 1992, protagonizado entre otros por Chávez: “Cada diez años pasa algo, yo le diré qué pasará este año, el 7 de octubre nuestro pueblo va a salir sin miedo a derrotar el chantaje, la mentira”.
Capriles es señalado por los chavistas como uno de los dirigentes opositores que apoyaron a los golpistas y se le responsabilizó de asediar la embajada cubana durante las manifestaciones masivas. Acerca de ese episodio trata un documental que el gobierno presentará en diversos actos conmemorativos. Pero el candidato asegura que su participación buscaba calmar los ánimos, y la Justicia lo absolvió de los cargos presentados por la Fiscalía.
Todavía hay investigaciones abiertas sobre los acontecimientos de hace diez años. El abogado Gonzalo Himiob, representante de agrupaciones de víctimas, dijo que de 79 investigaciones que estaban abiertas -según informó el Ministerio Público a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos en 2006- sólo tres superaron la etapa de averiguaciones y están en juicio. “Apenas se ha dictado sentencia en dos casos relacionados con dos asesinatos, mientras que los restantes 17 siguen sin castigo”, agregó.