El enviado especial para Siria de la Liga Árabe y de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, propuso un plan que contempla el cese de la violencia en Siria por parte de todos los involucrados en el conflicto, la distribución de ayuda humanitaria en las zonas de combate, la liberación de las personas detenidas arbitrariamente y la libre circulación de periodistas en el país. Ese plan generó consenso internacional y fue aceptado por el gobierno de Bashar Al Assad.

Como inicialmente no incluía plazos, Annan propuso establecer el 10 de abril como fecha para el fin de las operaciones militares del Ejército, algo que Siria aceptó también. Sin embargo esto no llevó a detener la violencia, y ayer continuaban las denuncias de ataques del Ejército contra la oposición y la población.

Estados Unidos dijo que no ve “ninguna prueba” de que se esté implementando el plan de Annan. “Lo que [las autoridades sirias] aseguraron a Kofi Annan es que Al Assad empezaría a ejecutar de inmediato sus compromisos de retirarse de las ciudades”, algo que ayer no se verificó, y tampoco hay constancia de “ninguna retirada de unidades mecanizadas”, dijo la vocera del Departamento de Estado, Victoria Nuland. “Vamos a juzgar a esta persona por sus acciones, no por sus palabras”, agregó.

En un encuentro el martes en Moscú, el embajador sirio, Riad Hadad, dijo al vicecanciller ruso, Mijaíl Bogdanov, “que Damasco ha procedido al cumplimiento de las obligaciones contempladas en el plan de arreglo pacífico propuesto”, informó Rusia en un comunicado.

En tanto, Annan anunció que un equipo de la ONU llegará a Siria en las próximas horas para preparar la misión de observadores que deberá supervisar el cese de hostilidades. Rusia instó a la ONU a aprobar “cuanto antes” el envío de esos observadores. Pero por otro lado su ministro de Relaciones Exteriores, Serguéi Lavrov, criticó las conclusiones de la segunda reunión de 83 países Amigos de Siria, celebrada el domingo en Ankara.

En el documento final, el grupo no menciona la entrega de ayuda o armas a la oposición armada, al Ejército de Siria Libre, como pedían algunos, pero dice que seguirá “trabajando en medidas adicionales apropiadas, con vistas a la protección del pueblo sirio”.

Arabia Saudita y otros países árabes crearon un fondo multimillonario para financiar al Ejército de Siria Libre y a los soldados desertores de las fuerzas armadas sirias que se unen a sus tropas. En tanto, la secretaria de Estado estadounidense, Hillary Clinton, anunció que Washington enviará equipos de comunicación a los opositores.

“Está más claro que la luz del día que incluso si la oposición es armada hasta los dientes, no derrotará al Ejército sirio” y que eso sólo contribuirá a que “la guerra de exterminio mutuo se extienda durante muchos años”, estimó Lavrov ayer.

Además criticó el reconocimiento por parte de los Amigos de Siria del Consejo Nacional Sirio “como interlocutor principal para las negociaciones” y como representante de la oposición y opinó que esas decisiones harán que los contrarios a Al Assad no acepten el diálogo con el gobierno.

“Creo que se trata de un planteamiento peligroso y en realidad va en contra de los esfuerzos” de Annan, advirtió Lavrov, y dijo que reconocer a determinados grupos opositores como representantes legítimos de todo el pueblo de Siria deja al margen de la ley al resto de las organizaciones y a las autoridades.

Lavrov recordó que “Annan cuenta con el mandato del secretario general y del Consejo de Seguridad [de la ONU] y es el Consejo de Seguridad el que evaluará cómo se cumplen sus propuestas”. Añadió que Rusia no participó en las dos conferencias de los Amigos de Siria porque no fueron invitados todos los representantes de la oposición ni el gobierno de Assad; “nosotros sí que intentamos ser amigos de todos los sirios, y no sólo de una parte del pueblo sirio”.