Debido a la “pésima” calidad de las 14 universidades y escuelas técnicas de nivel terciario que intervino días atrás la Secretaría Nacional de Educación Superior, Ciencia, Tecnología e Innovación (Senescyt) de Ecuador, se podría concluir que existió “fraude académico”, dijo el titular de esa institución estatal, René Ramírez. “Es una estafa a la ilusión de los padres de familia, de muchos estudiantes”, agregó. Unas 280.000 personas pasaron por las aulas de esos centros de enseñanza terciaria, que ya entregaron 24.000 títulos académicos, y en los cuales las clases quedaron suspendidas el sábado.

Ahora, la Senescyt implementa un “plan de contingencia” para los estudiantes que recibieron la sorpresa, el viernes, de encontrar policías en las puertas de su universidad y un cartel que decía: “Suspendida por falta de calidad académica”.

Ese día asumieron autoridades de transición que deberán dirigir esas instituciones -algunas públicas y otras privadas- hasta que finalice el proceso de cierre que puede extenderse por cerca de un año. Las autoridades transitorias disponen de 15 días para decidir qué ocurrirá con los trabajadores de los centros, además de analizar la situación de cada alumno para indicarle los pasos a seguir para continuar con sus estudios, entregarle, de forma gratuita, un registro de escolaridad y toda la documentación necesaria para que pueda convalidar sus créditos académicos, y en algunos casos buscar la manera de que la universidad le devuelva dinero.

Unos 38.000 estudiantes de las universidades clausuradas deberán continuar sus estudios en otras instituciones terciarias en las mismas carreras. En caso de que la carrera no se dicte, se creará para recibirlos. El gobierno invertirá 60 millones de dólares en el “plan de contingencia”, según Ramírez. En tanto, los 10.000 estudiantes de último año podrán terminar su carrera en las propias entidades intervenidas, bajo la dirección de los nuevos administradores.

A fines de 2009, el Consejo de Evaluación, Acreditación y Aseguramiento de la Calidad de la Educación Superior (Ceaaces) empezó evaluar a las universidades e instituciones de educación terciaria, que son unas 70. Ese proceso desembocó en su categorización en cinco grupos, designados por letras que van de la A a la E, según la calidad de su enseñanza. En la categoría E, la más baja, quedaron 26 instituciones que fueron sometidas a una evaluación complementaria durante 18 meses. Ésta culminó con el cierre de 14 universidades y escuelas técnicas porque su calidad fue considerada “inaceptable”, luego de haber estudiado sus finanzas y evaluado a sus alumnos, explicó el presidente del Ceaaces, Guillaume Long.

Otras ocho instituciones fueron declaradas “parcialmente aceptables” y se les prohibió ofrecer carreras a distancia, ya que las autoridades estiman que en ese tipo de propuestas prima “el afán de lucro” y que los resultados académicos de sus alumnos son “muy inferiores” a los de quienes siguen cursos presenciales. Tampoco podrán tener sucursales fuera de su sede central, ni en convenio con otras instituciones, y deberán cerrar las carreras en las que los alumnos obtuvieron malos resultados en el examen. Otras tres instituciones fueron calificadas de “aceptables”.

Según se desprende de una entrevista de Correa con la CNN, el próximo paso importante que dará Ecuador en el marco de la reforma educativa será la puesta en marcha de la Universidad Nacional de Educación, para garantizar la calidad de la formación docente. En la primera evaluación que se implementó este año para poder ingresar a la carrera docente, de 3.000 inscriptos, sólo 25 estudiantes superaron el examen. Correa aseguró: “A ellos [los futuros docentes] les daremos un salario básico para que estudien Pedagogía. Estamos tomando medidas radicales para mejorar la calidad educativa”.