El último sondeo de intención de voto publicado en México señala que el candidato del Partido Revolucionario Institucional, Enrique Peña Nieto, cuenta con casi 18 puntos de ventaja sobre su principal competidor, el que está más a la izquierda, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), quien le quitó por poca diferencia el segundo lugar a la oficialista Josefina Vázquez Mota. Esta distancia, punto más, punto menos, se mantiene desde hace meses y auguraba una campaña aburrida, en la que segundo y tercera unirían fuerzas para restar puntos al candidato favorito.

Así, la alianza que respalda a AMLO, agrupada en torno al Partido de la Revolución Democrática (PRD), y por otro lado el Partido Acción Nacional (PAN), se ocuparon en las últimas semanas de atacar al PRI, que promete regresar al gobierno de México. “El fantasma del PRI” ocupó los discursos de los dos candidatos. La corrupción y la falta de transparencia fueron los principales males que le achacaron al partido que gobernó México durante 71 años hasta las victorias del Partido Acción Nacional, en 2000 y 2006, primero con Vicente Fox y después con el actual presidente, Felipe Calderón.

El propio Peña Nieto tuvo que llamar al orden a la interna del PRI. El sábado, en una reunión del partido advirtió a los principales dirigentes -entre los que se encuentran varios gobernadores y legisladores- que en su proyecto de gobierno no hay lugar para la corrupción, el encubrimiento y “mucho menos la impunidad”. El candidato añadió: “Les pido responsabilidad, honestidad, transparencia y resultados. El proyecto del PRI no debe estar inspirado en la nostalgia de ayer”.

Otras motivaciones

El llamado de atención de Peña Nieto no parece responder a los reclamos de sus contendientes, que no habían hecho mella en su popularidad o su intención de voto, sino a su conjugación con nuevas voces que, a medida que se acerca el día de las elecciones -1º de junio- llaman la atención sobre la necesidad de una nueva forma de gobernar.

La más visible de estas nuevas voces fue la de los estudiantes de #YoSoy132, un movimiento que nació y creció en forma espontánea en reclamo de información no manipulada e imparcial y del voto informado. En vías de convertirse en organización social, #YoSoy132 nació después de que un grupo de estudiantes interpelara a Peña Nieto en una conferencia que dio en la Universidad Iberoamericana de Ciudad de México. La acción de los jóvenes fue reflejada por los grandes medios de prensa mexicanos como un atropello al candidato y, junto a dirigentes del PRI, aseguraron que buscaban un beneficio político de esa interpelación. Los estudiantes se sintieron tratados en forma injusta, consideraron que la prensa desconoció sus reclamos, y tras hacer una protesta que fue interpretada como “anti-PRI” y “anti-Peña Nieto”, comenzaron a organizarse mediante las redes sociales y en una página web en la que dan a conocer sus reclamos y convocatorias.

En línea con sus reclamos de transparencia electoral, el lunes el movimiento convocó a sus integrantes a postularse como observadores electorales. Cualquier ciudadano puede cumplir con esa tarea en México si cumple con los requisitos que establece el Instituto Federal Electoral para inscribirse como tal, que consisten en presentar a tiempo dos fotos y fotocopias de documentos de identidad.

También en demanda de una nueva forma de hacer política, surgió en abril el proyecto partidario Wikipartido, impulsado por ex militantes del gobernante PAN, que busca que los ciudadanos se planteen la participación activa en política. Sin un postulado ideológico específico, la formación tiene cuatro objetivos fundamentales: la votación híbrida -física y por internet- para elegir a candidatos y funcionarios; la afiliación abierta y automática para toda la ciudadanía; la construcción colectiva de principios, estatutos, programas de gobierno, etcétera; y una economía colectiva y transparente. Entre otros puntos, uno de los fundadores del grupo, Alfonso Tamés -diputado suplente del PAN-, señaló que la propia estructura del Wikipartido evitará que caiga en prácticas utilizadas por otras formaciones políticas, como la corrupción, la compra de votos y el intento de perpetuarse en el poder.

Otra de las iniciativas que invitan a los ciudadanos a actuar es la de varias organizaciones civiles nucleadas tras el nombre #300Vacantes, que impulsa candidaturas independientes al Parlamento. Según informan en la web www.democracia.mx buscan a personas que estén dispuestas a hacer campaña “marcando diferencia con las formas y prácticas de los partidos” y que recibirán a cambio apoyo legal, financiamiento y lineamientos de campaña. A los candidatos que resulten electos les exigen que tengan un intercambio frecuente con sus votantes, que su comportamiento sea honesto y transparente y que cumplan con sus funciones legislativas.

Con la mira en las acciones

También un grupo de escritores, ex políticos, figuras públicas e intelectuales irrumpió en la campaña electoral, pero en este caso apelando a las propuestas de gobierno de los distintos candidatos. Con integrantes como el del fundador del PRD y ex candidato presidencial Cuauhtémoc Cárdenas; el ex secretario de Relaciones Exteriores y autor de varios libros sobre la política mexicana Jorge Castañeda; o la escritora Ángeles Mastretta, plantearon un conjunto de preguntas sobre siete temas: seguridad, transparencia, rendición de cuentas, educación, inversión, empleo e impuestos.

Entre las preguntas que plantean a los candidatos, figura la de si están de acuerdo con que el Ejército continúe cumpliendo tareas de seguridad pública o la creación de una nueva Policía Nacional capaz de enfrentar esas tareas, o con la publicación en internet de los pagos realizados por el gobierno, las auditorías a los distintos organismos públicos. También les consultan si apoyan la ampliación del horario escolar, los mecanismos para atraer inversión privada, la conveniencia de la asociación público-privada para la creación de empleo.

Estas preguntas buscan respuestas concretas por parte de los candidatos, ya que tanto intelectuales como especialistas han coincidido en que la campaña ha tenido muy poco contenido programático, y que las propuestas no están detalladas o no cuentan con un verdadero plan de ejecución.

Vázquez Mota fue la única candidata que respondió a las preguntas punto por punto, tomando las respuestas de su programa de gobierno.

En lo que va de la campaña los candidatos no se han referido tanto a sus programas como a los compromisos públicos que han asumido, y tanto Vázquez Mota como Peña Nieto, ambos de derecha, presentaron “decálogos” de gobierno.

El de la candidata oficialista postula mejorar la seguridad pública, además de una educación “libre de chantajes corporativos”, el fomento del mercado interno para el crecimiento económico, y una nueva política laboral, así como la búsqueda de un “gobierno más barato pero más eficiente”.

El candidato opositor, por su parte, incluye tres libertades en su decálogo: de manifestación, de expresión y religiosa, además de proponer como premisas fundamentales para su gobierno los derechos humanos, la división de poderes, la no discriminación, la transparencia y las elecciones libres. Las propuestas de Peña Nieto se pueden encontrar en su página partidaria, donde se destaca que él firmó sus compromisos ante un escribano público. Además de la creación de una Comisión Nacional Anticorrupción y la propuesta de una reforma política -de la cual sólo apunta que incluirá la eliminación de 100 de los 300 diputados-, figuran la erradicación de la indigencia y un “nuevo modelo de formación y profesionalización policial”. También se refiere a una serie de iniciativas locales, como la creación de puertos o la terminación de vías, y a algunos planes de ayuda para emprendedores y pequeñas empresas.

AMLO ha presentado decálogos por temas y es el único que propone específicamente que se apruebe un modelo para la participación público-privada como forma de impulsar un crecimiento económico del 6% anual y para la generación de más puestos de trabajo.

También es el único candidato que promete sacar al Ejército de las calles mexicanas y de la lucha contra el narcotráfico, y propone hacerlo en forma gradual y en simultáneo con una depuración de los cuerpos de Policía del país, informó el diario mexicano El Universal. Tanto Peña Nieto como Vázquez Mota plantean que el Ejército debe permanecer en las calles y postulan la creación de un cuerpo policial nacional, así como el fortalecimiento del sistema judicial. En este sentido, Peña Nieto ha increpado a la candidata oficialista acerca de por qué sus propuestas no se llevaron a cabo durante el gobierno de Calderón.

En tránsito

La migración es quizá la gran ausente de la campaña. Los candidatos sólo han rozado ocasionalmente la realidad de los cerca de 20 millones de mexicanos o sus descendientes que se estima que viven en el extranjero, en su mayoría en Estados Unidos. Tampoco se ha mencionado la situación de los migrantes centroamericanos, que se exponen a un sinnúmero de riesgos durante su pasaje por México para llegar a Estados Unidos, totalmente desprotegidos por el Estado.

Ni siquiera se mencionó el caso del sacerdote Alejandro Solalinde, un férreo defensor de los indocumentados que los albergaba en su iglesia, los alimentaba y los aconsejaba para que llegaran seguros a destino. Solalinde dejó México a mediados de mes; anunció que lo hacía para proteger su vida y que aprovecharía para realizar una gira por Europa, donde daría a conocer la “peligrosa” tarea de los activistas en México.

El sacerdote, que ha sido crítico con la inacción de las autoridades ante los riesgos que atraviesan los migrantes, dijo que salía del país tras recibir amenazas del crimen organizado, de autoridades y de policías corruptos, y luego de aceptar las recomendaciones en este sentido de organismos nacionales -civiles y estatales- e internacionales.

Los opositores tampoco han cuestionado a Vázquez Mota acerca de la actuación del Instituto Nacional de Migración, dependiente del Ejecutivo, ni ella ha señalado los problemas reinantes en los estados gobernados por la oposición que están en la “ruta” de la migración a Estados Unidos.

Donde sí apareció el tema fue en un spot de Peña Nieto, en el cual 39 actores representaban a “personas pobres” que intentan cruzar una falsa frontera con Estados Unidos.